Ecologistas en Acción Cantabria ha presentado el pasado 1 de diciembre unas alegaciones contra la Resolución de la Dirección General de Política Energética y Minas en la que se publicaba la solicitud de 5 permisos de investigación de hidrocarburos denominados "Mesana 1" que ocupan 458.625 hectáreas (4.586 km2) en el Cantábrico oriental.
Según Ecologistas en Acción son varios los problemas de las prospecciones de hidrocarburos en el mar. En primer lugar todo el proceso de la exploración, producción y transporte de hidrocarburos produce una amplia gama de impactos y presenta una grave amenaza hacia los ecosistemas marinos.
Los datos procedentes de las explotaciones de hidrocarburos marinos demuestran que no son instalaciones seguras. Los impactos son evidentes desde el comienzo de su búsqueda, mediante el uso de exploraciones sísmicas, que afectan de forma directa a los ecosistemas marinos, especialmente especies marinas protegidas como mamíferos y tortugas marinas, pero también a peces, cefalópodos etc.
Según Ecologistas en Acción son varios los problemas de las prospecciones de hidrocarburos en el mar. En primer lugar todo el proceso de la exploración, producción y transporte de hidrocarburos produce una amplia gama de impactos y presenta una grave amenaza hacia los ecosistemas marinos.
Los datos procedentes de las explotaciones de hidrocarburos marinos demuestran que no son instalaciones seguras. Los impactos son evidentes desde el comienzo de su búsqueda, mediante el uso de exploraciones sísmicas, que afectan de forma directa a los ecosistemas marinos, especialmente especies marinas protegidas como mamíferos y tortugas marinas, pero también a peces, cefalópodos etc.
Igualmente, una vez que se instalan las plataformas y comienza la perforación y explotación, los vertidos originados por accidentes o por fugas rutinarias provocan desde la muerte directa de especies, hasta incrementos de la toxicidad del entorno provocando efectos adversos a las especies que lo cohabitan.
En segundo lugar, la explotación de hidrocarburos pone en riesgo la salud de sectores como el turismo y la pesca, sectores con una importancia y un volumen de actividad considerablemente mayor en Cantabria.
En tercer lugar, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ya avanzó en su informe de 2012 que para cumplir los compromisos climáticos, al menos dos terceras partes de las reservas tendrían que quedarse bajo tierra. Los informes científicos, respaldados por el IPPC, aseguran que hay que reducir drásticamente las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, para evitar el agravamiento del cambio climático.
Estos datos deberían servir por sí solos para aparcar cualquier apuesta política por la búsqueda de nuevas reservas de combustibles fósiles como las de gas de esquisto en toda Europa, o las prospecciones petrolíferas de Canarias, el Mediterráneo o ahora el Cantábrico.
Pese a todo ello, la apuesta del Gobierno en España es clara, mientras se reducen los mecanismos de promoción de las instalaciones renovables, se han autorizado ya 30 nuevas áreas marinas para la exploración de yacimientos y posibles nuevas plataformas de hidrocarburos, y existen varios permisos solicitados por autorizar, que suponen multiplicar por quince la superficie marina que ya se está explotando.
El desarrollo de la energía renovable en España ha sido desde los años 80 cada vez más sólido, hasta situar a nuestro país a la vanguardia tecnológica y de infraestructuras renovables, como la eólica. Sin embargo, los cambios del marco regulatorio de esta industria, como resultado del fuerte grupo de presión de las petroleras y grandes compañías eléctricas, ha terminado por frenar su desarrollo.
Por todo ello, Ecologistas en Acción Cantabria ha solicitado al Ministerio de Industria que no se otorguen estos cinco Permisos de Investigación “Mesana”.
En segundo lugar, la explotación de hidrocarburos pone en riesgo la salud de sectores como el turismo y la pesca, sectores con una importancia y un volumen de actividad considerablemente mayor en Cantabria.
En tercer lugar, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ya avanzó en su informe de 2012 que para cumplir los compromisos climáticos, al menos dos terceras partes de las reservas tendrían que quedarse bajo tierra. Los informes científicos, respaldados por el IPPC, aseguran que hay que reducir drásticamente las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, para evitar el agravamiento del cambio climático.
Estos datos deberían servir por sí solos para aparcar cualquier apuesta política por la búsqueda de nuevas reservas de combustibles fósiles como las de gas de esquisto en toda Europa, o las prospecciones petrolíferas de Canarias, el Mediterráneo o ahora el Cantábrico.
Pese a todo ello, la apuesta del Gobierno en España es clara, mientras se reducen los mecanismos de promoción de las instalaciones renovables, se han autorizado ya 30 nuevas áreas marinas para la exploración de yacimientos y posibles nuevas plataformas de hidrocarburos, y existen varios permisos solicitados por autorizar, que suponen multiplicar por quince la superficie marina que ya se está explotando.
El desarrollo de la energía renovable en España ha sido desde los años 80 cada vez más sólido, hasta situar a nuestro país a la vanguardia tecnológica y de infraestructuras renovables, como la eólica. Sin embargo, los cambios del marco regulatorio de esta industria, como resultado del fuerte grupo de presión de las petroleras y grandes compañías eléctricas, ha terminado por frenar su desarrollo.
Por todo ello, Ecologistas en Acción Cantabria ha solicitado al Ministerio de Industria que no se otorguen estos cinco Permisos de Investigación “Mesana”.
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