Va a ser impartido por Raquel Losantos Shakti, profesora de Yoga y Pilates, Bailarina y Facilitadora de cursos sobre Desarrollo Personal. Terapeuta y Homeópata especializada en Flores de Bach. Responsable del área de Salud y Bienestar de www.revueltablanco.com. Experta en Danza Yoga, Yogapilates, Yoga energético y Yoga para la 3ª edad.
El taller está inspirado en los 5 Ritmos de Gabrielle Roth. La práctica continuada de los 5 Ritmos ofrece grandes beneficios emocionales, mentales, físicos, psicológicos y espirituales. Si se practica y experimenta a fondo puede llevar a una verdadera transformación.
Esta práctica de movimiento la podemos definir también como un ejercicio aeróbico muy sencillo que empieza concediéndole importancia a la relación con el cuerpo y la respiración, y de esta forma, con la ayuda de música cuidadosamente seleccionada e información guiada, lleva a alguien sin apenas experiencia o a alguien con muchísima experiencia en el ámbito del movimiento, a realizar desde movimientos muy lentos hasta movimientos más enfáticos, acentuados y precisos, y desde movimientos bastante enérgicos hasta movimientos muy suaves que reflejan fascinación, para hacerle volver a un punto de mayor quietud centrado en la respiración y las diferentes partes del cuerpo físico.
Los cinco ritmos son: Fluido: Nuestra parte femenina, el profesor de la fluidez y la gracia. La etapa de la infancia, la madre y el elemento Tierra.
Es un ritmo que busca encontrar una continuidad en el movimiento, mediante el que somos conscientes del peso del propio cuerpo. Es un movimiento continuo, circular, pesado, en contacto con la tierra, el movimiento de una cosa transformándose en otra.
Stacatto: Nuestra parte masculina, es el profesor de la definición y el refinamiento. El ritmo del Padre, del Fuego y del Corazón. La etapa de la niñez a la pubertad. Es el ritmo en el que expresamos lo que hemos escuchado con movimientos enfáticos, expresivos, surgen ángulos, líneas, aristas, formas y es como si hubiéramos pasado de escuchar el movimiento de la energía interior a darle forma física. Empezamos a decir “sí” a esto y “no” a lo otro, abriéndonos a algo o apartándolo.
Caos: el anuncio de la creatividad que busca forma. El ritmo de la adolescencia y el elemento Agua. La integración de la energía femenina y masculina, la energía de la madre y del padre, la energía relacionada con la tierra y el fuego donde los movimientos son a la vez fluidos, continuos, circulares y se expresan donde la melodía y el ritmo se juntan. Y cuanto más nos permitimos vibrar libremente con el sonido, lo que empezamos a notar o lo que empieza a fascinarnos son las formas que está dibujando el cuerpo y es esa fascinación por las formas la que nos lleva al cuarto ritmo…
Lírico: es el profesor de la síntesis y la integración. Es el ritmo de la madurez y el elemento Aire. Es el ritmo de la fascinación que produce el propio movimiento a través de olas y formas y la disolución, en cierto sentido, de la forma sólida. Aquí el movimiento está trascendiendo del cuerpo físico. Y al dejarnos llevar cada vez más por esa fascinación por las formas y olas y la energía en movimiento en el ritmo Lírico, acabamos adentrándonos en el quinto ritmo…
Quietud: el profesor de la compasión y la paz. El ritmo de la compasión y el éter. La etapa de la vejez. Es un enlace entre lo mundano y lo mágico, lo ordinario y lo sagrado. El ritmo en el que existe la intención o el sentimiento o el impulso de querer manifestar la Unidad. El movimiento, quien baila, la respiración y el espacio externo “es uno” y por tanto, este es el ritmo que probablemente más se asemeja a una meditación de pie o en movimiento.
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