miércoles, 7 de junio de 2017

Santander: La Gerencia de Atención Primara desarrolla en junio en cinco centros de salud el programa "Familias activas y saludables'"


La Gerencia de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud ha puesto en marcha durante el mes de junio el programa 'Familias activas y saludables', dirigido a promover hábitos saludables durante la infancia y a fomentar estilos de vida sanos relacionados con la alimentación, el ocio y el tiempo libre desde un enfoque preventivo.
Esta actividad forma parte del Programa de Atención Integral a las Familias (PAIF), impulsado desde la Vicepresidencia del Gobierno de Cantabria, con la finalidad de la promoción de la parentalidad positiva y el fortalecimiento de las competencias parentales de las familias.
Desarrollado en colaboración con la Dirección General de Política Social, este programa se lleva a cabo en los Centros de Salud de Santoña, Cabezón de la Sal (Saja), Tanos, Altamira (Torrelavega) y Dobra (Torrelavega) y está dirigido a padres, madres y adultos responsables de niños con edades comprendidas entre los 3 y 4 años.
A través de seis sesiones de dos horas cada una, este programa busca informar, apoyar y orientar a las familias en la tarea de la educación y la crianza mediante un enfoque preventivo y capacitador inspirado en la parentalidad positiva y basado en la no violencia y en el respeto a los diferentes tipos de familia.
Para los responsables de este programa, la familia es uno de los espacios fundamentales donde los menores adquieren de manera constructiva los hábitos y estilos de vida que determinan en el futuro su bienestar. Por este motivo subrayan la importancia de impulsar políticas públicas que apoyen y asesoren a las familias con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los niños y los padres.
Entre los aspectos que se trabajan en el programa han destacado la alimentación por su importante repercusión en la salud, explicando que la obesidad infantil se relaciona con malos hábitos alimentarios, la reducción de la actividad física y un aumento del sedentarismo.
En este sentido han señalado que entre los factores que están detrás de un mal hábito alimentario no solo inciden aspectos nutricionales, sino también sociales y culturales como la escolaridad precoz y la prolongación de la misma, la ruptura del aprendizaje culinario, el aumento del consentimiento de las preferencias individuales o la falta de conciliación laboral y familiar.

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