viernes, 21 de agosto de 2020

Madrid/Santander: El Gabinete de Seguridad y Salud de USO examina los riesgos derivados de la utilización de productos químicos en trabajos de limpieza comunes como son los que se realizan en edificios y locales destinados a oficinas, centros educativos, comercios y edificios residenciales


Las tareas de limpieza en las que habitualmente se utilizan productos químicos son limpieza de suelos, paredes, superficies, mobiliario, baños y pulido de suelo. Estas labores pueden ser asumidas por personal propio o pueden contratarse empresas externas especializadas, en cuyo caso, ambas empresas deben coordinarse en todo lo referente a la prevención de riesgos.
Durante la utilización de productos de limpieza, las personas trabajadoras pueden estar expuestas, por distintas vías, a los agentes químicos presentes en su composición. Estas vías, en orden de importancia, son: Vía inhalatoria, cuando haya presencia de vapores o aerosoles líquidos.
Vía dérmica, debido al contacto directo con el producto, con superficies contaminadas o bien como consecuencia de salpicaduras. En algunos casos, la absorción puede ser a través de las membranas mucosas de los ojos. Vías digestiva y parenteral, debido a una ingesta accidental o a lesiones en la piel.
Efectos de los productos químicos en la salud de los trabajadores de limpieza
Los productos de limpieza son de composición muy variable. Por tanto, para conocer los daños para la salud específicos de los productos químicos que se utilicen es necesario consultar las etiquetas y, en su caso, las fichas de datos de seguridad. Los efectos más importantes para la salud se producen en: La piel: Irritación producida por desengrasantes, desinfectantes y detergentes. Dermatitis pueden ser irritativas o alérgicas y se manifiestan especialmente en manos y antebrazos con síntomas como picor, enrojecimiento, sequedad, supuración o formación de grietas, costras y ampollas. Pueden provocar quemaduras por ser agentes corrosivos.
Los ojos: irritación y lesiones oculares. Las vías respiratorias: Irritación respiratoria: inflamación de las áreas anatómicas del aparato respiratorio con las que entra en contacto el agente químico irritante.
Asma: es una enfermedad crónica caracterizada por una obstrucción respiratoria reversible, inflamación e hiperactividad de las vías respiratorias.
Toxicidad sistémica: efectos patológicos diversos producidos sobre órganos, aparatos o sistemas alejados de la vía de entrada del agente químico que los genera. Además, en algunos casos, en función de la composición de los productos de limpieza, pueden aparecer efectos sobre la reproducción y el feto, disrupción o alteración endocrina o efectos cancerígenos.
En la siguiente tabla se recogen los efectos para la salud de tres productos de uso generalizado en limpieza que pueden desprender vapores. Es importante tener en cuenta que los potenciales efectos que se indican en la tabla van a depender de la concentración del agente químico en el producto y que, en general, no se usan grandes cantidades y su utilización es en operaciones concretas y de corta duración.
Prevención de riesgos en origen
En los trabajos de limpieza, deben adoptarse medidas preventivas dirigidas, en primer lugar, a eliminar los riesgos en su origen. Cuando no sea posible, se deberán implementar medidas preventivas de control y de protección para reducir el nivel de riesgo de la persona que lo manipula, de esta forma: La primera medida a aplicar es la eliminación del producto químico peligroso. No se utilizarán, por considerarse cancerígenos, los productos de limpieza como limpiamuebles, productos para mopas que contengan nafta con más del 0,1% en peso de benceno y los productos de limpieza que contengan mezclas de hidrocarburos derivados del petróleo con una concentración en peso de 1,3-butadieno superior al 0,1%.
Si no se puede eliminar el uso del producto de limpieza, la segunda medida a aplicar es la sustitución del producto químico peligroso utilizado por otro no peligroso o de menor peligrosidad.
La ventilación general del local a limpiar. Se realizarán las tareas en ambientes bien ventilados, especialmente si se utilizan productos inflamables o que desprendan gases o vapores.
Se debe proceder sobre el método de trabajo no mezclando productos de limpieza, eligiendo un método adecuado para que la exposición sea mínima, optando por formulaciones de los productos que se encuentran más diluidas y preparadas ya para su uso y siguiendo las indicaciones del fabricante a la hora de limpiar superficies calientes. Los trasvases que no puedan evitarse, se realizarán lentamente utilizando dosificadores o embudos, evitando el vertido libre. Para realizar los trasvases, es aconsejable asignar un lugar específico, donde se encuentren a disposición gafas o pantallas de protección.
EPI para la limpieza y la protección frente a los riesgos de los productos químicos
Los Equipos de Protección Individual que podrían ser necesarios para los trabajos de limpieza son: Guantes de protección frente a productos químicos, categoría III. Deben seleccionarse teniendo en cuenta la composición de los productos de limpieza, el tiempo de exposición y la forma de contacto. Además, se debe tener en cuenta que sea un guante de protección frente a microorganismos en las tareas con potencial riesgo biológico.
Gafas o pantalla de protección, cuando los productos de limpieza dispongan de las indicaciones de peligro H314 (provoca quemaduras graves en la piel y lesiones oculares graves), H318 (provoca lesiones oculares graves) o H319, que provocan irritación ocular grave; o en los consejos de prudencia se indique que se deban llevar (P280).
El uso de equipos de protección individual respiratoria no será necesario. Podría, sin embargo, estar indicado en locales sin ventilación, en operaciones puntuales de trasvases o de empleo de productos muy concentrados que afecten a las vías respiratorias. Si el producto contiene amoniaco, puede utilizarse la protección respiratoria (media mascara) dotada de dispositivos filtrantes contra amoniaco y derivados orgánicos del amoniaco (filtro tipo K, banda verde).
En todo caso, se utilizarán los EPI respiratorios con las prestaciones que se indiquen en las fichas de datos de seguridad. Si estos EPI no se entregan, se deben requerir.
Vigilancia de la salud de trabajadores de limpieza
Las personas expuestas deberían ser objeto de una vigilancia específica de su salud, al menos en relación con síntomas en el sistema respiratorio, en la piel y en mucosas. Existen guías de actuación del Ministerio de Sanidad, cuya aplicación puede ser indicada cuando se utilizan productos de limpieza. Para que el programa de vigilancia de la salud se ajuste a los riesgos derivados de los agentes químicos presentes en el lugar de trabajo, el empresario debe facilitar información de estos riesgos y las fichas de datos de seguridad a la unidad médica encargada de la vigilancia de la salud.
La preceptiva formación en prevención de riesgos debe estar diseñada para que las personas puedan conocer los riesgos asociados al uso del producto en particular, especialmente en lo relativo a las sustancias peligrosas y sus daños para la salud, a los síntomas iniciales del asma y la dermatitis y a las medidas de seguridad que deben adoptarse en su manejo y almacenamiento.
En USO siempre han defendido la elaboración de instrucciones de trabajo seguras y protocolos de actuación para situaciones y aspectos como la manipulación de los productos de limpieza, la gestión de los residuos, la correcta utilización de los EPIS y la actuación frente a eventuales accidentes, derrames, vertidos o rotura de envases. Sus delegados de prevención les trasladan que las empresas se excusan ante las personas trabajadoras alegando que los productos son comunes a los utilizados en el ámbito doméstico, si bien hemos podido comprobar los efectos en la salud que producen estos por una inadecuada manipulación o almacenamiento.
Por tanto, antes del inicio de la actividad, se debe informar de las consecuencias físicas de emplear estos productos que pueden llegar a provocar efectos sobre la reproducción y el feto, disrupción o alteración endocrina o efectos cancerígenos, de difícil prueba ante una determinación de contingencias.

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