viernes, 31 de mayo de 2019

Piélagos: Aurelio González-Riancho recupera del olvido histórico la figura de Ciriaco de Zevallos, un vecino de Quijano, que participó en la más importante expedición ilustrada que ha hecho España


El delegado de Hispania Nostra en Cantabria, Aurelio González-Riancho, ha recuperado del olvido histórico la figura de Ciriaco de Zevallos, un vecino de la localidad de Quijano, que participó en la más importante expedición ilustrada que ha hecho España.
Ha sido en la Biblioteca municipal Francisco Llata del Ayuntamiento de Piélagos, en Liencres, donde este jueves ha impartido una conferencia con la que ha querido rescatar un personaje, como otros muchos olvidados, en lo que ha calificado como “una injusticia histórica”.
Durante su exposición, el delegado de Hispania Nostra en Cantabria ha detallado algunos de los aspectos más significativos en la biografía de este vecino del municipio que, a la edad de 14 años, sentó plaza de guardiamarina E hizo todas las campañas de la guerra en 1780-81-82 y 83.
En este sentido, ha hecho hincapié en que, en 1784, cuando fue seleccionado con otros 8 oficiales para participar en el curso de “matemáticas sublimes” de cinco años de duración, que le permitieron adquirir la especialización de “táctica experimental” y obtener la graduación de “oficial científico”.
Gónzález-Riancho ha explicado que, entre los años 1788-89, participó en la Segunda expedición al Estrecho de Magallanes y que ese mismo año, en 1789, cuando tras regresar enfermo y solicitar un permiso de cuatro meses para recuperarse en su Quijano natal fue invitado a participar en la Expedición Malaspina y Bustamante, que se desarrollaría entre los años 1789 y 1794.
En este sentido, ha matizado que Ciriaco de Zevallos aceptó formar parte de la expedición en la que estuvo acompañado de otros oficiales montañeses como Antonio Tova y Juan Antonio Gutiérrez de la Concha, así como por el comandante de La Atrevida , Joshep. J Bustamante y Guerra.
En su intervención, González-Riancho también se ha referido a cómo Zevallos desmintió la existencia del estrecho de Ferrer Maldonado, que éste pretendía haber descubierto en 1588 y que abría el paso a las Indias Orientales, a través de Alaska.
También a cómo, a pesar de los logros de la expedición, cayó en desgracia y en 1809 huyó a Nueva Orleans, donde falleció en febrero de 1816.
“Fue uno de los partícipes de la más importante expedición ilustrada que ha hecho España, estuvieron cinco años navegando, desarrollaron una labor inmensa, desde el punto de vista intelectual, con aportaciones de imágenes de ciudades, etnográficas, botánicas, biológicas, geológicas, etc. con cartas de navegación y planos, con estudios de la gravedad”, ha relatado Aurelio González-Riancho.
En la misma línea, ha hecho hincapié en que algunas de esas imágenes son las más importantes que muchas poblaciones americanas y del Pacífico tienen y que, sin embargo, “han pasado absolutamente al olvido histórico”.

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