La Intersindical Cántabra formada por el Sindicato Unitario, Sindicato Ferroviario y Sindicato Cántabro Asalariado de Transporte, ha convocado una manifestación este viernes en la Plaza Mayor bajo el lema "Mujeres trabajadoras, libres y luchadoras" con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Según la Intersindical, en los últimos años, el movimiento feminista está creciendo de manera imparable porque las mujeres están hartas de que se cuestione su manera de vestir; hartas de que se abuse de ellas y la sociedad las criminalice; hartas de que sigan siendo asesinadas y la sociedad hipócritamente guarde un minuto de silencio mirando para otro lado; hartas de que la gran mayoría accedan a los puestos de trabajo más precarios; hartas de no poder conciliar porque pretenden que trabajen como si no fueran madres y que, a la vez, crien a sus hijos como si no tuvieran un trabajo y hartas de que sus pensiones sean las más bajas y no les llegue para cubrir sus necesidades básicas.
Según la Intersindical, todo esto es también violencia contra ellas, violencia sistemática hacia las mujeres que ven como se les ataca por una cuestión de género, pero también por una cuestión de la clase a la que pertenecen.
Ante estas agresiones han dicho basta y no van a dejar las calles. Para ello hay ejemplos de grandes mujeres, grandes luchadoras. Porque, aunque algunas pretendan convertir el 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer -olvidando que se celebra el Día de la Mujer Trabajadora-, se reivindican como mujeres trabajadoras, obreras, precarizadas, explotadas y paradas.
Por eso, desde la Intersindical quieren llamar a todas las mujeres a organizarse en sus centros de trabajos y en sus barrios, a fortalecer los verdaderos sindicatos de clase para luchar por unos empleos dignos, por unas pensiones dignas, por servicios públicos gratuitos y de calidad, por medidas reales que permitan compaginar el trabajo asalariado con el cuidado de sus hijos y mayores sin tener que recurrir a jornadas parciales, por políticas para el acceso a una vivienda digna para la clase obrera. En definitiva, por una vida digna para las mujeres trabajadoras y sus familias. Ese es el único techo de cristal que nos preocupa.
"Las mujeres trabajadoras deben ser las protagonistas y la primera línea de la lucha contra la doble opresión que sufren, pero esta no es una lucha sólo de mujeres ni mucho menos es una lucha de mujeres contra hombres. Es una lucha contra cualquier tipo de opresión y de explotación, ya sea por género, por clase social, por raza o nacionalidad, por edad o por cualquier otro motivo", concluyen.
Según la Intersindical, en los últimos años, el movimiento feminista está creciendo de manera imparable porque las mujeres están hartas de que se cuestione su manera de vestir; hartas de que se abuse de ellas y la sociedad las criminalice; hartas de que sigan siendo asesinadas y la sociedad hipócritamente guarde un minuto de silencio mirando para otro lado; hartas de que la gran mayoría accedan a los puestos de trabajo más precarios; hartas de no poder conciliar porque pretenden que trabajen como si no fueran madres y que, a la vez, crien a sus hijos como si no tuvieran un trabajo y hartas de que sus pensiones sean las más bajas y no les llegue para cubrir sus necesidades básicas.
Según la Intersindical, todo esto es también violencia contra ellas, violencia sistemática hacia las mujeres que ven como se les ataca por una cuestión de género, pero también por una cuestión de la clase a la que pertenecen.
Ante estas agresiones han dicho basta y no van a dejar las calles. Para ello hay ejemplos de grandes mujeres, grandes luchadoras. Porque, aunque algunas pretendan convertir el 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer -olvidando que se celebra el Día de la Mujer Trabajadora-, se reivindican como mujeres trabajadoras, obreras, precarizadas, explotadas y paradas.
Por eso, desde la Intersindical quieren llamar a todas las mujeres a organizarse en sus centros de trabajos y en sus barrios, a fortalecer los verdaderos sindicatos de clase para luchar por unos empleos dignos, por unas pensiones dignas, por servicios públicos gratuitos y de calidad, por medidas reales que permitan compaginar el trabajo asalariado con el cuidado de sus hijos y mayores sin tener que recurrir a jornadas parciales, por políticas para el acceso a una vivienda digna para la clase obrera. En definitiva, por una vida digna para las mujeres trabajadoras y sus familias. Ese es el único techo de cristal que nos preocupa.
"Las mujeres trabajadoras deben ser las protagonistas y la primera línea de la lucha contra la doble opresión que sufren, pero esta no es una lucha sólo de mujeres ni mucho menos es una lucha de mujeres contra hombres. Es una lucha contra cualquier tipo de opresión y de explotación, ya sea por género, por clase social, por raza o nacionalidad, por edad o por cualquier otro motivo", concluyen.
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