Podemos Cantabria ha lamentado que los datos de la Encuesta de la Población Activa (EPA) de 2018 vuelven a mostrar un empleo precario, caracterizado por la temporalidad. Para la formación morada, la falta de un proyecto para la Comunidad, cuya actividad productiva está marcada por la estacionalidad, impide tener una hoja de ruta hacia donde dirigirse para crear empleo estable y de calidad para la ciudadanía cántabra.
Si bien el descenso del número de personas desempleadas durante el pasado ejercicio fue en torno a 11.000, la realidad es que la tasa de actividad es una de las más bajas del país, lo que demuestra que el mercado laboral de Cantabria no es capaz de crear condiciones de trabajo dignas para la población. Los datos de la EPA se entienden muy bien: si miramos el dato de movilidad geográfica, tenemos un saldo negativo cercano a las 8.000 personas, esto es, mientras que casi 17.000 personas tuvieron que salir a buscarse el pan fuera de Cantabria sólo han venido a trabajar en torno a 9.000.
También es relevante el dato que nos dice que somos la comunidad autónoma que ha perdido más activos laborales desde 2012, y un 22% de esa pérdida corresponde a menores de 25 años, lo que condiciona sin duda el futuro desarrollo de la Comundidad
Para Podemos es necesario garantizar la desprecarización del empleo y desestacionalizarlo, una circunstancia que no se produce en Cantabria, donde terminamos el año con una tasa de contratos temporales cercana al 93% (tres puntos por encima de la media nacional), agravado por el hecho de que uno de cada tres de esos contratos fue inferior a siete días.
“La calidad del empleo en Cantabria es pésima debido en gran parte a un problema estructural que nos seguirá marcando negativamente hasta que el Gobierno aborde de una vez el necesitado cambio de modelo productivo, que incluya un plan industrial que traiga riqueza a nuestra tierra, especialmente a la comarca del Besaya, la zona más castigada por el desempleo”.
Si bien el descenso del número de personas desempleadas durante el pasado ejercicio fue en torno a 11.000, la realidad es que la tasa de actividad es una de las más bajas del país, lo que demuestra que el mercado laboral de Cantabria no es capaz de crear condiciones de trabajo dignas para la población. Los datos de la EPA se entienden muy bien: si miramos el dato de movilidad geográfica, tenemos un saldo negativo cercano a las 8.000 personas, esto es, mientras que casi 17.000 personas tuvieron que salir a buscarse el pan fuera de Cantabria sólo han venido a trabajar en torno a 9.000.
También es relevante el dato que nos dice que somos la comunidad autónoma que ha perdido más activos laborales desde 2012, y un 22% de esa pérdida corresponde a menores de 25 años, lo que condiciona sin duda el futuro desarrollo de la Comundidad
Para Podemos es necesario garantizar la desprecarización del empleo y desestacionalizarlo, una circunstancia que no se produce en Cantabria, donde terminamos el año con una tasa de contratos temporales cercana al 93% (tres puntos por encima de la media nacional), agravado por el hecho de que uno de cada tres de esos contratos fue inferior a siete días.
“La calidad del empleo en Cantabria es pésima debido en gran parte a un problema estructural que nos seguirá marcando negativamente hasta que el Gobierno aborde de una vez el necesitado cambio de modelo productivo, que incluya un plan industrial que traiga riqueza a nuestra tierra, especialmente a la comarca del Besaya, la zona más castigada por el desempleo”.
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