UGT instó hoy a reforzar y promover una verdadera cultura de la prevención laboral para evitar los accidentes de trabajo, que en Cantabria se han incrementado hasta alcanzar los 5.931 en 2019, la cifra más alta desde los 6.020 registrados en año 2010, período en el que la región ha acumulado casi un centenar de siniestros laborales mortales, 98 incluidos los tres registrados en los dos primeros meses de este año.
Con motivo de la conmemoración del 28 de Abril, Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, UGT destaca que las políticas de austeridad y la crisis económica de hace una década “han ido debilitando la prevención de riesgos laborales y el cumplimiento de la normativa legal de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, de la que el sindicato opina que “es una buena norma, aunque de nada sirve si no se cumple y se queda en mero papel mojado”.
En este sentido, el sindicato recuerda “desde los primeros años de la crisis económica que se inició en Cantabria en los últimos meses de 2008, la siniestralidad laboral alcanzó máximos históricos por encima de los 6.000 accidentes laborales anuales hasta que se logró rebajar este cifra en 2011, aunque en los últimos años ha vuelto a repuntar y el año pasado casi se alcanzó de nuevo esa barrera máxima”.
UGT agrega que “al creciente número de accidentes laborales registrados en la región con cifras también máximas del denominado índice de incidencia o porcentaje de siniestros por cada 100.000 trabajadores asegurados, que sólo el año pasado bajó de los 3.000 lo que no sucedía desde 2015; se une un reconocimiento oficial muy bajo y hasta ridículo de las enfermedades profesionales de origen laboral y que deberían de tratarse como tales y no ser derivadas al sistema público de salud como enfermedades comunes”.
Casi 10.000 siniestros sin baja laboral
El sindicato puntualiza que esa exigua valoración de las enfermedades laborales se extiende a los propios accidentes laborales que no implican baja laboral porque “tampoco es normal que en una comunidad autónoma como Cantabria se registren en la actualidad casi 10.000, lo que hace sospechar que muchos de ellos se declaran así para evitar la baja laboral que requieren”.
En este sentido, UGT subraya que en 2019 Cantabria acumuló 9.851 accidentes laborales sin baja laboral, “lo que también implica la mayor cuantía de los últimos nueves años”.
“Cada vez es más ineludible una política nacional y un sistema de inspección con los recursos que sean necesarios para hacer cumplir la legislación y prevenir en adecuadas condiciones la seguridad y salud en el trabajo”, agrega el sindicato.
El sindicato opina que “la situación actual de crisis socio sanitaria por la Covid-19 sólo ha venido a confirmar los efectos perversos de un modelo económico y social débil e injusto, no sólo por las consecuencias de los recortes en el sector público, hoy claramente vistas en el colapso del sistema público de salud o el de la dependencia; sino también por los escasos medios de protección tanto individual como colectiva que en muchos casos han sufrido los trabajadores y trabajadoras en servicios esenciales para la sociedad sin los que ahora sería imposible afrontar el actual confinamiento”.
“El 28 de Abril de este año debe servir para honrar la memoria de las víctimas de los accidentes de trabajo y la de todas aquellas personas que hayan fallecido con ocasión de la Covid-19 y también para agradecer a todos los trabajadores y trabajadoras de servicios esenciales que siguen ahí, pese al riesgo de contagio y en muchas ocasiones pese a las carencias y deficiencias de los medios de protección adecuados que se han puesto a su disposición”, concluye el comunicado de UGT con motivo del Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo.
Con motivo de la conmemoración del 28 de Abril, Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, UGT destaca que las políticas de austeridad y la crisis económica de hace una década “han ido debilitando la prevención de riesgos laborales y el cumplimiento de la normativa legal de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, de la que el sindicato opina que “es una buena norma, aunque de nada sirve si no se cumple y se queda en mero papel mojado”.
En este sentido, el sindicato recuerda “desde los primeros años de la crisis económica que se inició en Cantabria en los últimos meses de 2008, la siniestralidad laboral alcanzó máximos históricos por encima de los 6.000 accidentes laborales anuales hasta que se logró rebajar este cifra en 2011, aunque en los últimos años ha vuelto a repuntar y el año pasado casi se alcanzó de nuevo esa barrera máxima”.
UGT agrega que “al creciente número de accidentes laborales registrados en la región con cifras también máximas del denominado índice de incidencia o porcentaje de siniestros por cada 100.000 trabajadores asegurados, que sólo el año pasado bajó de los 3.000 lo que no sucedía desde 2015; se une un reconocimiento oficial muy bajo y hasta ridículo de las enfermedades profesionales de origen laboral y que deberían de tratarse como tales y no ser derivadas al sistema público de salud como enfermedades comunes”.
Casi 10.000 siniestros sin baja laboral
El sindicato puntualiza que esa exigua valoración de las enfermedades laborales se extiende a los propios accidentes laborales que no implican baja laboral porque “tampoco es normal que en una comunidad autónoma como Cantabria se registren en la actualidad casi 10.000, lo que hace sospechar que muchos de ellos se declaran así para evitar la baja laboral que requieren”.
En este sentido, UGT subraya que en 2019 Cantabria acumuló 9.851 accidentes laborales sin baja laboral, “lo que también implica la mayor cuantía de los últimos nueves años”.
“Cada vez es más ineludible una política nacional y un sistema de inspección con los recursos que sean necesarios para hacer cumplir la legislación y prevenir en adecuadas condiciones la seguridad y salud en el trabajo”, agrega el sindicato.
El sindicato opina que “la situación actual de crisis socio sanitaria por la Covid-19 sólo ha venido a confirmar los efectos perversos de un modelo económico y social débil e injusto, no sólo por las consecuencias de los recortes en el sector público, hoy claramente vistas en el colapso del sistema público de salud o el de la dependencia; sino también por los escasos medios de protección tanto individual como colectiva que en muchos casos han sufrido los trabajadores y trabajadoras en servicios esenciales para la sociedad sin los que ahora sería imposible afrontar el actual confinamiento”.
“El 28 de Abril de este año debe servir para honrar la memoria de las víctimas de los accidentes de trabajo y la de todas aquellas personas que hayan fallecido con ocasión de la Covid-19 y también para agradecer a todos los trabajadores y trabajadoras de servicios esenciales que siguen ahí, pese al riesgo de contagio y en muchas ocasiones pese a las carencias y deficiencias de los medios de protección adecuados que se han puesto a su disposición”, concluye el comunicado de UGT con motivo del Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo.
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