domingo, 25 de octubre de 2015

Tribuna Libre: Homenajes


Con grato placer leo en el Diario Montañés que nuestros munícipes se han puesto a trabajar para realizar el homenaje a los guardias de Cuatro Caminos, personalizado en el conocido "Gelín", Angel Quintanal Sainz y que varios miles de torrelaveganos solicitamos. También me agrada el nombramiento de hijo adoptivo de Torrelavega a Ricardo Bueno Fernández, empresario, político, hombre de cultura, vecino comprometido, senador, amigo... Aunque no había nacido en Torrelavega, siempre sintió la ciudad como propia y se involucró en la conservación de su historia (magnífica su colección de fotografías y documentos), pero también en el apoyo a las actividades sociales, culturales y benéficas.
provecho para señalar la (a mi modo de ver) necesidad de nominar dos rotondas. Una, situada en la calle Pablo Garnica, debería dedicarse a Armando Alvarez Villanueva, empresario enamorado de Torrelavega, que mantuvo en ella la matriz de su importantísimo grupo. Tampoco había nacido en Torrelavega, pero siempre defendió la permanencia de la empresa matriz en la ciudad, alejándose de ofertas incluso más interesantes para llevarla a otras ubicaciones. Seguramente hablando con los directivos de Aspla se puede encontrar una máquina o un símbolo para decorar esta rotonda.
La segunda, la situada en Torres, junto al acceso a la autovía y al Hospital Sierrallana, debería dedicarse al alcalde que consiguió, con su trabajo y tenacidad, que se construyese ese hospital. Me refiero a José Gutierrez Portilla. Discrepé con el más de una vez, pero siendo leal a su memoria, no puedo olvidar su viaje a Madrid para conseguir del Ministro del ramo la construcción del Hospital. En su mandato se construyó también el Cementerio de Rio Cabo, las rondas de circunvalación, el CAMP y se solucionó la ampliación del Asilo y el suministro continuo de agua. Motivos suficientes para recordarle con algo más que una calle escondida en Tanos.
En mis archivos, figura la promesa de la entonces alcaldesa de la ciudad, de dedicar una calle al sacerdote Amable Pelayo Ortiz con motivo de su fallecimiento. Un santo entre nosotros. Ya es difícil lo que consiguió D. Amable: no encuentras a persona alguna que te hable mal de él. Promesa que, si no estoy equivocado, sigue pendiente de cumplimiento.
Y más. Hónrese a los doctores Alejandro Palacín Poveda, que atendió a varias generaciones de niños, ganando el cariño de la población. Y a Francisco Guerra Pérez-Carral, cuyos méritos personales y profesionales son reconocidos en diversos países, Méjico, Estados Unidos, Gran Bretaña y que estuvo nominado al Nobel de Medicina.
Finalizo con mi particular lista de distinciones pendientes: Monseñor Teodosio Herrera, impulsor de la Iglesia de la Virgen Grande y de la cerrada de Mies de Vega, de las del Barrio Covadonga y Campuzano, del Barrio Emilio Revuelta, pero sobre todo, de convertir al antiguo Asilo en un centro modélico con atención a ancianos y del Centro Fernando Arce; Paco Cayón, maestro de periodistas ...y de buenas personas, con su frase "Torrelavega, capital ganadera de España"; y Gonzalo Diaz de la Riva, fallecido prematuramente, caballero de los bolos, concejal, directivo de la Gimnastica, de la Peña Bolística, del Club Deportivo y Social Suances, creador de la bandera de la ciudad...
Y de los afortunadamente todavía con nosotros, no esperemos a que fallezcan para mostrarles nuestro agradecimiento por su portuguesismo: Manuel Gutierrez Aragón, cineasta, director, escritor, de Torrelavega y para Torrelavega. Y Germán Castellano Barca, médico pediatra reconocido también internacionalmente y sin necesidad de ello, incansable trabajador para la mejor salud física y personal de los niños y jóvenes.
Quedan por hoy mis propuestas.

Serafín Fernández Villazón, secretario Club Piscis Cantabria

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