A raíz de la denuncia en marzo de 2017, de más de una veintena de vertidos ilegales al río Saja, realizada por SOS Suances y Ecologistas en Acción, se están produciendo en este inicio de 2018 las notificaciones de sanción a diferentes entidades responsables de los mismos, entre las que están la empresa pública MARE, Sniace o algunos ayuntamientos.
Hay algunas conclusiones en este proceso, las entidades que provocaron estos vertidos, por acción o por omisión, son las que tienen que velar por la salubridad pública y por el buen estado del medio ambiente. Como así lo pregonan en sus objetivos, directrices o estatutos. Se constata una falta de responsabilidad y eficiencia preocupante en entidades que debieran tener la confianza de la opinión pública.
Otra conclusión es el diferente rigor en velar por el buen estado y la calidad de las aguas de la ría de San Martín, entre la Confederación Hidrográfica, competente en el espacio fluvial y la Consejería de M. Ambiente con competencias en la franja mareal, donde precisamente se están produciendo los vertidos de aguas residuales más importantes, de forma “legal”, con las correspondientes autorizaciones y con una permisividad que está acentuando el nivel de contaminación. Constatar que no se está teniendo en cuenta el efecto acumulativo de los diferentes vertidos con autorizaciones individuales.
demás de los vertidos denunciados, es lamentable conocer la existencia de un número mucho mayor, como así lo ha reconocido la Dirección General de M. Ambiente, que junto a los citados vertidos “legales”, está provocando un deficiente estado de la masa de agua del estuario como se confirma a través de varios trabajos de la Universidad de Cantabria y de Costas.
Al evidente daño al medio ambiente hay que sumar el inicio de una nueva campaña turística con importantes intereses económicos en juego en toda la comarca.
Hay algunas conclusiones en este proceso, las entidades que provocaron estos vertidos, por acción o por omisión, son las que tienen que velar por la salubridad pública y por el buen estado del medio ambiente. Como así lo pregonan en sus objetivos, directrices o estatutos. Se constata una falta de responsabilidad y eficiencia preocupante en entidades que debieran tener la confianza de la opinión pública.
Otra conclusión es el diferente rigor en velar por el buen estado y la calidad de las aguas de la ría de San Martín, entre la Confederación Hidrográfica, competente en el espacio fluvial y la Consejería de M. Ambiente con competencias en la franja mareal, donde precisamente se están produciendo los vertidos de aguas residuales más importantes, de forma “legal”, con las correspondientes autorizaciones y con una permisividad que está acentuando el nivel de contaminación. Constatar que no se está teniendo en cuenta el efecto acumulativo de los diferentes vertidos con autorizaciones individuales.
demás de los vertidos denunciados, es lamentable conocer la existencia de un número mucho mayor, como así lo ha reconocido la Dirección General de M. Ambiente, que junto a los citados vertidos “legales”, está provocando un deficiente estado de la masa de agua del estuario como se confirma a través de varios trabajos de la Universidad de Cantabria y de Costas.
Al evidente daño al medio ambiente hay que sumar el inicio de una nueva campaña turística con importantes intereses económicos en juego en toda la comarca.
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