CCOO y UGT se han concentrado esta mañana frente a la Delegación del Gobierno para mostrar, una vez más, su posición en contra del Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión con Estados Unidos (TTIP en inglés) y el Acuerdo Comercial con Canadá (CETA) porque supondrá más poder para las multinacionales y perjudicarán a las pequeñas y medianas empresas, principales motores de economías como la española.
El secretario general de CCOO, Carlos Sánchez, ha criticado que estos acuerdos, negociados con tanto “secretismo” por parte de las autoridades europeas y de los lobbies favorecerán al “gran capital”, en contra de los intereses de los estados y conseguirán más mercado pero con mucha menos democracia, menos controles, menos aranceles y menos barreras.
Sánchez ha advertido de que hay otros “aranceles y barreras” que son de tipo social y laboral y que también nos los quieren homologar con EEUU y Canadá donde los derechos laborales y el estado del bienestar “dejan mucho que desear”, lo que supondrá una pérdida de derechos, ya que Europa que es mucho más proteccionista en este asunto que Norteamérica.
En la misma línea, el secretario general de UGT en Cantabria, Mariano Carmona, ha mostrado su oposición a estos acuerdos y ha hecho hincapié en la “falta de criterio democrático”, ya que unos pocos están decidiendo una serie de condiciones que beneficien a las grandes multinacionales, para aumentar su poder el este mundo tan globalizado, dejando temas fundamentales como el derecho a la información, la participación y el derecho a decidir por parte de toda la ciudadanía en este proceso.
Carmona a subrayado que el TTIP y el CETA van a afectar negativamente, entre otros sectores, al sector de la agricultura porque las medidas sobre el uso de pesticidas son mucho más liberales y permisivas en Estados Unidos que aquí, y van a suponer un “ataque” contra las denominaciones de origen de las regiones, donde se concentran un porcentaje muy alto de nuestros nichos de trabajo.
Para CCOO y UGT, estos acuerdos permitirán más movimientos de capitales y a su vez, la “eliminación” de reglas de carácter sanitario en productos comerciales para favorecer a las economías de gran escala en detrimento de las menos poderosas y han denunciado que se está desviando la atención del TTIP para finiquitar el tratado con Canadá porque la mayoría de las multinacionales de Estados Unidos tienen su diversificación en su vecino del norte.
El secretario general de CCOO, Carlos Sánchez, ha criticado que estos acuerdos, negociados con tanto “secretismo” por parte de las autoridades europeas y de los lobbies favorecerán al “gran capital”, en contra de los intereses de los estados y conseguirán más mercado pero con mucha menos democracia, menos controles, menos aranceles y menos barreras.
Sánchez ha advertido de que hay otros “aranceles y barreras” que son de tipo social y laboral y que también nos los quieren homologar con EEUU y Canadá donde los derechos laborales y el estado del bienestar “dejan mucho que desear”, lo que supondrá una pérdida de derechos, ya que Europa que es mucho más proteccionista en este asunto que Norteamérica.
En la misma línea, el secretario general de UGT en Cantabria, Mariano Carmona, ha mostrado su oposición a estos acuerdos y ha hecho hincapié en la “falta de criterio democrático”, ya que unos pocos están decidiendo una serie de condiciones que beneficien a las grandes multinacionales, para aumentar su poder el este mundo tan globalizado, dejando temas fundamentales como el derecho a la información, la participación y el derecho a decidir por parte de toda la ciudadanía en este proceso.
Carmona a subrayado que el TTIP y el CETA van a afectar negativamente, entre otros sectores, al sector de la agricultura porque las medidas sobre el uso de pesticidas son mucho más liberales y permisivas en Estados Unidos que aquí, y van a suponer un “ataque” contra las denominaciones de origen de las regiones, donde se concentran un porcentaje muy alto de nuestros nichos de trabajo.
Para CCOO y UGT, estos acuerdos permitirán más movimientos de capitales y a su vez, la “eliminación” de reglas de carácter sanitario en productos comerciales para favorecer a las economías de gran escala en detrimento de las menos poderosas y han denunciado que se está desviando la atención del TTIP para finiquitar el tratado con Canadá porque la mayoría de las multinacionales de Estados Unidos tienen su diversificación en su vecino del norte.
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