Torrelavega: Los peques de los colegios Mayer y Menéndez Pelayo acuden al ayuntamiento vestidos de marceros

Alumnos del colegio público Menéndez Pelayo de Torrelavega, con edades comprendidas entre los dos y los ocho años, se han congregado esta mañana frente al Ayuntamiento y se han convertido, por un momento, en verdaderos marceros, reproduciendo las canciones que mañana jueves, por la noche, más de cien mozos cantarán a las mozas para dar la bienvenida a la Primavera por las calles de la ciudad, en la ya consolidada noche de Marzas de Torrelavega.  Se trata de una actividad del Colegio Público Menéndez Pelayo, promovida por el Ayuntamiento de Torrelavega para divulgar esta tradición entre los más pequeños porque, si bien antes esta fiesta se celebraba en todo Cantabria, paulatinamente se ha ido perdiendo y en Torrelavega sigue muy viva gracias al trabajo de la Ronda Marcera que organiza el espectáculo de esta noche por las calles de Torrelavega.  Con un repertorio de cinco canciones marceras, los mozucos de entre dos y ocho años, en una Plaza Baldomero Iglesias llena de gente atraída por la actuación de los niños, se han despedido del invierno ataviados con los trajes típicos de la fiesta y han saludado al alcalde de Torrelavega, José Manuel Cruz Viadero y a otros miembros de la corporación municipal que han aplaudido la actuación. Al término de la misma, tanto el alcalde como el teniente alcalde y otros concejales de la corporación les han obsequiado con caramelos para agradecer esta interesante visita.  Los pequeños alumnos del Mayer también han acudido disfrazados al Ayuntamiento, con motivo del Carnaval, y han cantado varias canciones, muy alegres todas, consiguiendo el aplauso del público, y los caramelos que los responsables municipales les han dado.  Todos se han sumado a esta pequeña fiesta,  en un día de sol radiante, en la que los chiquitines han sido los protagonistas ya que según han explicado sus profesoras, llevaban semanas ensayando, por un lado, el cancionero que les ha convertido en verdaderos marceros, y por otro, las bonitas coreografías que les han convertido en fantásticos personajes de carnaval.