Otra cosa (que no se hace) es que Hacienda comprobase la diferencia de patrimonio entre la entrada y la salida del cargo político. De todas formas….a parte del chismorreo de cuanto dice que tiene cada uno, ¿para qué sirve?. Hay siete mil maneras diferentes de disimular aumentos de patrimonio.. Y, por otra parte…¿por qué a los cargos de elección?. ¿No debería hacerse lo mismo con el personal de confianza, los administradores de los numerosos organismos semipúblicos, o puestos a ello, los altos cargos funcionarios de carrera?.
Transparencia sería que, cada fin de mes, se especifique cuánto ha cobrado el cargo, en concepto de sueldo, dietas, asistencia a reuniones,consejos de administración… Y que, además, se acompañase una explicación de a que ha dedicado su tiempo, reuniones, dónde y con quién, proyectos, resultados, etcétera. Es lo que pide cualquier empresa a sus altos directivos, como justificación de su sueldo, de los incentivos y de las minutas de gastos.
Hay que nos ponemos transparentes, transparencia sería no hacer a escondidas la recalificación de los terrenos de Sniace, por ejemplo. Transparencia es explicar primero qué se va a hacer con el museo Vicente Trueba, antes de desmontarle a escondidas para poner más oficinas municipales (Josefina se estará removiendo en su tumba, viendo la falta de respeto a su legado familiar). Transparencia es decir dónde para el busto de Ruiz de Rebolledo. Transparencia es contarnos para qué compramos el Cine Pereda y luego pedimos los antiguos Juzgados y seguimos pidiendo la Casa de Cultura. Transparencia es controlar el absentismo de los cargos políticos en sus puestos. Transparencia es saber cuándo y cómo se puede hablar con ellos. Son algunos de los temas que pueden someterse a divulgación pública.
Serafín Fernández Villazón, secretario Club Piscis de Cantabria
Gracias, Lalo.
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