“Es casi un abismo”. Carlos Sánchez, secretario general de Comisiones Obreras de Cantabria, está alarmado ante el crecimiento sin freno de la brecha entre el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de los cántabros y el del resto de los españoles. “Entre 2015 y 2017, el PIB per cápita medio de España ha logrado superar el de 2007, Cantabria sigue lejos de conseguirlo”.
La realidad que retratan los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) es que esa brecha es un 83,81% mayor de lo que ya lo era en 2007. A 30 de septiembre de 2017, el PIB per cápita de Cantabria era de 22.156 euros mientras la media en España era de 24.847 euros. Eso significa que un cántabro acumula de media al año 2.691 euros menos que la media de los españoles (casi un 11% de diferencia). En 2007, justo antes de profundizarse la crisis económica, esa diferencia era de 1.464 euros, lo que significaba una brecha del 6,12% entre el PIB per cápita nacional (23.900 euros) y el regional (22.436 euros).
“La brecha en 2017, a falta de los datos finales del año, crece porque el PIB per cápita de Cantabria no se recupera con el mismo vigor que la media española y eso tiene que ver con un tejido productivo pobre que se traduce en un mercado laboral precarizado”, explica Carlos Sánchez. “Que el 95% de las empresas cántabras tenga menos de 5 empleados, que el 93% de los nuevos contratos firmados en el último trimestre sean temporales dice mucho de nuestra economía”.
El propio Servicio Público de Empleo (SEPE) en su informe sobre 2016, al referirse a Cantabria, destacaba que “el Producto Interior Bruto creció un 2,3%, por debajo de las previsiones y de los más bajos entre las comunidades autónomas. En el conjunto del Estado el avance fue del 3,2%. La renta per cápita (21.553 euros), aun teniendo en cuenta el repunte de este año, está también por debajo del promedio nacional (23.970 euros)”. El SEPE confirma que el 93,35% de las personas contratadas en Cantabria lo son como eventuales, obra o servicio, e interinos. Sólo un 6,65% de los contratos firmados en 2016 corresponde a los indefinidos.
“El diagnóstico es claro, pero hay una mezcla nociva de indefinición y falta de perspectiva institucional y empresarial que impide definir un plan a medio y largo plazo: en lo político, en busca de réditos electorales; en lo empresarial, extrayendo beneficio a costa de los salarios en lugar de innovando e invirtiendo”, resalta el secretario general de CCOO Cantabria. El SEPE confirma esta realidad al señalar los aspectos críticos de la economía cántabra: “La pérdida de efectivos entre la población activa y el envejecimiento de la población junto a una salida de la región, tanto de nacionales como de extranjeros, añaden un grave problema estructural de nuestro mercado de trabajo y de sostenibilidad en general. [Un] tejido industrial debilitado y en parte con baja productividad, con la industria tradicional en dificultades para sobrevivir y con una capacidad exportadora limitada. Afectando a las tradicionales zonas industriales de Cantabria. La actividad económica muy condicionada por una dinámica de oferta y demanda con apenas margen para poder reaccionar, lo que exige una alta flexibilidad. [Y] Deterioro generalizado de las relaciones laborales, hasta el punto de que se habla de una tercera situación en el tradicional mercado laboral: indefinido, temporal y en precariedad. Políticas activas de empleo poco eficientes (…)”.
Carlos Sánchez considera que la situación “se está convirtiendo en estructural” y que es necesario un plan serio, integral y consensuado porque “se acaba el tiempo para diseñar un nuevo rumbo”.
“La brecha en 2017, a falta de los datos finales del año, crece porque el PIB per cápita de Cantabria no se recupera con el mismo vigor que la media española y eso tiene que ver con un tejido productivo pobre que se traduce en un mercado laboral precarizado”, explica Carlos Sánchez. “Que el 95% de las empresas cántabras tenga menos de 5 empleados, que el 93% de los nuevos contratos firmados en el último trimestre sean temporales dice mucho de nuestra economía”.
El propio Servicio Público de Empleo (SEPE) en su informe sobre 2016, al referirse a Cantabria, destacaba que “el Producto Interior Bruto creció un 2,3%, por debajo de las previsiones y de los más bajos entre las comunidades autónomas. En el conjunto del Estado el avance fue del 3,2%. La renta per cápita (21.553 euros), aun teniendo en cuenta el repunte de este año, está también por debajo del promedio nacional (23.970 euros)”. El SEPE confirma que el 93,35% de las personas contratadas en Cantabria lo son como eventuales, obra o servicio, e interinos. Sólo un 6,65% de los contratos firmados en 2016 corresponde a los indefinidos.
“El diagnóstico es claro, pero hay una mezcla nociva de indefinición y falta de perspectiva institucional y empresarial que impide definir un plan a medio y largo plazo: en lo político, en busca de réditos electorales; en lo empresarial, extrayendo beneficio a costa de los salarios en lugar de innovando e invirtiendo”, resalta el secretario general de CCOO Cantabria. El SEPE confirma esta realidad al señalar los aspectos críticos de la economía cántabra: “La pérdida de efectivos entre la población activa y el envejecimiento de la población junto a una salida de la región, tanto de nacionales como de extranjeros, añaden un grave problema estructural de nuestro mercado de trabajo y de sostenibilidad en general. [Un] tejido industrial debilitado y en parte con baja productividad, con la industria tradicional en dificultades para sobrevivir y con una capacidad exportadora limitada. Afectando a las tradicionales zonas industriales de Cantabria. La actividad económica muy condicionada por una dinámica de oferta y demanda con apenas margen para poder reaccionar, lo que exige una alta flexibilidad. [Y] Deterioro generalizado de las relaciones laborales, hasta el punto de que se habla de una tercera situación en el tradicional mercado laboral: indefinido, temporal y en precariedad. Políticas activas de empleo poco eficientes (…)”.
Carlos Sánchez considera que la situación “se está convirtiendo en estructural” y que es necesario un plan serio, integral y consensuado porque “se acaba el tiempo para diseñar un nuevo rumbo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario