El Boulevard Demetrio Herrero, junto al Ayuntamiento de Torrelavega, acogió esta noche el acto central de las marzas si bien antes se produjo uno de los momentos má esperados como es el diálogo entre la alcaldesa, Lidia Ruiz Salmón, y el pregonero, Juan José Crespo, una conversación irónica y mordaz sobre los acontecimientos habidos en la capital del Besaya.
Las marzas celebraban en Torrelavega su 25 edición y por este motivo la alcaldesa tras ofrecer al grupo viandas y vino le entregó una placa conmemorativa de la efeméride.
Tras el diálogo, se procedió al nombramiento, como Marcero Mayor, de Raúl Castillo, director de la ronda marcer, que recogió la distinción, muy afectado.
El periplo marcero se inició a las 17.45 horas, en la residencia San José, con la interpretación de "la rutona" en el salón de actos del centro, en un programa dedicado especialmente a los mayores.
Luego el grupo (unnos 140 marceros) se dirigió a Nueva Ciudad (18.40 horas), para cantar en la plaza de la iglesia. A las (19.30 horas) llegaron al barrio Covadonga, donde hubo dos actuaciones. Una, en la plaza del mismo nombre, en colaboración con la asociación de vecinos y la segunda y última a la altura del bar Catedral.
Tras los actos celebrados en el Ayuntamiento, sobre las 21.50 horas, los marceros recibieron la bendición del párroco de la iglesia de Nuestra Señora de La Asunción, desde el exterior del templo y el recorrido finalizó (22.40 horas) en la Plaza Baldomero Iglesias, con la escenificación de "la rutona". El dinero que se obtenga se destinará al Hogar del Transeúnte.
Las marzas celebraban esta jornada de modo especial ya que son sus bodas de plata y además tiene el reconocimiento de Bien de Interés Cultural Etnográfico Inmaterial, que concede la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria.
Las marzas celebraban en Torrelavega su 25 edición y por este motivo la alcaldesa tras ofrecer al grupo viandas y vino le entregó una placa conmemorativa de la efeméride.
Tras el diálogo, se procedió al nombramiento, como Marcero Mayor, de Raúl Castillo, director de la ronda marcer, que recogió la distinción, muy afectado.
El periplo marcero se inició a las 17.45 horas, en la residencia San José, con la interpretación de "la rutona" en el salón de actos del centro, en un programa dedicado especialmente a los mayores.
Luego el grupo (unnos 140 marceros) se dirigió a Nueva Ciudad (18.40 horas), para cantar en la plaza de la iglesia. A las (19.30 horas) llegaron al barrio Covadonga, donde hubo dos actuaciones. Una, en la plaza del mismo nombre, en colaboración con la asociación de vecinos y la segunda y última a la altura del bar Catedral.
Tras los actos celebrados en el Ayuntamiento, sobre las 21.50 horas, los marceros recibieron la bendición del párroco de la iglesia de Nuestra Señora de La Asunción, desde el exterior del templo y el recorrido finalizó (22.40 horas) en la Plaza Baldomero Iglesias, con la escenificación de "la rutona". El dinero que se obtenga se destinará al Hogar del Transeúnte.
Las marzas celebraban esta jornada de modo especial ya que son sus bodas de plata y además tiene el reconocimiento de Bien de Interés Cultural Etnográfico Inmaterial, que concede la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria.
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