martes, 28 de julio de 2020

Santander: Libres considera la actual situación de la monarquía española como un riesgo para la democraciaque


Ante la visita mañana del rey Felipe VI a Cantabria, LIBRES (Asamblea Cántabra por las Libertades y contra la Represión) manifiesta su preocupación por las prácticas antidemocráticas que se están produciendo para intentar blindar a la monarquía, de las consecuencias de los casos de corrupción protagonizados fundamentalmente por el rey emérito, pero no solo.
El escándalo de las comisiones pagadas por la monarquía saudí (una de las más siniestras combinaciones de teocracia, autoritarismo y capitalismo del mundo) a Juan Carlos I, para facilitar la construcción del AVE a un consorcio de constructoras españolas, revela mejor que cualquier otra cosa la relación privilegiada y comisionista del gran empresariado, el del IBEX 35, con la monarquía. Esta relación va más allá de la banalización del rey emérito en base a su vida personal, es en realidad una característica esencial de la institución monárquica en España, en continuidad con su pasado a lo largo de los siglos XIX y XX.
La pretensión de cubrir esas prácticas corruptas bajo el manto de la presunta inviolabilidad del rey en su calidad de jefe del estado, no solo es un insulto a la inteligencia y a la sensibilidad democrática de la ciudadanía, supone un auténtico golpe institucional de llevarse a cabo. Si un jefe del estado vitalicio que accede al puesto por herencia tiene impunidad total si delinque, como se pretende, se consagra una zona de sombra que no solo favorece la corrupción, se restablece el poder soberano de la corona por encima del de la ciudadanía. No es una exageración, tras la cortina de la impunidad entendida como un atributo real, se pueden amparar cualquier tipo de operaciones políticas antidemocráticas.
Por otro lado, la imposición de esta impunidad supondría el vaciamiento democrático de la constitución de 1978. Consagraría la desigualdad ante la ley por privilegio de cuna, violentaría el propio redactado del artículo que regula la inviolabilidad, que establece que esta solo existe en lo relacionado con el cargo público que se ocupe: diputado o rey. El rey solo lo es en actuaciones refrendadas por el poder ejecutivo o el legislativo, hasta ahí le alcanza la inviolabilidad. Lo grave y preocupante es que se pretenda imponer como constitucional lo que va estrictamente en contra de la letra y el espíritu de la propia constitución.
Felipe VI no es ajeno a esta situación. Es inaceptable la pretensión de librar al hijo de las responsabilidades políticas del padre en una institución como la monarquía. Felipe VI no renuncia al privilegio de la inviolabilidad entendida como impunidad que su padre reivindica. No insta a la fiscalía a la investigación de las relaciones inaceptables del anterior jefe del estado con una potencia extranjera. Tampoco insta a la fiscalía a investigar los delitos de corrupción promovidos por importantes empresarios españoles utilizando como comisionista a Juan Carlos I. Felipe VI no ha hecho publica su declaración de bienes al llegar al trono, a diferencia de los cargos electos que sí tienen que hacerla.
Felipe VI recorre España en estos días difíciles con cara compungida. ¿Pero a quién visita el rey? ¿Le veremos en un campamento de temporeros de la fruta? ¿Despidiendo quizá a las trabajadoras marroquíes que recogieron la verdura que nos comimos durante el confinamiento? ¿Irá a alguna casa de acogida a mujeres maltratadas? ¿Se reunirá con las trabajadoras de los supermercados, o con las “Kellys”? ¿Se presentará en una asamblea de los trabajadores de Nissan a expresarles su solidaridad? ¿Instará al gobierno a la regulación de las personas migrantes? Por lo que estamos viendo no, y es lo esperable, lo normal en una institución que ha vuelto a demostrar su conexión y su empatía con los ricos y poderosos ya sean saudíes o españoles.
Felipe VI viene a Cantabria a seguir fingiendo que es el representante de una sociedad que trata de salir adelante en tiempos duros como estos. No podemos seguir aceptando esta farsa, Felipe VI y la monarquía solo se representan a ellos mismos y a los privilegiados. Felipe VI y la monarquía forman parte de los graves problemas que tenemos, y van en contra de cualquier solución. Es hora de decirlo alto y claro, en Cantabria y en cualquier sitio donde vayan.

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