El Rebujas Rock que se celebró ayer en el pueblo de San Mateo se ha saldado como “un rotundo éxito” tal y como aseguran desde la asociación en un comunicado de prensa. Buena muestra de la relevancia que tiene el Rebujas en todo el país es la variedad de comunidades que se han encontrado representadas, siendo especialmente significativa la afluencia de gente de Euskadi, Asturias, Castilla y León y Madrid, el “honor” de ser los primeros acampados en 2017 se lo llevaron unos jóvenes de La Rioja que llegaron el viernes a mediodía.
El festival fue abierto por "4 de copas" un banda torrelaveguense que ha defendido el pabellón cántabro en la presente edición. Un grupo que cuenta con 20 años de experiencia en el panorama rockero de la región.
Rebujas Rock significa autogestión, altruismo, voluntariado, alternativo, bocadillos, acampada… y sobre todo Desastre. “Nadie tiene una calle en el pueblo de San Mateo porque sí” dice Rubén García, presidente de la Asociación Rebujas, y que Desastre tenga una calle a unos metros del recinto del festival es por la unión que tienen grupo y festival. Los de Usera era la decimosexta vez que se subían al escenario cántabro y lo hacían con el trabajo finalizado de haber grabado un disco que aún no ha visto la luz. Como es habitual un concierto rápido, directo y lleno de energía, y es que los madrileños conocen muy bien al publico cántabro y saben lo que les gusta. El grupo incluyo entre su repertorio el himno del festival, Que No Amanezca, teniendo la colaboración de “Vero” de SinBat y de tres miembros de la organización.
Radiocrimen, que procedían desde el País Vasco han sido la banda representante del punk-rock más clásico y duro. Canciones rápidas y comprometidas que hacían vibrar a todo San Mateo.
Uno de los grupos más esperados del festival eran los extremeños , Sinkope. Rock urbano y divertido es su seña de identidad, algo que se cumplió rajatabla. Canciones de su último trabajo mezcladas con temas ya míticos como “Le voy a cobrar a mi labio tus miradas” o “El carro de la vida”.
La banda austriaca Russkaja actuaban por primera vez no solo en Cantabria sino en el norte del país. La mezcla entre ska, rock y polka rusa hizo vibrar a todo el pueblo de San Mateo con un concierto dinámico, rápido y festivo. La banda liderada por Georgij Makazaria sorprendió a todos los que no les conocían, debido a su buen manejo de los instrumentos, especialmente la violinista Ulrike Müllner. Canciones como “Traktor”, “Energia”, “El pueblo unido” o la versión de “Wake me up” hicieron que su concierto fuese el que más gente congregase en la vigesimosegunda edición.
Los andaluces Trashtucada cerraban el festival y su gira de 2018. Un grupo que sabe mezclar música rock y toques mestizos, y que tienen una gran critica social en sus canciones. “De festi? Vale”, “Nada nos puede parar” o “En la calle” sonaron por última vez en la Villa de San Mateo.
Una de las novedades de este año era la fiesta del mediodía “Amanece en San Mateo” con Djs de rock y el grupo corraliego SinBat. Un éxito de publico y de buen ambiente.
“Hemos mantenido la afluencia de publico del último año, y eso nos ha consolidado un año más como uno de los grandes festivales del país” ha explicado García al termino del festival. “ La acampada ha tenido más gente que otros años llegando a tener una ocupación del 100% y siendo casi un 65% de los asistentes de fuera de Cantabria” ha concluido Rubén García, quien ha añadido que “llevamos ya meses preparando la edición del 2019”.
El festival fue abierto por "4 de copas" un banda torrelaveguense que ha defendido el pabellón cántabro en la presente edición. Un grupo que cuenta con 20 años de experiencia en el panorama rockero de la región.
Rebujas Rock significa autogestión, altruismo, voluntariado, alternativo, bocadillos, acampada… y sobre todo Desastre. “Nadie tiene una calle en el pueblo de San Mateo porque sí” dice Rubén García, presidente de la Asociación Rebujas, y que Desastre tenga una calle a unos metros del recinto del festival es por la unión que tienen grupo y festival. Los de Usera era la decimosexta vez que se subían al escenario cántabro y lo hacían con el trabajo finalizado de haber grabado un disco que aún no ha visto la luz. Como es habitual un concierto rápido, directo y lleno de energía, y es que los madrileños conocen muy bien al publico cántabro y saben lo que les gusta. El grupo incluyo entre su repertorio el himno del festival, Que No Amanezca, teniendo la colaboración de “Vero” de SinBat y de tres miembros de la organización.
Radiocrimen, que procedían desde el País Vasco han sido la banda representante del punk-rock más clásico y duro. Canciones rápidas y comprometidas que hacían vibrar a todo San Mateo.
Uno de los grupos más esperados del festival eran los extremeños , Sinkope. Rock urbano y divertido es su seña de identidad, algo que se cumplió rajatabla. Canciones de su último trabajo mezcladas con temas ya míticos como “Le voy a cobrar a mi labio tus miradas” o “El carro de la vida”.
La banda austriaca Russkaja actuaban por primera vez no solo en Cantabria sino en el norte del país. La mezcla entre ska, rock y polka rusa hizo vibrar a todo el pueblo de San Mateo con un concierto dinámico, rápido y festivo. La banda liderada por Georgij Makazaria sorprendió a todos los que no les conocían, debido a su buen manejo de los instrumentos, especialmente la violinista Ulrike Müllner. Canciones como “Traktor”, “Energia”, “El pueblo unido” o la versión de “Wake me up” hicieron que su concierto fuese el que más gente congregase en la vigesimosegunda edición.
Los andaluces Trashtucada cerraban el festival y su gira de 2018. Un grupo que sabe mezclar música rock y toques mestizos, y que tienen una gran critica social en sus canciones. “De festi? Vale”, “Nada nos puede parar” o “En la calle” sonaron por última vez en la Villa de San Mateo.
Una de las novedades de este año era la fiesta del mediodía “Amanece en San Mateo” con Djs de rock y el grupo corraliego SinBat. Un éxito de publico y de buen ambiente.
“Hemos mantenido la afluencia de publico del último año, y eso nos ha consolidado un año más como uno de los grandes festivales del país” ha explicado García al termino del festival. “ La acampada ha tenido más gente que otros años llegando a tener una ocupación del 100% y siendo casi un 65% de los asistentes de fuera de Cantabria” ha concluido Rubén García, quien ha añadido que “llevamos ya meses preparando la edición del 2019”.