El Gobierno de Cantabria, a través de MARE, ha iniciado esta semana los trabajos de acondicionamiento y limpieza de 26 playas rurales de 112 municipios de Cantabria de cara a la temporada de Semana Santa.
Entre las playas de Val de San Vicente, San Vicente de la Barquera, Valdáliga, Santillana del Mar, Suances, Miengo, Piélagos, Santa Cruz de Bezana, Ribamontán al Mar, Bareyo, Noja y Liendo suman más de 21 kilómetros de extensión.
Las 16 personas asignadas a estas actuaciones estarán repartidas en cuatro cuadrillas de 3 ó 4 personas en función de las necesidades. Los trabajos que realizan consisten en la retirada manual de residuos asimilables a domésticos o los depositados en la línea de marea por la acción del mar, la gestión de las papeleras y los 13 contenedores ubicados en las playas. Asimismo, 5 tractores con cribas y remolques, realizarán una limpieza mecánica donde sea posible.
Se tiene previsto llevar a cabo dos períodos de limpieza, uno en la primavera y otro en el verano. El primero, ya iniciado, tendrá una duración de tres semanas extendiéndose hasta el próximo 12 de abril y consistirá en la ejecución de los trabajos previos y colocación de los contenedores.
En la campaña realizada en 2014 se retiraron de los arenales de la región 588.410 toneladas de residuos, de los cuales un 43% (un 10% más que en 2013) se entregaron a gestor autorizado para su tratamiento y/o reciclaje. Playas rurales
En el artículo 35 del POL se clasifican las playas atendiendo al entorno en el que se encuentran, su accesibilidad y la intensidad de su uso, siendo las playas rurales aquellas "situadas en enclaves de elevada fragilidad paisajística, en un entorno poco transformado que mantiene un carácter rural y que, por lo general, tiene difícil acceso y un uso moderado".
Según las directrices recibidas en MARE, en relación a la limpieza de playas, desde la dirección General de Montes y Conservación de la Naturaleza del 8/4/2013 y de la Demarcación de Costas en Cantabria del 21/5/2013: La limpieza de los sistemas dunares deberá realizarse de forma manual exclusivamente. Asimismo, se deberá establecer una banda de 3 m de anchura desde la primera banda de vegetación dunar hacia el arenal de la playa en la que en ningún caso los vehículos de limpieza puedan acceder ni trabajar al objeto de preservar la morfología de la duna y su vegetación. En dicha banda la recogida de residuos será de manera manual.
La retirada indiscriminada y poco selectiva de la materia orgánica depositada en el binomio playa-duna, así como el empleo de limpiezas mecanizadas generalizadas afectan a los procesos de formación de dunas así como a los procesos geomorfológicos de las playas, impidiendo el mantenimiento y el equilibrio del sistema en su conjunto. Los restos de algas y otros materiales orgánicos que llegan a las playas con las mareas son de vital importancia para las comunidades dunares puesto que aportan los nutrientes necesarios para el desarrollo de las comunidades vegetales pioneras de los sistemas dunares. El empleo de medios mecánicos sobre los sistemas dunares y su entorno próximo genera la compactación del sustrato y la modificación del perfil natural de la playa, descompensando los balances sedimentarios playa-duna y contribuyendo a la degradación del sistema.
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