“Lutero y Calvino: Itinerarios de la Reforma” es la sexta conferencia, y primera extraordinaria, que organiza la SCE en el curso 2017-2018. Como es protocolario, la Mesa estuvo presidida por José Antonio Otero, Presidente del Centro Gallego en donde se celebran estas actividades y otras que regularmente organiza la Sociedad Cántabra de Escritores.
El Presidente de la SCE, Marino Pérez de Avellaneda y el también miembro de la Junta Directiva, Víctor Abascal, constituyeron la Mesa junto al Ponente de la conferencia, el Doctor y Profesor de la UC, Ramón Maruri Villanueva.
Aunque es la segunda vez que Maruri nos visita en este curso y ésta es su segunda conferencia sobre la Reforma de Lutero (continuación de la celebrada el día 21 de noviembre), el público asistente llenó completamente el Salón de Actos, encontrándose entre ellos Benito Madariaga.
El Presidente, Marino Pérez Avellaneda se encargó de transmitir el fallecimiento reciente de dos personas muy queridas: el socio D. Manuel Bartolomé, compañero de la Junta de la SCE, y la Estela de Oro de las Letras de Cantabria 2014, Doña Carmen González Echegaray.
De ambos señaló su perfil humano y profesional, haciendo a continuación un breve comentario del Ciclo de conferencias y otras actividades que se celebrarán en las próximas semanas: la presentación en Santander, el día 30 de enero, del Libro colectivo 2017 que edita la SCE, Goterales. Recreaciones de Cantabria, y en Torrelavega, el día 7 de febrero, junto al tercer volumen de la Horadada (Pliegos poéticos); así como la celebración del VII Día de las Letras de Cantabria, el 19 de febrero, en el Paraninfo de la UC en Santander.
Sin más demora, Víctor Abascal presentó al Profesor Maruri e hizo un recuerdo elogioso de su primera conferencia, a la vez que dio lectura a los hechos más destacados del extenso curriculum del autor.
Ramón Maruri estructuró su conferencia en cuatro partes. En la primera realizó una síntesis de la conferencia anterior con el propósito de contextualizar el tema que iba a desarrollar.
En la segunda parte puso de manifiesto el afán espiritualizante de Lutero, pero también las consecuencias más radicales que se dieron a partir de la ruptura con Roma, muy contrarias a la voluntad del monje agustino y a su doctrina: la guerra de los campesinos que se rebelaron contra el patrimonio eclesiástico y causaron más de 100.000 muertos en Alemania. También, las iglesias magisteriales que fueron apareciendo con el tiempo al extenderse su teología a otros territorios: el luteranismo inglés y el calvinismo, el más extendido en Suiza y Países Bajos y que, a su vez, fue tomando diferentes itinerarios y ganando en diversidad.
En la tercera parte se refirió a Calvino, humanista como Lutero, pero con posiciones doctrinales y estrategias distintas -dijo: El Dios de Lutero es misericordioso y perdona desde la fe (Justificación de la salvación por la fe). El Dios de Calvino es ‘más distante, más severo`. Niega la predestinación en el origen del hombre, y sienta las bases de una teología de la culpa; el hombre será juzgado y, en consecuencia, el método de Calvino es dictatorial e inquisitorio. De hecho, hace de Ginebra una Nueva Jerusalén: una Ciudad-Iglesia (teocracia) en la que se predica la prohibición y se castiga, en ocasiones (Miguel Servet) con la hoguera, la negación de un dogma de fe por constituir una ofensa a Dios. Calvino niega la consustanciación que celebra la iglesia luterana: el Cuerpo y la Sangre de Cristo (transustanciación para la iglesia católica). El calvinismo se divulga en mayor extensión que el luteranismo y ello es debido a su vocación proselitista; a la utilización de la lengua francesa en los escritos, y a su adaptación a cualquier marco político- terminó diciendo el profesor Maruri.
Finalmente abordó en extensión la cuarta parte de la conferencia, dando respuesta a las preguntas: ¿Qué sentido tiene hoy hablar de la Reforma? ¿Qué debe el mundo actual al protestantismo?.
Entre otras muchas cosas señaló que, aunque los inductores de la Reforma no pensaran en las consecuencias sociales de ésta, el pluralismo cristiano que sobrevino permitió la secularización del pensamiento y con ello, se favoreció la tolerancia, la observación empírica y el desarrolló del método científico. También, la secularización de la cultura escrita permitió la disminución del analfabetismo. Se alumbró la noción ética del trabajo: el trabajo, no como un castigo divino sino como un valor grato a Dios. La Reforma puso en valor la libertad del individuo para desarrollar una conciencia responsable y ética (la estimación ética del sujeto).
Siguió Maruri analizando un buen número de relaciones causales existentes entre los principios acuñados en la Reforma y las conductas socio-económicas de los pueblos europeos que la adoptaron. Así, puso en relieve algunos análisis comparativos surgidos de las últimas crisis europeas y el perfil de algunos comportamientos diferenciados que se observan en la Europa del Mediterráneo.
La conferencia y el debate que propuso Maruri entusiasmó al público que aplaudió largamente al término de la sesión.
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