Sniace obtuvo en 2018 una cifra de negocio en 2 018 de 67,5 millones de euros, un 53% más pero todavía se encuentra en números rojos de 4,9 millones de euros frente a los 3,7 del ejercicio pasado.
Un crecimiento empujado, en su mayor parte, por la producción de fibra viscosa que se inició en 2017 y por el aumento de la producción de energía, que duplicó su facturación respecto a 2017, gracias a la puesta en marcha de una segunda turbina que rinde ya en su totalidad.
Por contra, los gastos asociados al proceso de puesta en marcha de la nueva línea de fibra viscosa que todavía no opera al cien por cien de su capacidad y que todavía no ha alcanzado un nivel de calidad, el aumento de la factura energética dadas las necesidades técnicas de la planta de fibra y una menor recaudación en la celulosa, ha llevado a los 4,9 millones de euros de pérdidas el ejercicio pasado, 1,2 millones de euros más que el año anterior.
Para 2019, la compañía espera llegar a esos estándares de calidad exigidos así como a un buen comportamiento de las demanda de fibra viscosa en China y las homologaciones de la fibra en Estados Unidos.
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