El consejero de Industria, preguntado, durante su visita al Polígono Industrial de Tanos /Viérnoles, acerca del proyecto empresarial para retomar la extracción de zinc y la actividad minera en la comarca del Besaya, ha comenzado explicando que el Gobierno de Cantabria resulta “previsible” en sus actuaciones. “El presidente me encomendó generar actividad, riqueza y empleo, con los medios disponibles”, ha comentado. Estos medios son, según Francisco Martín, la labor de acción de gobierno, los recursos endógenos de la región y la capacidad legislativa.
Según ha explicado, ahora existe un proyecto que contempla la rentabilidad, “que antes no existía”, de seguir extrayendo mineral de zinc en los yacimientos de la zona. Para ponerlo en marcha “es necesaria una iniciativa legislativa”, ha precisado, para que volver a explotar esta extracción de zinc sea legalmente posible.
Los estudios previos se refieren a 20 millones de toneladas lo que, según el consejero, podría suponer “empleo para 1.500 personas durante 20 años”. Esto haría de este proyecto “el de mayor envergadura de todo Cantabria” por sus expectativas de “generar empleo, actividad y riqueza”. El Gobierno tratará de aportar la imprescindible seguridad jurídica, mientras la iniciativa privada deberá solicitar las cuadrículas mineras y la administración convocar un concurso abierto, si hubiera más de una empresa interesada.
A partir de ahí, la iniciativa privada deberá solicitar las cuadrículas mineras y poner en marcha el proyecto. El Gobierno, ha destacado, no va a tener ninguna participación empresarial, ni aportar ninguna subvención, tan sólo “habilitar jurídicamente que la explotación del zinc del subsuelo en la cuenca del Besaya sea otra vez posible”. Con los medios actuales de explotación y el precio actual del zinc, el proyecto sería rentable, según han trasladado al Gobierno representantes de varias empresas interesadas.
La proposición de ley ya fue presentada ayer en el registro del Parlamento de Cantabria, para habilitar la explotación subterránea, que se podría tramitar a lo largo del mes de marzo, de tal forma que a mediados de abril ya fuese posible que las empresas interesadas solicitasen a Industria la adjudicación de las cuadrículas mineras para comenzar una primera fase “de exploración”.
Según ha explicado, ahora existe un proyecto que contempla la rentabilidad, “que antes no existía”, de seguir extrayendo mineral de zinc en los yacimientos de la zona. Para ponerlo en marcha “es necesaria una iniciativa legislativa”, ha precisado, para que volver a explotar esta extracción de zinc sea legalmente posible.
Los estudios previos se refieren a 20 millones de toneladas lo que, según el consejero, podría suponer “empleo para 1.500 personas durante 20 años”. Esto haría de este proyecto “el de mayor envergadura de todo Cantabria” por sus expectativas de “generar empleo, actividad y riqueza”. El Gobierno tratará de aportar la imprescindible seguridad jurídica, mientras la iniciativa privada deberá solicitar las cuadrículas mineras y la administración convocar un concurso abierto, si hubiera más de una empresa interesada.
A partir de ahí, la iniciativa privada deberá solicitar las cuadrículas mineras y poner en marcha el proyecto. El Gobierno, ha destacado, no va a tener ninguna participación empresarial, ni aportar ninguna subvención, tan sólo “habilitar jurídicamente que la explotación del zinc del subsuelo en la cuenca del Besaya sea otra vez posible”. Con los medios actuales de explotación y el precio actual del zinc, el proyecto sería rentable, según han trasladado al Gobierno representantes de varias empresas interesadas.
La proposición de ley ya fue presentada ayer en el registro del Parlamento de Cantabria, para habilitar la explotación subterránea, que se podría tramitar a lo largo del mes de marzo, de tal forma que a mediados de abril ya fuese posible que las empresas interesadas solicitasen a Industria la adjudicación de las cuadrículas mineras para comenzar una primera fase “de exploración”.
Si hay, como parece, más de una empresa interesada, se convocará un concurso en el que se adjudique la explotación a la que demuestre mayor capacidad técnica y económica. Un año después debería contarse con un estudio de recursos detallado que “probablemente reflejará mayor capacidad de explotación” que los 20 millones de toneladas previstos.
Según estas previsiones, en unos 14 meses se podría comenzar a generar una bocamina “que es lo único que se vería”, para la explotación de un recurso que está a 500 metros de profundidad.
Según estas previsiones, en unos 14 meses se podría comenzar a generar una bocamina “que es lo único que se vería”, para la explotación de un recurso que está a 500 metros de profundidad.
El consejero se ha referido a que el gobierno “tiene la obligación” de explorar y habilitar esta posibilidad, pero también la de “ser exigente en cuanto a las condiciones ambientales de explotación de este recurso”.
Para ello se centrarán en descartar cualquier riesgo ambiental, y ha citado como ejemplos la “reposición” de las cavidades abiertas, una vez extraído el zinc, el seguimiento de los acuíferos, el aislamiento de las cavidades para que no tengan interacción con el agua subterránea, en resumen, ha dicho “velar por que esta actividad no tenga un coste ambiental que deje a las siguientes generaciones una hipoteca”.
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