miércoles, 10 de junio de 2015

Tribuna Libre: Aprender toca, Don Cándido


Tres meses sin opinar, cuando están pasando tantas cosas, es demasiado para quien no puede evitar sentirse concernido, cuando lo que está en juego es la política o, lo que es lo mismo, las decisiones que, durante cuatro años, van a condicionar nuestras vidas, las de nuestros vecinos y conciudadanos.
En este tiempo hemos podido asistir al espectáculo de la multitud de listas electorales que concurrían a las elecciones y las distintas valoraciones de los resultados. Como siempre, todos han ganado.
Para el PP, sus resultados son históricos. El PSOE se consuela con no haber perdido tanto y acaricia recuperar la Alcaldía. El PRC satisfecho pues se le presenta una nueva oportunidad de gobernar. Blanca Rosa porque se ha sacado la espina de su expulsión del partido. ACPT porque ha duplicado su representación. Torrelavega Puede porque, desde la nada, ha conseguido entrar. IU porque ha conseguido más votos. Y EQUO porque para ser su primera experiencia a nivel local, no está mal.
Me interesa detenerme en los cuatro últimos, los que fueron llamados, en Octubre pasado, a intentar la confluencia.
La victoria de ACPT es pírrica pues, aunque ha conseguido doblar la representación, en realidad sólo ha crecido en un 14%, cargando, a cambio, con la responsabilidad de ser quien frustró la posibilidad de alcanzar un acuerdo para la construcción de una amplia Asamblea Popular. A la larga, le pasará factura. IU iba a ganar, de todas las maneras, pero no se implicó a fondo y no sabemos si se arrepiente de ello. De Torrelavega Puede apenas hemos sabido, salvo que ha obtenido un concejal. Ni Agrupación Electoral, ni primarias, ni programa participativo, ni campaña publicitaria. Una caricatura de Podemos, la marca gracias a la cual ha obtenido los votos.
Sumar para multiplicar. Hoy, mucha gente coincide en que, de haberse logrado la confluencia, podíamos estar hablando de cinco, seis y hasta siete concejales, con lo que eso significa. Quizás alguien debería hacernos comprender lo que significaría dar un salto así. Hoy no estaríamos pendientes de si PSOE-PRC te dan plantón o si aceptan alguna de las propuestas que ACPT les hace.
Y quiero centrarme en esto último.
Por mucho que se diga que sólo se está negociando la investidura, el hecho de entrar al intercambio de propuestas significa, a todas luces, y así lo entenderán los ciudadanos, que se confía en los interlocutores. ACPT siempre ha responsabilizado a PSOE y PRC de la grave situación en que se encuentra Torrelavega. Cualquier tipo de acuerdo va a condicionar las futuras relaciones políticas con estos dos partidos. Si han confiado en un momento, ¿por qué no van a confiar en otros? ¿Qué garantías hay de que los interlocutores cumplan lo acordado? ¿La moción de censura? ¿Con quién, con Ildefonso y los “fascistas” que acompañan a Blanca Rosa?.
PSOE y PRC le han hecho sentirse a ACPT imprescindible y ésta ha caído en la trampa. ¿Por qué han aparentado que la preferían antes que a Blanca Rosa? El abrazo del oso. Siempre sacarían provecho de haber sido capaces de pactar con los “extremistas asamblearios” y, en alguna medida, los tendrían “amarrados” porque estos se sentirían condicionados por “la cordialidad” con que habían sido tratados. El rechazo inicial a Blanca Rosa era postureo, una concesión a la todavía Secretaria Local, Lydia. Pero, conseguir, nuevamente la Alcaldía, para un partido que sólo sabe hacer política desde el poder, es algo a lo que se pueden sacrificar las más hondas dignidades personales.
ACPT ha medido mal, ha reivindicado más de lo que planteaba en su propio programa electoral. Y todo por un simple voto de investidura. Es comprensible que no quiera que vuelva a gobernar el PP porque muchos de sus votantes no lo entenderían. Pero debería haber ofrecido su voto a Cruz Viadero sin pedir nada a cambio. Así permanecerían más libres ante el Gobierno y ante el electorado. Que el PSOE le ofrece algo? Puede aceptarlo o no, pero no sería lo importante.
Siempre me gustó el circo, pero no en política. Y lo de la “negociación ante el público” era un circo. Hasta el anuncio, “el mayor espectáculo nunca visto” sonaba a caravana publicitaria circense. No garantizaba la transparencia, porque nadie sabría si había o no otros acuerdos secretos y, por el contrario, ocultaba la falta de coherencia que supone negociar con quien consideras responsable de todos los males. ¿No sabían con quién estaban tratando? En política vale más pecar de desconfiado que de cándido. La lucha de clases existe. ¿ACPT lo ha olvidado?.
Por último, me sorprende el silencio del PCPE, ese partido que inmediatamente salió descalificando el intento de confluencia porque lo consideraba “un falso atajo” y ahora no dice nada sobre esta incoherencia de ACPT. ¿El silencio otorga? ¿Ha perdido peso en la Asamblea?.
El mundo no se ha acabado y tendremos que aprender de lo vivido.

José María Grúber

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