Izquierda Unida ha registrado en la Delegación del Gobierno un escrito con el fin de que se autoricen “de forma clara y sin ambigüedades” los desplazamientos a los huertos urbanos o rurales y, así, que las familias puedan realizar la siembra o recogida de productos de autoconsumo.
En el escrito registrado por la coordinadora autonómica de IU, Leticia Martínez, la formación alega que el artículo 7.1 del RD 463/2020, de 14 de marzo por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, autoriza la circulación de personas por las vías de uso público entre otras, para la adquisición de alimentos.
“Sin embargo, el cultivo tradicional de huertos, pese a ser una actividad importante, en algunos casos vital, para las personas del medio rural, no se menciona en el citado decreto explícitamente, ni se prohíbe ni se autoriza, dejándolo al libre arbitrio de las comunidades autónomas”, indicaba Martínez, aludiendo a los casos de La Rioja o la Comunidad Valenciana, donde sí se pueden atender los huertos familiares.
En el escrito remarcan que “es un sinsentido, además de generar una paradoja en lo que a evitar el contagio se refiere, ya que hace que quienes pueden ir, solos, a su huerto, se vean obligados a hacer cola o coincidir en supermercados con muchas más personas, para obtener los vegetales que pueden recolectar en su huerto, aumentando paradójicamente el riesgo de contagio”.
Además, Martínez considera que “la confusión generada en los pueblos y ciudades de nuestra Comunidad, al no especificarse en ninguna norma si se puede o no acudir a los huertos familiares, ha traído consigo gran inseguridad para las familias trabajadoras”, así como “la posibilidad de expedientes sancionadores a personas que traten de acudir a sus huertos como de costumbre, para evitar la pérdida de lo plantado o para iniciar la siembra que corresponde en esta época del año”.
“No es de recibo que se pueda sancionar a quienes peor lo están pasando por el único delito de intentar procurarse alimento para sí y su familia”, defendía la líder de IU.
Por ello, solicitan a la Delegación del Gobierno que se permita desarrollar esta actividad de cultivo de huertos familiares en Cantabria, tal y como se está desarrollando en otros territorios, y emita la correspondiente instrucción para autorizar los desplazamientos a los huertos urbanos o rurales que sean de autoabastecimiento, para la siembra y recolección de productos y así mismo, solicitan que se archiven todos los expedientes sancionadores incoados en nuestra comunidad autónoma a las personas que trataban de acudir a sus huertos familiares de autoconsumo.
En su argumentación, indican que “es evidente que el mencionado Real Decreto, de aplicación en todo el territorio del Estado, no ha podido diferenciar entre los modos de vida y necesidades de las personas que habitan en las urbes y las que lo hacen en el medio rural”.
Y continúan: “un medio, el rural, que ya de por sí, se ve constantemente perjudicado por carencias en servicios públicos, dificultades para acceder a los mismos y carecer de las posibilidades de empleo que existen en las zonas industrializadas”.
Así, recuerdan que Cantabria es una Comunidad Autónoma eminentemente rural, con una demografía dispersa y repartida en 102 municipios, 56 de los cuales están catalogados como “Zona Rural de Cantabria en Riesgo de Despoblamiento”, en los que tradicionalmente se ha practicado y practica la economía de autoabastecimiento, de forma no profesional.
Desde IU también señalan los beneficios del cultivo de estos huertos, miles de ellos en toda la geografía cántabra, “que conforman nuestros paisajes, esos que idílicamente sirven de reclamo al turismo y cuyos productos son la base de nuestra gastronomía, también son la base amplia sobre la que se asientan costumbres, folklore, tradiciones y sabiduría popular que no debe perderse”.
Y concluyen: “estos beneficios tienen una vertiente humana, pues no solo contribuyen a la economía de subsistencia de miles de familias sino que contribuyen a que éstas tengan una alimentación sana, con productos naturales, cuyo transporte y producción contaminan mucho menos que los derivados de la agricultura industrial; y otra vertiente ambiental, pues contribuyen a la conservación de la biodiversidad, el uso razonable del agua y el consiguiente mantenimiento de la capa freática del suelo, la conservación del mismo y la limpieza necesaria que evita los incendios”.
En el escrito registrado por la coordinadora autonómica de IU, Leticia Martínez, la formación alega que el artículo 7.1 del RD 463/2020, de 14 de marzo por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, autoriza la circulación de personas por las vías de uso público entre otras, para la adquisición de alimentos.
“Sin embargo, el cultivo tradicional de huertos, pese a ser una actividad importante, en algunos casos vital, para las personas del medio rural, no se menciona en el citado decreto explícitamente, ni se prohíbe ni se autoriza, dejándolo al libre arbitrio de las comunidades autónomas”, indicaba Martínez, aludiendo a los casos de La Rioja o la Comunidad Valenciana, donde sí se pueden atender los huertos familiares.
En el escrito remarcan que “es un sinsentido, además de generar una paradoja en lo que a evitar el contagio se refiere, ya que hace que quienes pueden ir, solos, a su huerto, se vean obligados a hacer cola o coincidir en supermercados con muchas más personas, para obtener los vegetales que pueden recolectar en su huerto, aumentando paradójicamente el riesgo de contagio”.
Además, Martínez considera que “la confusión generada en los pueblos y ciudades de nuestra Comunidad, al no especificarse en ninguna norma si se puede o no acudir a los huertos familiares, ha traído consigo gran inseguridad para las familias trabajadoras”, así como “la posibilidad de expedientes sancionadores a personas que traten de acudir a sus huertos como de costumbre, para evitar la pérdida de lo plantado o para iniciar la siembra que corresponde en esta época del año”.
“No es de recibo que se pueda sancionar a quienes peor lo están pasando por el único delito de intentar procurarse alimento para sí y su familia”, defendía la líder de IU.
Por ello, solicitan a la Delegación del Gobierno que se permita desarrollar esta actividad de cultivo de huertos familiares en Cantabria, tal y como se está desarrollando en otros territorios, y emita la correspondiente instrucción para autorizar los desplazamientos a los huertos urbanos o rurales que sean de autoabastecimiento, para la siembra y recolección de productos y así mismo, solicitan que se archiven todos los expedientes sancionadores incoados en nuestra comunidad autónoma a las personas que trataban de acudir a sus huertos familiares de autoconsumo.
En su argumentación, indican que “es evidente que el mencionado Real Decreto, de aplicación en todo el territorio del Estado, no ha podido diferenciar entre los modos de vida y necesidades de las personas que habitan en las urbes y las que lo hacen en el medio rural”.
Y continúan: “un medio, el rural, que ya de por sí, se ve constantemente perjudicado por carencias en servicios públicos, dificultades para acceder a los mismos y carecer de las posibilidades de empleo que existen en las zonas industrializadas”.
Así, recuerdan que Cantabria es una Comunidad Autónoma eminentemente rural, con una demografía dispersa y repartida en 102 municipios, 56 de los cuales están catalogados como “Zona Rural de Cantabria en Riesgo de Despoblamiento”, en los que tradicionalmente se ha practicado y practica la economía de autoabastecimiento, de forma no profesional.
Desde IU también señalan los beneficios del cultivo de estos huertos, miles de ellos en toda la geografía cántabra, “que conforman nuestros paisajes, esos que idílicamente sirven de reclamo al turismo y cuyos productos son la base de nuestra gastronomía, también son la base amplia sobre la que se asientan costumbres, folklore, tradiciones y sabiduría popular que no debe perderse”.
Y concluyen: “estos beneficios tienen una vertiente humana, pues no solo contribuyen a la economía de subsistencia de miles de familias sino que contribuyen a que éstas tengan una alimentación sana, con productos naturales, cuyo transporte y producción contaminan mucho menos que los derivados de la agricultura industrial; y otra vertiente ambiental, pues contribuyen a la conservación de la biodiversidad, el uso razonable del agua y el consiguiente mantenimiento de la capa freática del suelo, la conservación del mismo y la limpieza necesaria que evita los incendios”.
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