Crue Universidades Españolas ha enviado un comunicado en el que celebra que el Consejo de Ministros haya aprobado un paquete de 400 millones de euros de ayuda para la Educación Superior. La crisis provocada por la COVID-19 ha obligado a todas las universidades españolas a realizar un formidable esfuerzo para trasvasar todo el sistema presencial a otro no presencial. Pero queremos recordar que esta cantidad no tiene como fin compensar o sustituir la menor financiación que las universidades sufriremos por la modificación de los precios públicos de las matrículas (las conocidas como horquillas), que deben ser compensados de forma independiente por las CCAA según el acuerdo que alcanzaron con el Ministerio.
Para el curso que viene, si la situación sanitaria lo permite, durante el primer semestre, se podría volver a los campus, pero en determinadas condiciones de distancia en las aulas, en los pasillos y en las zonas comunes. Las universidades no queremos renunciar a la docencia presencial porque es seña de identidad de nuestra enseñanza y vamos a hacer todo lo posible para preservarla. Por eso llevamos semanas trabajando en una fórmula de docencia mixta o presencialidad adaptada que requerirá de un importante ajuste de los componentes académicos, organizativos y recursos y de una nueva planificación para que los y las estudiantes logren los resultados de aprendizaje esperados en el marco de los fundamentos del Espacio Europeo de Educación Superior, que se rige por el principio básico del desarrollo de competencias. La dotación del Fondo COVID-19 destinada a la Universidad a través de las Comunidades Autónomas ayudará a que los procesos de adecuación que tengamos que poner en marcha en nuestros centros se realicen con rapidez y a que el impacto sobre la comunidad universitaria, especialmente sobre el estudiantado más vulnerable, sea mínimo. Por eso es muy importante agilizar su ejecución y evitar trámites burocráticos que ralenticen un proceso que debe ponerse en marcha cuanto antes
Para el curso que viene, si la situación sanitaria lo permite, durante el primer semestre, se podría volver a los campus, pero en determinadas condiciones de distancia en las aulas, en los pasillos y en las zonas comunes. Las universidades no queremos renunciar a la docencia presencial porque es seña de identidad de nuestra enseñanza y vamos a hacer todo lo posible para preservarla. Por eso llevamos semanas trabajando en una fórmula de docencia mixta o presencialidad adaptada que requerirá de un importante ajuste de los componentes académicos, organizativos y recursos y de una nueva planificación para que los y las estudiantes logren los resultados de aprendizaje esperados en el marco de los fundamentos del Espacio Europeo de Educación Superior, que se rige por el principio básico del desarrollo de competencias. La dotación del Fondo COVID-19 destinada a la Universidad a través de las Comunidades Autónomas ayudará a que los procesos de adecuación que tengamos que poner en marcha en nuestros centros se realicen con rapidez y a que el impacto sobre la comunidad universitaria, especialmente sobre el estudiantado más vulnerable, sea mínimo. Por eso es muy importante agilizar su ejecución y evitar trámites burocráticos que ralenticen un proceso que debe ponerse en marcha cuanto antes
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