Martínez informó además de que serán inicialmente 250 los animales que se den cita en la capital del Besaya, entre las que habrá representación de siete comunidades autónomas. Además de Cantabria, concurren ejemplares de las Islas Baleares (7), Cataluña (2), Galicia (2), Navarra (2), Principado de Asturias (18) y, finalmente, del País Vasco (2).
Por secciones, los grupos más numerosos serán los de las vacas en lactación hasta 30 meses (34); y las terneras de 8 a 10 meses (31 animales), de 11 a 13 meses (29), y de 14 a 16 meses (25). En el lado opuesto, la menor concurrencia se dará en las vacas en producción con más de 50.000 kilos (2), las novillas de 23 a 26 meses (7) y la vaca adulta en lactación de 6 años o más (9).
Para la consejera, el concurso, que regresa a Cantabria tras años de ausencia, es una "inmejorable oportunidad para rendir homenaje a unos ganaderos de raza que gracias a un esfuerzo ímprobo y una gran profesionalidad han logrado no sólo ir sorteando durante los últimos años los reveses que siempre se ciernen sobre el sector primario, sino también crear explotaciones punteras y competitivas que se han anticipado a la recuperación".
Martínez recordó que "el destino" ha querido también que la cita haya coincidido "con el adiós de Dúplex, uno de los toros que junto a Sultán nos ha dado mucho de lo que hoy somos en esta tierra de `pintas'. Uno porque abrió la puerta a un mundo, la mejora genética, entonces relegado por las tradiciones, y el otro porque ha logrado que nunca se cierre y corra la mejor de las brisas".
Sin ambos, añadió la consejera, hubiese sido inviable que hoy Cantabria haya conquistado una media de lactación a 305 días de casi 9.000 kilos de leche, con 3,53% de grasa y 3,16% de proteína. "Casi el 84%de esa leche, además, es de calidad A en bacteriología, nada menos que tres puntos más que hace apenas un año, lo que nos sitúa a la vera de países hasta hace poco galácticos como Holanda y Francia", remató.
"Somos líderes en mejora genética, sí, pero no es suficiente. El sector lácteo, que hoy representa ya nada menos que un 56,5% de la Producción Final Agraria, se enfrenta en unos días a un nuevo reto, la liberalización de la producción, y tenemos la obligación entre todos de trabajar unidos para traducir de nuevo lo que hoy es una incertidumbre en una oportunidad", agregó Martínez.
Insistió en que "el cambio del marco regulatorio hace que España vaya a tener la opción real de explorar su potencial productivo y de transformación", aunque para "ganar esa batalla" sea necesario que el sector "persevere como hasta ahora en mantener la calidad de nuestra leche, ganar tamaño medio para optimizar rendimientos, fortalecer las OPL, y aplicarnos en seguir ganando en eficiencia, costes y mejora de la gestión".
"Además, sin prisa pero sin demasiada pausa, hemos de ser capaces de analizar qué podemos hacer para reducir la atomización de industrias y cooperativas, cómo explorar nuevas alianzas con la industria alimentaria, y ahí el queso está llamado a asumir más protagonismo del que tiene, o qué opciones tenemos para exprimir el I+D+i y generar nuevos valores añadidos", explicó.
Expuso sin embargo que "quizá el principal color de ese lienzo de futuro pasa por optimizar nuestros Planes de Desarrollo Rural para favorecer las nuevas incorporaciones y avanzar en modernización, así como engrasar la colaboración entre comunidades autónomas para generar sinergias y, por ejemplo, garantizar el cumplimiento del Paquete Lácteo o poner contra las cuerdas a laventa a pérdidas por parte de algunas de las grandes cadenas de la distribución".
Habría incluso, concluyó, otro objetivo. "Esa ineludible alianza entre comunidades debe completarse además con otra alianza quizá aún más importante, la de todos los eslabones que intervienen en la cadena de valor de la leche. Nunca navegará bien una trainera en la que el proel y el patrón se miran de reojo. Si desconfían el uno del otro. Debemos remar a bloque".
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