sábado, 11 de abril de 2015

Torrelavega: Presentado el libro "Ejes Cardinales.Poemas seleccionados (1997-2012) del poeta local Carlos Alcorta

El salón de plenos del Ayuntamiento de Torrelavega acogió el pasado viernes la presentación del libro "Ejes Cardinales. Poemas seleccionados (1997-2012") del que es autor el torrelaveguense Carlos Alcorta. Junto a él estuvieron compartiendo mesa la edil de Cultura del Ayuntamiento, Juncal Herreros y el escritor y poeta, Rafael Fombellida, que presentó el libro.
Fombellida en su presentación dijo que ejes cardinales designan la situación de un ser en el espacio. Se recogen setenta poemas en esta edición que señalan los procesos técnicos e intelectuales de un poesía asentada en la autoreferencialidad, la tensión dramática entre sujeto y mundo y en la búsqueda incesante, angustiosa, en ocasiones, agradecida, en otras, de la identidad propia y de la ubicación de ese sujeto en un espacio y en un tiempo que le han sido dados.
"Se trata de una poesía que partiendo de un impulso confesional sabe de modo eficaz emplear recursos distanciadores, regular la separación entre el rostro y sus máscaras para que el poema no caiga en la celada del desahogo o de la falacia patética", señala.
"La poesía de Alcorta es muy estricta y sabe combinar capacidad simbolizadora y racionalidad. No es una poesía que arraigue su entraña en la imaginación, la metáfora afortunada o en la sacudida de algún verso aislado, bien enfónico bien sentencioso. Su poder reside en su competencia meditativa, en la suficienca reflexiva que desarrolla, a partir, generalmente, de un suceso o anécdota aparentemente aleatorios".
Aguardando de manera inesperada la esterilidad del mundo, la mirada, esa vertiente contemplativa del poeta, capta  y recoge la chispa que va a prender el incendio del poema. El suceso, por insignificante que pueda parecer a los ojos de cualquier mortal, se  traduce mediante la actitud perceptiva del observador en un hevcho de trascendencia simbólica.
Según Fombelida, "el poeta lo prende en su red y lo transforma en una vía de penetración del entorno en el dominio interior del pensamiento. Este punto de arranque que puede esconderse en la naturaleza, el laberinto urbano,  una autopista, cualquier actividad humana propia o ajena o el mismo microcosmo doméstico, activa el mecanismo introspectivo del poeta, verdadera razón de ser del texto y justificación de su escritura".
Y es aquí "donde lo externo se encuentra con su eje cardinal y donde se somete a exploración todo lo visto, leido y recordado".
En una poesía de fundamento existencial como es la de Alcorta, la indagación moral, el buceo existente en la propia conciencia, la expiación o la consolación, la experiencia del amor o del deseo con sus luces y penumbras, la ávida búsqueda de un absoluto que mitigue la disociación entre ser y mundo y restrañe las grietas de esa desconexión, el peso de una memoria que puede aparecer disforme o alterada, las turbulencias del ser, su desconcierto o su avenencia con la realidad, la simple alegría de estar y existir, son verdaderos ejes cardinales de una lírica que no se conforma con la belleza y busca la verdad, una verdad personal que se sustenta en la mirada y el autoreconocimiento, que tropieza a menudo con la contradicción y la inteligibilidad del ser y del entorno, lo cual genera cierta frustración en quien anhela claridad. Una verdad que reclama con insistencia un lector cómplice que complete y de sentido a la acción comunicativa.
Según Fombellida, "el desarrollo de un tipo poemático meditativo exige un orden formal y una claridad expositiva que Alcorta cumple en su justa medida. El poema despliega una línea argumentativa que se hilvana con el tono cercano de un monólogo o de una conversación, sin fragmentarismos, rupturas sintácticas, brusquedades o extridencias. Habla el poema en voz baja y habla con amplitud no siendo rara la subordinación oracional, decorándose en detalles descriptivos puestos al servicio de una alteración ambiental y cuyo escenario, la refñlexión, tiene su espacio".
Es profusa y precisa la adjetivación como lo es en general la riqueza verbal porque el poeta muestra cuidado en la defensa del lenguaje como instrumento de interpretación y expresión. 
No renuncia Alcorta al empleo de la máscara o del testaferro tras los que siempre asoma el yo biográfico en un plano más o menos distanciado. Yo biográfico que se descubre sin ambajes en otros textos de este libro.
"Si bien la experiencia es la base efectiva del poema en el trayecto de su escritura el poeta trasciende toda evidencia externa hacia un pensamiento de raíz metafisica, de pensamiento interrogativo, inquisitivo, que anhela clarificación y que se agita muchas veces de manera lúcida en el drama de la escisión, la contradicción y la duda".
Para Fombellida, "el mundo en torno al cual rotan los ejes cardinales de la poesía de Carlos Alcorta es un orden dramático, incoherente, esquivo pero también armónico, equilibrado y bello. Todo por partes y en abierta contradicción". 
Por su parte, Carlos Alcorta deleitó a los presentes con algunos de los poemas incluidos en el libro pero antes recordó cómo conoció a Fombellida y la relación ta estrecha que tienen después de casi treinta años.

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