El portavoz de Izquierda Unida de Cantabria, Miguel Saro, ha instado al Gobierno de Cantabria a “que dirija su propia promoción cultural sin interferencias eclesiásticas”.
Lo hace así tras conocerse que el Obispado de Santander ha rechazado que la obra ‘Carmina Burana’ de La Fura dels Baus sea representada en el aparcamiento colindante al Monasterio de Santo Toribio “por ser contraria a la Iglesia”.
Para Miguel Saro, el hecho de que un miembro del clero “se crea con la potestad de inmiscuirse” en los asuntos públicos supone “un claro pulso” a las instituciones que “deberían velar por el interés de la mayoría”.
A su juicio, esta situación es consecuencia de “hacer seguimiento de una confesión religiosa en ámbitos culturales y lúdicos” cuando la fiesta, “en pleno siglo XXI, o se aborda desde un punto de vista antropológico y lúdico o no tiene sentido”.
Así, desde la formación de izquierdas esperan que desde las instituciones públicas “se avance en la laicidad que cualquier gobierno que se sitúe en 2018 debería defender, pues es la única forma de que el espacio que pertenece a toda la ciudadanía no se vea afectado por las creencias de particulares”.
“Esperamos que al igual que un evento artístico de estas características es vetado para hacerse en un aparcamiento –nadie había propuesto meterlo dentro del templo-, la Iglesia entienda a quienes creemos que el espacio público, incluidas nuestras escuelas y los curriculums académicos que en ellas se imparten, estén libres de cualquier catecismo”.
Por todo ello, ven en la alternativa propuesta por el Gobierno autonómico de realizar una doble función los días 11 y 12 de marzo en el recinto de La Serna de Potes “una buena respuesta que esperan que no se quede en un hecho puntual y se extienda a todos los ámbitos del espacio público en los que tienen la potestad de regular”.
Lo hace así tras conocerse que el Obispado de Santander ha rechazado que la obra ‘Carmina Burana’ de La Fura dels Baus sea representada en el aparcamiento colindante al Monasterio de Santo Toribio “por ser contraria a la Iglesia”.
Para Miguel Saro, el hecho de que un miembro del clero “se crea con la potestad de inmiscuirse” en los asuntos públicos supone “un claro pulso” a las instituciones que “deberían velar por el interés de la mayoría”.
A su juicio, esta situación es consecuencia de “hacer seguimiento de una confesión religiosa en ámbitos culturales y lúdicos” cuando la fiesta, “en pleno siglo XXI, o se aborda desde un punto de vista antropológico y lúdico o no tiene sentido”.
Así, desde la formación de izquierdas esperan que desde las instituciones públicas “se avance en la laicidad que cualquier gobierno que se sitúe en 2018 debería defender, pues es la única forma de que el espacio que pertenece a toda la ciudadanía no se vea afectado por las creencias de particulares”.
“Esperamos que al igual que un evento artístico de estas características es vetado para hacerse en un aparcamiento –nadie había propuesto meterlo dentro del templo-, la Iglesia entienda a quienes creemos que el espacio público, incluidas nuestras escuelas y los curriculums académicos que en ellas se imparten, estén libres de cualquier catecismo”.
Por todo ello, ven en la alternativa propuesta por el Gobierno autonómico de realizar una doble función los días 11 y 12 de marzo en el recinto de La Serna de Potes “una buena respuesta que esperan que no se quede en un hecho puntual y se extienda a todos los ámbitos del espacio público en los que tienen la potestad de regular”.
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