Según explica Barredo, la moción nace de la necesidad de tomar medidas institucionales para frenar la escalada de popularidad que a nivel europeo están teniendo diversas fuerzas abiertamente xenófobas, que incluso han llegado al gobierno como en los casos de Italia o Hungría.
Entre las medidas destacadas en la moción se recoge la prohibición de ceder espacios públicos a organizaciones fascistas, racistas, homófobas o machistas, instando además a que se tomen cartas en el asunto y frenar el desarrollo de estos grupos que atentan contra los valores de respeto, convivencia y democracia.
Según Barredio, "en pleno siglo XXI y con una sociedad cada vez más globalizada y multi-cultural
estos grupos están, mediante el uso de mentiras y demagogia creando el caldo de cultivo para generar odio y evitar que la responsabilidad de la grave situación política y económIca que vivimos recaiga en las víctimas y no en los culpables.
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