
Como apunta Torrelavega Sí, a lo largo de toda la ciudad, incluido el centro urbano, no es raro encontrarse con concentraciones de cableados sobre las fachadas de inmuebles que produce un grave perjuicio estético. Un hecho generalizado y extendido pero que cobra mayor significación en edificios nuevos o recientemente rehabilitados.
En este sentido, Torrelavega Sí señala como ejemplo más lacerante la reciente rehabilitación de la Plaza de Abastos. Un edificio destacada, sito en el mismo centro urbano, cuya reforma ha supuesto una inversión de de 215.000 euros, y que, sin embargo, y a entender de este partido, ha quedado sin rematar tal y como cabía esperar por coste de los trabajos y significación del proyecto.
De hecho, Torrelavega Sí apunta que una vez hecha una reforma interior de tanto calado en el citado edificio, y que ha sido sobradamente magnificada desde el equipo de gobierno, tanto el exterior como el entorno del mismo han sido completamente obviados en esta reforma. Humedades en la fachada, cables desordenados, arremolinados y y pendulones, cornisas maltrechas y desgastadas, lamparones en la pintura, suciedad extendida por los muros externos, grafitties mal hechos, ausencia o abandono de la jardinería son, ahora mismo, lo primero que ve el cliente o visitante de un edificio que acaba de ser rehabilitado.
Torrelavega sí considera imprescindible la aludida reordenación de este cableado y que, además, en las actuaciones que se lleven a cabo a partir de este momento se tenga en cuenta este problema. Así, por ejemplo, en las nuevas áreas urbanas que serán objeto de reforma, como las calles Ancha y Carrera se canalice el cableado para que este deje de ser un elemento discordante y estéticamente agresivo. Del mismo modo, las reformas en fachadas también deberían de tener en cuenta este aspecto.
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