
La exposición de Snell está dedicada a la memoria de su gran amigo y mentor, Manlo Pérez, que murió hace un año.
El artista americano, afincado en Cantabria desde hace varios años, está ahora inmerso en una nueva búsqueda estética y plástica y que hasta el momento ha estado definida por los retratos y paisajes realistas. Su devenir artístico le está llevando a experimentar y ha empezado a coquetear con la abstracción.
En la exposición hay obra de su etapa anterior y comparte espacio con Joel Nieto, un niño de seis años que le ha servido de inspiración en esta nueva etapa.
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