El Día Mundial del Agua no es un día de celebración, sino una jornada para impulsar cambios radicales en la gestión de este bien común.
Comisiones Obreras de Cantabria advierte sobre los riesgos que vive la región con un déficit en la planificación, falta de sistemas de depuración, una red de abastecimiento de aguan potable muy deteriorada, un uso incorrecto de las fuentes hídricas por parte de las empresas y una gestión opaca y poco democrática de las cuencas hidrográficas.
“Más allá de las declaraciones y de los actos de sensibilización, desde CCOO queremos pedir al Gobierno de Cantabria un compromiso político y acciones concretas para frenar el deterioro de nuestras fuentes hídricas y prevenir las crisis del agua futuras”, advierte Laura Lombilla, secretaria de Medio Ambiente de CCOO de Cantabria.
“Más allá de las declaraciones y de los actos de sensibilización, desde CCOO queremos pedir al Gobierno de Cantabria un compromiso político y acciones concretas para frenar el deterioro de nuestras fuentes hídricas y prevenir las crisis del agua futuras”, advierte Laura Lombilla, secretaria de Medio Ambiente de CCOO de Cantabria.
Lo que preocupa al sindicato tiene que ver con los déficits hídricos que se producen de forma recurrente debido a una ausencia de regulación de los recursos hídricos que permite, por ejemplo, que las empresas “sigan detrayendo agua sin realizar inversiones en depuración”. En Cantabria, la actual demanda de agua potable es de 123 Hm3/año, de los que el 60% (74 Hm3) es para el abastecimiento humano y el 40% (49 Hm3) es para uso industrial.
CCOO pide una gobernanza del agua democrática y una reforma de las cuencas hidrográficas de la región para adaptarse a las nuevas realidades ambientales, sociales y económicas. “Eso pasa por renovar y aumentar las plantillas, por reforzar e incentivar las comisiones de Planificación Hidrográfica y por estimular la participación ciudadana en las demarcaciones”.
CCOO, junto a UGT, han elaborado un manifiesto estatal en el Día Mundial del Agua en el que piden al Gobierno un Pacto del Agua, “enfocado desde un punto de vista social y que cuente con el respaldo y la participación de las organizaciones sociales y de los partidos políticos, asegurando que el acuerdo perdure en el tiempo y que no esté sometido a vaivenes políticos”.
Ese pacto debe reconocer por Ley la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), que reconoce el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial; redimensionar los diferentes usos del agua, siendo para ello una de las referencias científicas el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC); poner en marcha una política de inversión en I+D+i para actualizar los conocimientos sobre los recursos disponibles y su estado; elaborar un catálogo que contemple los caudales ecológicos mínimos y los distintos ecosistemas de cada Demarcación; mejorar la calidad del agua cumpliendo con la legislación europea y nacional para acabar con la contaminación del agua, eliminando los vertidos de productos químicos y materiales peligrosos; crear bancos de agua públicos porque la gestión del agua no puede depender de los intereses privados; reformar las cuencas hidrográficas para democratizar la gestión, democratizar los órganos de participación en la gestión del agua e integrar el concepto de Transición Justa, así como la creación de empleo verde y de calidad como pilar básico del Pacto.
Lombilla cree que Cantabria debe dar pasos en la misma línea y actualizar sus datos de gestión del agua, que actualmente no se basan en estudios serios de las demarcaciones, ni tienen en cuenta la demanda real de agua.
CCOO pide una gobernanza del agua democrática y una reforma de las cuencas hidrográficas de la región para adaptarse a las nuevas realidades ambientales, sociales y económicas. “Eso pasa por renovar y aumentar las plantillas, por reforzar e incentivar las comisiones de Planificación Hidrográfica y por estimular la participación ciudadana en las demarcaciones”.
CCOO, junto a UGT, han elaborado un manifiesto estatal en el Día Mundial del Agua en el que piden al Gobierno un Pacto del Agua, “enfocado desde un punto de vista social y que cuente con el respaldo y la participación de las organizaciones sociales y de los partidos políticos, asegurando que el acuerdo perdure en el tiempo y que no esté sometido a vaivenes políticos”.
Ese pacto debe reconocer por Ley la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), que reconoce el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial; redimensionar los diferentes usos del agua, siendo para ello una de las referencias científicas el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC); poner en marcha una política de inversión en I+D+i para actualizar los conocimientos sobre los recursos disponibles y su estado; elaborar un catálogo que contemple los caudales ecológicos mínimos y los distintos ecosistemas de cada Demarcación; mejorar la calidad del agua cumpliendo con la legislación europea y nacional para acabar con la contaminación del agua, eliminando los vertidos de productos químicos y materiales peligrosos; crear bancos de agua públicos porque la gestión del agua no puede depender de los intereses privados; reformar las cuencas hidrográficas para democratizar la gestión, democratizar los órganos de participación en la gestión del agua e integrar el concepto de Transición Justa, así como la creación de empleo verde y de calidad como pilar básico del Pacto.
Lombilla cree que Cantabria debe dar pasos en la misma línea y actualizar sus datos de gestión del agua, que actualmente no se basan en estudios serios de las demarcaciones, ni tienen en cuenta la demanda real de agua.
También recuerda que en este momento, cuando la gestión del agua es uno de los aspectos críticos de la sostenibilidad, el Gobierno de Cantabria pretende reducir los Planes Hidrográficos en la región, que son los que garantizan el suministro de agua potable al 70% de la población. “El agua es un derecho humano esencial y no puede haber crisis que justifique la desinversión o la desatención sobre este recurso”, concluye.
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