El Ayuntamiento de Torrelavega ha mejorado el alumbrado público que bordea el Parque Manuel Barquín e ilumina el perímetro exterior de este espacio verde a través de una inversión de 12.000 euros, que también ha conllevado una actuación en materia de contaminación lumínica.
Así lo ha informado esta mañana el concejal de Barrios, Francisco Trueba, quien ha indicado que es preciso iluminar bien esta zona tan transitada por los ciudadanos, tras advertir que contaba con algunas farolas algo deterioradas.
De esta manera, el ayuntamiento ha actuado sobre un total 11 farolas del parque que corresponden a las enclavadas en las calles José Lucio Mediavilla y el Soto.
Concretamente lo que se han hecho es desmontarlas y llevarlas a los talleres municipales donde se les ha quitado el oxido a través de una técnica que se denomina "chorro de arena" para luego volverlas a pintar con lo que han quedado "como nuevas", ha comentado el edil.
Trueba ha explicado que cada farola lleva tres lámparas y se ha procedido a reparar o cambiar aquellas que estaban rotas o averiadas"‘para garantizar que iluminen lo mejor posible la calle, ya que habíamos observado que algunas daban poca luz".
Por último, Trueba ha indicado que, en cumplimiento de la normativa vigente sobre contaminación lumínica, se ha colocado en las 33 lámparas, 3 por cada farola, un reflector que consiste en una especie de visera para evitar que la luz de las luminarias se proyecte hacia el cielo, como exige la normativa. "Con esta actuación por un lado conseguimos optimizar la luz que proyectan las farolas hacia la calle y por otra reducir la contaminación lumínica del municipio".
Así lo ha informado esta mañana el concejal de Barrios, Francisco Trueba, quien ha indicado que es preciso iluminar bien esta zona tan transitada por los ciudadanos, tras advertir que contaba con algunas farolas algo deterioradas.
De esta manera, el ayuntamiento ha actuado sobre un total 11 farolas del parque que corresponden a las enclavadas en las calles José Lucio Mediavilla y el Soto.
Concretamente lo que se han hecho es desmontarlas y llevarlas a los talleres municipales donde se les ha quitado el oxido a través de una técnica que se denomina "chorro de arena" para luego volverlas a pintar con lo que han quedado "como nuevas", ha comentado el edil.
Trueba ha explicado que cada farola lleva tres lámparas y se ha procedido a reparar o cambiar aquellas que estaban rotas o averiadas"‘para garantizar que iluminen lo mejor posible la calle, ya que habíamos observado que algunas daban poca luz".
Por último, Trueba ha indicado que, en cumplimiento de la normativa vigente sobre contaminación lumínica, se ha colocado en las 33 lámparas, 3 por cada farola, un reflector que consiste en una especie de visera para evitar que la luz de las luminarias se proyecte hacia el cielo, como exige la normativa. "Con esta actuación por un lado conseguimos optimizar la luz que proyectan las farolas hacia la calle y por otra reducir la contaminación lumínica del municipio".
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