Cuatro profesores e investigadores de la Universidad de Cantabria (UC) abordan el tema al que se dedica este año la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente: la biodiversidad y que se celebra mañana, 5 de junio. Desde diferentes perspectivas explican, además de la importancia de mantener las especies, otros aspectos como cómo ha logrado la investigación conocer, a través de la fauna y flora de hace miles de años, reconstruir el clima que existió en el Paleolítico o por qué los incendios no son en muchos casos "enemigos de la biodiversidad".
Juan Carlos García Codron, profesor de Geografía Física de la Universidad de Cantabria nos recuerda que existen 5 millones de especies en el mundo, aunque parece que aún hay muchas desconocidas por la ciencia, y que "necesitamos conservar la biodiversidad, porque cada una de las especies interactúan entre sí e interactúan con su entorno inanimado. Estas interacciones dan lugar a un equilibrio que permite la existencia de la vida tal y como es hoy. Es un equilibrio al que se ha llegado después de 4.000 millones de años, muy complejo". García Codron señala también que según la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPRES), un organismo impulsado por Naciones Unidas (ONU), al menos un millón de especies podría desaparecer en las próximas décadas. "Nadie sabe cuáles van a ser las consecuencias, porque no tenemos precedentes a escala humana", alerta.
Araceli Puente, profesora de la UC y responsable del grupo de investigación de Ecosistemas Litorales en IHC Cantabria, añade que se han descrito más de 200.00 especies en nuestros ecosistemas marinos, aunque "existen estudios que indican que no conocemos ni la cuarta parte de las realmente existentes".
En este sentido, Puente apunta que, precisamente, España es uno de los países de la Unión Europea que mayor biodiversidad marina tiene y "prueba de ello es que muchos de nuestros estuarios y de nuestras zonas litorales forman parte de la Red Natura 2000".
La investigadora añade que en nuestro país hay además dos parques nacionales que son parques marítimo-terrestres: Cabrera e Islas Atlánticas y, "aunque vamos con cierto retraso, respecto a las zonas terrestres", ya tenemos el 10% de nuestros mares dentro de alguna figura de protección, ya son áreas marinas protegidas. E, incluso, existe una propuesta para declara el parque de la Isla de Hierro como el primer parque nacional 100% marino.
Araceli Puente alerta, no obstante, de que cuando hablamos de mantener toda esta biodiversidad, además de las presiones como la eutrofización o la ocupación de las zonas litorales, "tenemos que tener muy presente el cambio climático, pero no solo pensando en el futuro, sino en los impactos que están ocurriendo ya hoy en día como la proliferación de las especies invasoras, que desplazan a las autóctonas; el blanqueamiento de los corales en las zonas tropicales o la regresión de las algas que en el caso de España lo que ha motivado es que los grandes bosques de laminariales que eran tan característicos del litoral cantábrico hayan prácticamente desaparecido". La profesora concluye que "mantener la biodiversidad siempre es lo más inteligente, pero en este momento de tanto cambio e incertidumbre lo es aún más".
Biodiversidad en la Prehistoria
Ana Belén Marín-Arroyo, profesora de la UC e investigadora responsable del grupo EVO-Adapta en el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) aporta su perspectiva histórica recordando que, gracias a los restos de fauna y flora de sucesivas investigaciones en yacimientos arqueológicos o paleontológicos, se ha podido reconstruir el clima existente en el Paleolítico. Específicamente, en la región Cantábrica se sabe que, por ejemplo, habitaron especies extinguidas como el mamut o el rinoceronte peludo, pero también otras más propias de la zona Ártica, como el zorro ártico o el reno.
"Durante el Pleistoceno, fue un momento en el que el clima sufrió grandes oscilaciones que afectaron al medio ambiente, la flora, la fauna… y a los grupos humanos, que tuvieron que adaptarse a esas circunstancias", explica la investigadora.
Los restos vegetales o polen recuperados en yacimientos, turberas, fondos marinos, han jugado un papel muy importante en esa reconstrucción, ya que la vegetación fue cambiando en función del clima. "La región era poco arbolada y, cuando había presencia de árboles, fueron mayoritariamente árboles tipo pino que reflejan un clima frío y seco, pero que se alternaron con periodos más cálidos y también húmedos".
Incendios y biodiversidad
La profesora de Geografía, Virginia Carracedo, aborda, con motivo del Día Internacional del Medio Ambiente, la creencia de que el fuego y los incendios forestales son considerados, habitualmente, "como uno de los principales problemas vinculados a la pérdida de biodiversidad a nivel global".
Sin embargo, señala Carracedo, "el fuego es un elemento presente en la tierra desde hace varios millones de años y, de hecho, cada año se producen millones de fuegos e incendios naturales o antrópicos que afectan a millones de hectáreas en todo el mundo. A pesar de esta aparente relación fuego-pérdida de biodiversidad, lo cierto es que el fuego es un elemento esencial y natural en numerosos ecosistemas forestales del mundo, que dependen de él para su supervivencia".
Carracedo asegura que "El fuego puede ser un elemento perjudicial, pero también puede ser beneficioso o benigno para determinados ecosistemas y, por lo tanto, su relación con la biodiversidad es mucho más compleja de lo que habitualmente se considera".
Sin embargo, "los incendios actuales se comportan de una manera diferente a como lo han venido haciendo en momentos históricos precedentes. El aumento de las temperaturas y de las sequías prologadas vinculadas al cambio climático están generando unos incendios cada vez más grandes y peligrosos como los generados en Australia, California, Portugal o Galicia. Incendios que quedan fuera de la capacidad de extinción y que son realmente perjudiciales para la biodiversidad", señala.
La protección de la biodiversidad en relación con los incendios pasa, a escala global, por implementar medidas que frenen el cambio climático. A nivel local, están más relacionadas con medidas ligadas a la prevención y a la gestión del paisaje, a una gestión forestal sostenible que se centre en el desarrollo de las actividades del sector primario, en aquellas actividades locales, de kilómetro cero, que producen paisaje. Consumir local, previene incendios y ayuda a preservar la biodiversidad.
Día Mundial del Medio Ambiente
El Día Mundial del Medio Ambiente, que este año cuenta con Colombia como país anfitrión, es la fecha más importante en el calendario oficial de las Naciones Unidas para fomentar la acción ambiental. Desde 1974, el 5 de junio se ha convertido en una plataforma global de alcance público que reúne a gobiernos, empresas, celebridades y ciudadanos en torno a un asunto ambiental apremiante.
En 2020 el tema es la biodiversidad –motivo de preocupación tanto urgente como existencial–. Eventos recientes, como los incendios forestales sin precedentes en Brasil, California y Australia, la invasión de langostas en el Cuerno de África y ahora la pandemia de COVID-19, demuestran la relación entre los humanos y las redes de la vida en las que vivimos.
Juan Carlos García Codron, profesor de Geografía Física de la Universidad de Cantabria nos recuerda que existen 5 millones de especies en el mundo, aunque parece que aún hay muchas desconocidas por la ciencia, y que "necesitamos conservar la biodiversidad, porque cada una de las especies interactúan entre sí e interactúan con su entorno inanimado. Estas interacciones dan lugar a un equilibrio que permite la existencia de la vida tal y como es hoy. Es un equilibrio al que se ha llegado después de 4.000 millones de años, muy complejo". García Codron señala también que según la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPRES), un organismo impulsado por Naciones Unidas (ONU), al menos un millón de especies podría desaparecer en las próximas décadas. "Nadie sabe cuáles van a ser las consecuencias, porque no tenemos precedentes a escala humana", alerta.
Araceli Puente, profesora de la UC y responsable del grupo de investigación de Ecosistemas Litorales en IHC Cantabria, añade que se han descrito más de 200.00 especies en nuestros ecosistemas marinos, aunque "existen estudios que indican que no conocemos ni la cuarta parte de las realmente existentes".
En este sentido, Puente apunta que, precisamente, España es uno de los países de la Unión Europea que mayor biodiversidad marina tiene y "prueba de ello es que muchos de nuestros estuarios y de nuestras zonas litorales forman parte de la Red Natura 2000".
La investigadora añade que en nuestro país hay además dos parques nacionales que son parques marítimo-terrestres: Cabrera e Islas Atlánticas y, "aunque vamos con cierto retraso, respecto a las zonas terrestres", ya tenemos el 10% de nuestros mares dentro de alguna figura de protección, ya son áreas marinas protegidas. E, incluso, existe una propuesta para declara el parque de la Isla de Hierro como el primer parque nacional 100% marino.
Araceli Puente alerta, no obstante, de que cuando hablamos de mantener toda esta biodiversidad, además de las presiones como la eutrofización o la ocupación de las zonas litorales, "tenemos que tener muy presente el cambio climático, pero no solo pensando en el futuro, sino en los impactos que están ocurriendo ya hoy en día como la proliferación de las especies invasoras, que desplazan a las autóctonas; el blanqueamiento de los corales en las zonas tropicales o la regresión de las algas que en el caso de España lo que ha motivado es que los grandes bosques de laminariales que eran tan característicos del litoral cantábrico hayan prácticamente desaparecido". La profesora concluye que "mantener la biodiversidad siempre es lo más inteligente, pero en este momento de tanto cambio e incertidumbre lo es aún más".
Biodiversidad en la Prehistoria
Ana Belén Marín-Arroyo, profesora de la UC e investigadora responsable del grupo EVO-Adapta en el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) aporta su perspectiva histórica recordando que, gracias a los restos de fauna y flora de sucesivas investigaciones en yacimientos arqueológicos o paleontológicos, se ha podido reconstruir el clima existente en el Paleolítico. Específicamente, en la región Cantábrica se sabe que, por ejemplo, habitaron especies extinguidas como el mamut o el rinoceronte peludo, pero también otras más propias de la zona Ártica, como el zorro ártico o el reno.
"Durante el Pleistoceno, fue un momento en el que el clima sufrió grandes oscilaciones que afectaron al medio ambiente, la flora, la fauna… y a los grupos humanos, que tuvieron que adaptarse a esas circunstancias", explica la investigadora.
Los restos vegetales o polen recuperados en yacimientos, turberas, fondos marinos, han jugado un papel muy importante en esa reconstrucción, ya que la vegetación fue cambiando en función del clima. "La región era poco arbolada y, cuando había presencia de árboles, fueron mayoritariamente árboles tipo pino que reflejan un clima frío y seco, pero que se alternaron con periodos más cálidos y también húmedos".
Incendios y biodiversidad
La profesora de Geografía, Virginia Carracedo, aborda, con motivo del Día Internacional del Medio Ambiente, la creencia de que el fuego y los incendios forestales son considerados, habitualmente, "como uno de los principales problemas vinculados a la pérdida de biodiversidad a nivel global".
Sin embargo, señala Carracedo, "el fuego es un elemento presente en la tierra desde hace varios millones de años y, de hecho, cada año se producen millones de fuegos e incendios naturales o antrópicos que afectan a millones de hectáreas en todo el mundo. A pesar de esta aparente relación fuego-pérdida de biodiversidad, lo cierto es que el fuego es un elemento esencial y natural en numerosos ecosistemas forestales del mundo, que dependen de él para su supervivencia".
Carracedo asegura que "El fuego puede ser un elemento perjudicial, pero también puede ser beneficioso o benigno para determinados ecosistemas y, por lo tanto, su relación con la biodiversidad es mucho más compleja de lo que habitualmente se considera".
Sin embargo, "los incendios actuales se comportan de una manera diferente a como lo han venido haciendo en momentos históricos precedentes. El aumento de las temperaturas y de las sequías prologadas vinculadas al cambio climático están generando unos incendios cada vez más grandes y peligrosos como los generados en Australia, California, Portugal o Galicia. Incendios que quedan fuera de la capacidad de extinción y que son realmente perjudiciales para la biodiversidad", señala.
La protección de la biodiversidad en relación con los incendios pasa, a escala global, por implementar medidas que frenen el cambio climático. A nivel local, están más relacionadas con medidas ligadas a la prevención y a la gestión del paisaje, a una gestión forestal sostenible que se centre en el desarrollo de las actividades del sector primario, en aquellas actividades locales, de kilómetro cero, que producen paisaje. Consumir local, previene incendios y ayuda a preservar la biodiversidad.
Día Mundial del Medio Ambiente
El Día Mundial del Medio Ambiente, que este año cuenta con Colombia como país anfitrión, es la fecha más importante en el calendario oficial de las Naciones Unidas para fomentar la acción ambiental. Desde 1974, el 5 de junio se ha convertido en una plataforma global de alcance público que reúne a gobiernos, empresas, celebridades y ciudadanos en torno a un asunto ambiental apremiante.
En 2020 el tema es la biodiversidad –motivo de preocupación tanto urgente como existencial–. Eventos recientes, como los incendios forestales sin precedentes en Brasil, California y Australia, la invasión de langostas en el Cuerno de África y ahora la pandemia de COVID-19, demuestran la relación entre los humanos y las redes de la vida en las que vivimos.
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