“Estamos aquí para que el sistema educativo funcione”. Raquel Gutiérrez lo tiene clarísimo. Dice que el engranaje de profesorado, alumnado, Administración, familias, etc. tiene que acoplarse bien si de lo que se trata es de ofrecer una educación de calidad.
Su labor como delegada de la Federación de Enseñanza de CCOO en Cantabria mira directamente al profesorado, una de las patas imprescindibles del sistema, pero no deja atrás al resto de la comunidad educativa para trabajar en torno a los tres pilares sobre los que Gutiérrez construye y apuntala su trabajo: Reducción de la tasa de interinidad, Escuela rural y Atención a la diversidad.
Raquel Gutiérrez es pedagoga y psicopedagoga y quizás su vocación social la ha dotado de una suerte de sexto sentido fundamental para que se haya convertido en una persona esencial para muchos de los afiliados que han encontrado en ella una persona cercana, amable, que escucha sus problemas, les orienta y les facilita los canales para intentar poner solución a cada conflicto.
Aunque sólo lleva un par de años como delegada, y reconoce que todavía tiene mucho que aprender, confiesa que su trabajo en el sindicato, del que ella tenía otra percepción, la llena y hace que cada día se levante con una nueva motivación.
“Mi idea de qué era ser delegada era lo que más me frenaba para dar el salto. La secretaria general de la Federación de Enseñanza, Conchi Sánchez, me insistía mucho en que formara parte de su equipo pero yo pensaba que la labor que se realizaba aquí era muy de gestión, de resolución de conflictos laborales tipo nóminas, horarios y demás. Sin embargo, aunque eso es una parte importante del trabajo, también está el abordaje de otras temáticas interesantes como los desafíos de la escuela rural, el problema de los refugiados, la elaboración de materiales didácticos para repartir en los centros educativos, etc.”, ha señalado Raquel.
Esta funcionaria de carrera desde 2016 y oriunda de Cabuérniga, donde reside en la actualidad, reconoce “fundamental el trato directo, cercano con un afiliado que ve que tiene la mano tendida del sindicato porque, al fin y al cabo, paga una cuota todos los meses para sentirse apoyado”, sentencia. Así, es contundente al afirmar que “trabajo en un sitio donde me llena lo que hago”.
Paladín del medio rural y, por ende, de la escuela en ese ámbito, esta delegada tiene muy claro que en muchas zonas el colegio es el único medio cultural, en torno al cual se organizan muchas actividades donde participan todos los vecinos de la comarca.
“La escuela rural importa y más en Cantabria. De hecho, el año pasado conseguimos reunir a mucha gente en una jornada sobre este tema. Hemos conseguido que el centro de Casar de Periedo cuente con 5º y 6º de Primaria y no hacer que los niños tengan que ir a un colegio a Cabezón de la Sal. También hemos logrado que en el colegio de Terán de Cabuérniga se mantengan los niveles por edad y todavía no les junten por ciclos, como pasa en Puente Nansa, algo que tampoco veo mal. Además, desde CCOO estamos muy orgullosos de que, a través del Plan de Proyección Europeo para la Escuela Rural, haya más recursos para la escuela rural”, enumera Raquel Gutiérrez.
Raquel, que tiene un hijo de 4 años al que intenta inculcar los valores del medio rural, es consciente de que vivir en Cabuérniga tiene algunas limitaciones pero, a pesar de ellas, asegura que es feliz en un pueblo que no llega al centenar de habitantes. “La escuela rural tiene unos beneficios que no te aporta la escuela en las grandes ciudades. En la clase de mi hijo son 8 niños por lo que reciben una atención muy individualizada y pueden trabajar los contenidos didácticos saliendo al propio entorno, algo que en los grandes núcleos es impensable”, afirma.
Otro de sus campos de batalla es todo lo relacionado con la Atención a la Diversidad, donde reconoce que aún queda mucho por hacer porque durante muchos años se ha aislado y segregado a unos niños que tienen mucho que aportar. “Se habla mucho de inclusión pero hay que reivindicarla porque no se apuesta ni se invierte en ella”, lamenta.
Tampoco quiere dejar de hablar del problema de la interinidad, que en Cantabria alcanza el 31% en Educación, una de las tasas más altas de España. “Hay que estabilizar cada vez más puestos porque la interinidad no es buena ni para los profesores ni para los niños”, concluye.
Su labor como delegada de la Federación de Enseñanza de CCOO en Cantabria mira directamente al profesorado, una de las patas imprescindibles del sistema, pero no deja atrás al resto de la comunidad educativa para trabajar en torno a los tres pilares sobre los que Gutiérrez construye y apuntala su trabajo: Reducción de la tasa de interinidad, Escuela rural y Atención a la diversidad.
Raquel Gutiérrez es pedagoga y psicopedagoga y quizás su vocación social la ha dotado de una suerte de sexto sentido fundamental para que se haya convertido en una persona esencial para muchos de los afiliados que han encontrado en ella una persona cercana, amable, que escucha sus problemas, les orienta y les facilita los canales para intentar poner solución a cada conflicto.
Aunque sólo lleva un par de años como delegada, y reconoce que todavía tiene mucho que aprender, confiesa que su trabajo en el sindicato, del que ella tenía otra percepción, la llena y hace que cada día se levante con una nueva motivación.
“Mi idea de qué era ser delegada era lo que más me frenaba para dar el salto. La secretaria general de la Federación de Enseñanza, Conchi Sánchez, me insistía mucho en que formara parte de su equipo pero yo pensaba que la labor que se realizaba aquí era muy de gestión, de resolución de conflictos laborales tipo nóminas, horarios y demás. Sin embargo, aunque eso es una parte importante del trabajo, también está el abordaje de otras temáticas interesantes como los desafíos de la escuela rural, el problema de los refugiados, la elaboración de materiales didácticos para repartir en los centros educativos, etc.”, ha señalado Raquel.
Esta funcionaria de carrera desde 2016 y oriunda de Cabuérniga, donde reside en la actualidad, reconoce “fundamental el trato directo, cercano con un afiliado que ve que tiene la mano tendida del sindicato porque, al fin y al cabo, paga una cuota todos los meses para sentirse apoyado”, sentencia. Así, es contundente al afirmar que “trabajo en un sitio donde me llena lo que hago”.
Paladín del medio rural y, por ende, de la escuela en ese ámbito, esta delegada tiene muy claro que en muchas zonas el colegio es el único medio cultural, en torno al cual se organizan muchas actividades donde participan todos los vecinos de la comarca.
“La escuela rural importa y más en Cantabria. De hecho, el año pasado conseguimos reunir a mucha gente en una jornada sobre este tema. Hemos conseguido que el centro de Casar de Periedo cuente con 5º y 6º de Primaria y no hacer que los niños tengan que ir a un colegio a Cabezón de la Sal. También hemos logrado que en el colegio de Terán de Cabuérniga se mantengan los niveles por edad y todavía no les junten por ciclos, como pasa en Puente Nansa, algo que tampoco veo mal. Además, desde CCOO estamos muy orgullosos de que, a través del Plan de Proyección Europeo para la Escuela Rural, haya más recursos para la escuela rural”, enumera Raquel Gutiérrez.
Raquel, que tiene un hijo de 4 años al que intenta inculcar los valores del medio rural, es consciente de que vivir en Cabuérniga tiene algunas limitaciones pero, a pesar de ellas, asegura que es feliz en un pueblo que no llega al centenar de habitantes. “La escuela rural tiene unos beneficios que no te aporta la escuela en las grandes ciudades. En la clase de mi hijo son 8 niños por lo que reciben una atención muy individualizada y pueden trabajar los contenidos didácticos saliendo al propio entorno, algo que en los grandes núcleos es impensable”, afirma.
Otro de sus campos de batalla es todo lo relacionado con la Atención a la Diversidad, donde reconoce que aún queda mucho por hacer porque durante muchos años se ha aislado y segregado a unos niños que tienen mucho que aportar. “Se habla mucho de inclusión pero hay que reivindicarla porque no se apuesta ni se invierte en ella”, lamenta.
Tampoco quiere dejar de hablar del problema de la interinidad, que en Cantabria alcanza el 31% en Educación, una de las tasas más altas de España. “Hay que estabilizar cada vez más puestos porque la interinidad no es buena ni para los profesores ni para los niños”, concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario