lunes, 25 de julio de 2016

Santander: Péter Csaba dirige mañana a la Camerata Viesgo del Encuentro en el Concierto para Familias con lo que se despide esdta ediciòn


El Encuentro de Música y Academia de Santander, organizado por la Fundación Albéniz que preside Paloma O´Shea, despide su décimo sexta edición en Santander con el Concierto para Familias : una fiesta de la música para todos los públicos. 
La sala Argenta del Palacio de Festivales acogerá mañana martes 26 una doble velada musical. A las 18 :00 horas tendrá lugar un concierto especial, patrocinado por la Fundación Banco Santander, dedicado a los más pequeños para que contacten con la música clásica de una forma más amena y en compañía de sus familiares. Esa misma noche el público adulto podrá disfrutar de la última cita de Argenta con el concierto que tendrá lugar a las 20 :30 h, patrocinado, esta vez, por Viesgo.
Será una tarde especial, con una duración más ajustada precisamente pensando en el público infantil, ya que el propósito es que los niños y niñas interactuen y se muestren de los más participativos y expresivos ante la música que están escuchando. El Concierto para Familias se presenta accesible para todos los públicos con entradas a unos precios populares de 5 euros para los adultos y de 2,50 euros para los niños (hasta 14 años), que se podrán adquirir, como siempre, en las taquillas del Palacio de Festivales así como en internet en: www.palaciofestivales.com y en entradas.eldiariomontanes.es y www.entradas.com.
Esta tarde-noche en el Palacio de Festivales de Cantabria se va a rendir un homenaje al 175 aniversario del nacimiento de Antonín Dvorak (1841-1904) por lo que comenzará con “La vida de Dvorák de serenata en serenata”. La presentación será de lo más animada con marionetas y proyecciones, teniendo como maestro de ceremonias a Gustavo Moral. Este abulense afincado en Santander dirige el proyecto EducArte desde el que edita materiales didácticos y produce propuestas escénicas para acercar todo tipo de música a niños, jóvenes y -de vez en cuando- también a mayores. Colaborador del proyecto didáctico Link Up del Carnagie Hall de Nueva York, trabaja regularmente en proyectos pedagógicos y sociales con las Orquestas Sinfónicas del Principado de Asturias, Navarra, Extremadura y Bilbao.
La música comenzará a sonar cuando el maestro Péter Csaba dirija a la Camerata Viesgo del Encuentro, en la serenata para orquesta de cuerda en mi mayor op.22. Selección de Antolín Dvorak. Csaba (Rumanía, 1952) es desde 2012 el Director Artístico y Director Titular de la Orquesta Sinfónica de Budapest MÁV. En Cantabria, además es conocido por ser el director Artístico del Encuentro de Música y Academia de Santander, que organiza la Fundación Albéniz presidida por Paloma O’Shea. Csaba es titular de la Cátedra de Orquesta del Conservatorio Superior de Lyon y miembro de la Real Academia Sueca. Ha sido Director Artístico y Principal de la Orquesta Sinfónica de Besançon, del Festival de Música de Kuhmo y del Festival Laponia, así como de la Orquesta de Cámara Musica Vitae de Suecia. Ha hecho giras por más de 80 países, colaborando con los mejores y más grandes músicos. Hasta la fecha tiene grabados 50 CDFS.
Además de a Csaba, veremos en la dirección a Hansjörg Schellenberger con el oboe, para interpretar con la Camerata Viesgo del Encuentro la Serenata para diez instrumentos de viento, violonchelo y contrabajo en re menor op. 44. Selección de Dvorak. Schellenberger (Alemania, 1948) en 1965 ganó su primer premio en el Concurso de Jóvenes Músicos de Alemania. Tras este éxito asistió al Campamento Internacional de Música en Interlochen, Michigan, donde participó en un concurso para jóvenes talentos, que también ganó. Con veintiún años dirigía ya la Orquesta de Jan Koetsier y, años más tarde, se convirtió en oboe solista tanto de la Orquesta Sinfónica de la Radio Colonia como de la Filarmónica de Berlín. Desde el curso 2000-2001 es Profesor Titular de la Cátedra de Oboe en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. En la actualidad es Profesor Jefe del Departamento de vientos del Instituto Internacional de Música de Cámara de Madrid. Ha conseguido numerosas distinciones, entre ellas, los Premios de Cultura de Bavaria y de Renania Westfalia. En 1981 comenzó diez años de enseñanza en la Universidad de las Artes de Berlín y fue uno de los fundadores del Ensemble Viena-Berlín.
Concierto a las 20 :30 h.
Esa misma noche el público adulto podrá disfrutar de la última cita de Argenta con el concierto que tendrá lugar a las 20 :30 h, patrocinado por Viesgo. El programa comenzará viendo sobre el escenario a los jóvenes músicos del Encuentro : Oszkár Varga y Vilmos Csikos (violines), Natania Hoffman (violonchelo) y Aleksandra Myslek (piano) interpretar Bagatelas para dos violines, violonchelo y piano, op.47 B79. 
Según notas al programa de Luís Suñén “es un precioso programa el que se propone en esa noche en homenaje a Antonin Dvorák, en el 175 aniversario de su nacimiento con dos obras mayores y una que las complementa —aunque en casos como el de Dvorák lo menor ya es suficientemente grande dándonos otra visión de su genio creador. 
Comienza el programa por esta precisamente, las Bagatelas, op. 47 escritas del 1 al 12 de mayo de 1878 para dos violines, violonchelo y, curiosidad, armonio. Era este un instrumento que no resultaba raro en Centroeuropa en la época y que aportaba una sonoridad peculiar aunque con el piano, como escucharemos hoy, las cinco piezas que componen la obra completa —la más significativa seguramente la tercera— quedan sin duda enriquecidas. Las bagatelas, ya sabemos, son en música piezas de carácter ligero, breves pero, como las de Beethoven, también intensas.”
Siempre es bueno rendir homenaje a un compositor como Antonin Dvorák. Y no sólo porque se cumplan los 175 años de su nacimiento sino como agradecimiento al hecho de habernos legado una obra tan variada como expresiva, con ese toque popular tan suyo, con esa alegría a veces tan expansiva, música para la felicidad en suma.
Suñén apunta que “las serenatas de Dvorák ofrecen dos ejemplos de cómo las obras con esos títulos pueden corresponderse al género camerístico —Op. 44— o sinfónico —Op. 22. En ambos casos, sin embargo, se dan características comunes que corresponden plenamente al estilo del autor: la frescura de la inspiración, la luminosidad de la pincelada y la importancia de la evocación de lo popular.”
Hansjörg Schellenberger (oboe y dirección) con la Camerata Viesgo del Encuentro tocará la serenata para diez instrumentos de viento, violonchelo y contrabajo en re menor Op. 44. Esta obra fue escrita en 1878 —la época de sus Danzas eslavas y Rapsodias eslavas— y, su relación con la música para el aire libre de Mozart, que habremos escuchado en alguno de los conciertos anteriores, es más que evidente salvando las distancias de época mientras, al mismo tiempo, asume la línea de compositores tan adictos a estas formas como Hummel, Spohr o Berwald. El peso de los instrumentos de viento es evidente por cuanto la presencia de las cuerdas — violonchelo y contrabajo solamente— sirve para mantener una especie de bajo que haga menos agreste la prestación de metales y maderas. Dicho lo cual no queda sino rendirse a la hermosura de una pieza llena de encanto.”
El concierto final del XVI Encuentro finalizará con Péter Csaba dirigiendo la serenata para orquesta de cuerda en mi mayor Op. 22. Esta obra de 1875 y revela muy bien el dominio de Dvorák en el terreno orquestal, tanto como su contemporánea Sinfonía nº 5, y rebosa la felicidad que en aquel entonces vivía el compositor, al fin reconocido en su carrera, padre ya de un hijo, receptor de encargos que le otorgaban la posibilidad de vivir bien de su trabajo y cada vez más reconocido por todas partes. 
Esta Serenata, además, sentará cátedra de la forma, no en vano Chaikovski en 1880 y Josef Suk —yerno de Dvorák— en 1892, escribirán obras similares que, además, como en el caso de la del autor de la Sinfonía del Nuevo Mundo, figuran en lugar señero de sus catálogos. Aquí la forma serenata pareciera ir más allá que en la Op. 44 —que guarda algo del viejo concepto de la forma que Mozart elevara— en el sentido de que se trata de música de vocación sinfónica, como lo fueron también las Serenatas de Johannes Brahms, las dos de un mayor aliento constructivo que las de Dvorák, de una ambición mayor también y pruebas hacia un territorio sinfónico que el checo dominaba ya sin duda alguna. Foto: Cortesía de Elena Torcida

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