Según se narra en el libto, en el 813 d.c. un ermitaño llamado Pelagio alertó al mundo sobre la existencia de una tumba. El Obispo de Iria Flavia, Teodomiro, se apresuró a identificar los restos que en ella aparecieron con el apóstol Santiago. La noticia corrió como la pólvora por a Europa cristiana, y la Orden de Cluny fortaleció esa convicción y contribuyó vigorosamente a desbrozar un viejo camino espiritual que conducía hasta el fin del mundo, no exactamente hasta su tumbra, sino hasta la Muerte. Pero el secreto residía, justamente, en trascenderla.
lunes, 2 de junio de 2014
Torrelavega: Floralia acoge el viernes la presentación del libro "Las claves perdidas del Camino de Santiago" a cargo de Mariano Fernández Urresti
Según se narra en el libto, en el 813 d.c. un ermitaño llamado Pelagio alertó al mundo sobre la existencia de una tumba. El Obispo de Iria Flavia, Teodomiro, se apresuró a identificar los restos que en ella aparecieron con el apóstol Santiago. La noticia corrió como la pólvora por a Europa cristiana, y la Orden de Cluny fortaleció esa convicción y contribuyó vigorosamente a desbrozar un viejo camino espiritual que conducía hasta el fin del mundo, no exactamente hasta su tumbra, sino hasta la Muerte. Pero el secreto residía, justamente, en trascenderla.
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