Las filtraciones de agua ocurridas en las casas del barrio de La Turbera son de origen superficial y no provienen de la mina de Reocín sino de la acumulación de agua en las escombreras colindantes, motivada por las intensas lluvias y el agua que hay en el terreno, un caudal que tiende a desembocar en el río Saja y en cuyo trayecto se encuentra con las casas de este barrio y las inunda, unas si y otras no, dependiendo de la permeabilidad del terreno y de la cota de las mismas, por eso algunas fincas están inundadas y otras no.
Esta es la conclusión a la que ha llegado la Universidad de Cantabria en torno a las filtraciones que se han producido en el Barrio de la Turbera y que vienen a completar y corroborar el estudio efectuado por el IGME, Instituto Geológico Minero de España.
Las conclusiones del mismo han sido hechas públicas esta mañana en el ayuntamiento de Torrelavega por Julio Manuel de Luis, delegado del rector de la Universidad de Cantabria en Torrelavega, ingeniero técnico de Minas, ingeniero técnico en Topografía e ingeniero en Geodesia y Cartografía, y profesor titular de la Universidad de Cantabria en la Escuela de Minas de Torrelavega, el alcalde de Torrelavega, Ildefonso Calderón y los ediles de Medio Ambiene y Barrios, Pedro Carrera y Franisco Trueba, respectivamente.
El ingeniero técnico de minas ha afirmado que "el hecho de que las filtraciones no afecten a las casas más bajas de este barrio hace descartar que sean producidas por aguas subterráneas y el hecho de que la composición del agua de las filtraciones no coincida con el de la mina hacen descartar la posibilidad de que procedan del vaso de la mina de Reocín".
En este sentido, ha explicado que si el agua procedente del acuífero ascendiera como para situarse en la superficie del terreno, el primer lugar donde se manifestaría es en la zona más deprimida del barrio, la cual se encharcaría constantemente, hecho que no sucede.
Julio Manuel de Luis Ruiz ha expuesto pormenorizadamente las conclusiones del estudio través de una presentación de diapositivas que se ha prolongado más de media hora.
Las conclusiones técnicas definitivas de este estudio determinan cuatro aspectos fundamentales según la exposición de De Luis.
La terraza cuaternaria se alimenta básicamente del agua de lluvia, parte de la cual se filtra después de haber circulado a través de las escombreras existentes en la zona de influencia, realizándose su descarga directamente al río Saja.
La permeabilidad de los materiales en la zona objeto de estudio es muy diferente y varía desde alta-muy alta, desde las calizas por fracturación y karstificación, hasta la baja permeabilidad de las dolomías, areniscas, lutitas y sedimentos cuaternarios. La alternancia de estos materiales tiene como consecuencia que determinadas fincas estén secas mientras que en otras haya circulación de agua.
El nivel piezométrico del acuífero de Reocín está situado entre 4 y 6 metros por debajo de la cota a la que se encuentra la casa afectada, por debajo incluso de la zona más deprimida del barrio de La Turbera. El hecho de que las zonas más deprimidas no muestren presencia de agua pone de manifiesto que el agua del acuífero se sitúa a mayor profundidad, no existiendo conexión hídrica entre ambos.
Desde el punto de vista hidroquímico se demuestra que el agua de las filtraciones y el de la Mina tienen niveles de mineralización muy diferentes y por lo tanto no son el mismo agua.
Por todo ello, ha manifestado el profesor titular de la Universidad de Cantabria se concluye que,"a pesar de que en un inicio todos los focos de atención parecían apuntar al proceso de inundación de la mina como responsable de la presencia de estas aguas, la opinión de los autores del informe es que el origen de las humedades y aguas superficiales aparecidos en el barrio de La Turbera, es de carácter superficial y por tanto, totalmente ajeno al proceso de inundación de la Mina de Reocín”.
Por ultimo, la Universidad de Cantabria para solucionar el problema propone la ejecución de un drenaje que, comenzando en el mismo punto que el realizado por AZSA y Ayuntamiento, re-profundice éste en su trazado, casi hasta el final del mismo y se desvíe posteriormente hasta finalizar en la arqueta propiedad de Confederación Hidrográfica del Cantábrico, ya que de otra forma el agua tenderá a llegar por su propio cauce al Río Saja.
En el proyecto que redacte la UC se incluirá también la instalación con carácter permanente, de una sonda en el barrio La Turbera, con el fin de controlar el nivel del agua en superficie y conocer con exactitud la eficacia de las medidas correctoras.
Por su parte, Calderón ha explicado que las obras llevadas a cabo hasta el momento han dado resultados positivos de forma puntual, pero no han terminado definitivamente con el problema y por lo tanto, ha dicho el regidor municipal, que la universidad tendrá que diseñar el proyecto con la solución propuesta y después se buscará la financiación para acometer el mismo en la Consejería de Industria.
Esta es la conclusión a la que ha llegado la Universidad de Cantabria en torno a las filtraciones que se han producido en el Barrio de la Turbera y que vienen a completar y corroborar el estudio efectuado por el IGME, Instituto Geológico Minero de España.
Las conclusiones del mismo han sido hechas públicas esta mañana en el ayuntamiento de Torrelavega por Julio Manuel de Luis, delegado del rector de la Universidad de Cantabria en Torrelavega, ingeniero técnico de Minas, ingeniero técnico en Topografía e ingeniero en Geodesia y Cartografía, y profesor titular de la Universidad de Cantabria en la Escuela de Minas de Torrelavega, el alcalde de Torrelavega, Ildefonso Calderón y los ediles de Medio Ambiene y Barrios, Pedro Carrera y Franisco Trueba, respectivamente.
El ingeniero técnico de minas ha afirmado que "el hecho de que las filtraciones no afecten a las casas más bajas de este barrio hace descartar que sean producidas por aguas subterráneas y el hecho de que la composición del agua de las filtraciones no coincida con el de la mina hacen descartar la posibilidad de que procedan del vaso de la mina de Reocín".
En este sentido, ha explicado que si el agua procedente del acuífero ascendiera como para situarse en la superficie del terreno, el primer lugar donde se manifestaría es en la zona más deprimida del barrio, la cual se encharcaría constantemente, hecho que no sucede.
Julio Manuel de Luis Ruiz ha expuesto pormenorizadamente las conclusiones del estudio través de una presentación de diapositivas que se ha prolongado más de media hora.
Las conclusiones técnicas definitivas de este estudio determinan cuatro aspectos fundamentales según la exposición de De Luis.
La terraza cuaternaria se alimenta básicamente del agua de lluvia, parte de la cual se filtra después de haber circulado a través de las escombreras existentes en la zona de influencia, realizándose su descarga directamente al río Saja.
La permeabilidad de los materiales en la zona objeto de estudio es muy diferente y varía desde alta-muy alta, desde las calizas por fracturación y karstificación, hasta la baja permeabilidad de las dolomías, areniscas, lutitas y sedimentos cuaternarios. La alternancia de estos materiales tiene como consecuencia que determinadas fincas estén secas mientras que en otras haya circulación de agua.
El nivel piezométrico del acuífero de Reocín está situado entre 4 y 6 metros por debajo de la cota a la que se encuentra la casa afectada, por debajo incluso de la zona más deprimida del barrio de La Turbera. El hecho de que las zonas más deprimidas no muestren presencia de agua pone de manifiesto que el agua del acuífero se sitúa a mayor profundidad, no existiendo conexión hídrica entre ambos.
Desde el punto de vista hidroquímico se demuestra que el agua de las filtraciones y el de la Mina tienen niveles de mineralización muy diferentes y por lo tanto no son el mismo agua.
Por todo ello, ha manifestado el profesor titular de la Universidad de Cantabria se concluye que,"a pesar de que en un inicio todos los focos de atención parecían apuntar al proceso de inundación de la mina como responsable de la presencia de estas aguas, la opinión de los autores del informe es que el origen de las humedades y aguas superficiales aparecidos en el barrio de La Turbera, es de carácter superficial y por tanto, totalmente ajeno al proceso de inundación de la Mina de Reocín”.
Por ultimo, la Universidad de Cantabria para solucionar el problema propone la ejecución de un drenaje que, comenzando en el mismo punto que el realizado por AZSA y Ayuntamiento, re-profundice éste en su trazado, casi hasta el final del mismo y se desvíe posteriormente hasta finalizar en la arqueta propiedad de Confederación Hidrográfica del Cantábrico, ya que de otra forma el agua tenderá a llegar por su propio cauce al Río Saja.
En el proyecto que redacte la UC se incluirá también la instalación con carácter permanente, de una sonda en el barrio La Turbera, con el fin de controlar el nivel del agua en superficie y conocer con exactitud la eficacia de las medidas correctoras.
Por su parte, Calderón ha explicado que las obras llevadas a cabo hasta el momento han dado resultados positivos de forma puntual, pero no han terminado definitivamente con el problema y por lo tanto, ha dicho el regidor municipal, que la universidad tendrá que diseñar el proyecto con la solución propuesta y después se buscará la financiación para acometer el mismo en la Consejería de Industria.
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