La presidenta del PP, María José Sáenz de Buruaga, ha mostrado hoy su respaldo al Plan de Transición Energética de Solvay, clave para mantener la competitividad y consolidar el futuro de la química de Torrelavega, y ha asegurado que su partido va a ser el mejor aliado tanto al frente del Gobierno, como en su defensa e interlocución ante el Gobierno central.
Buruaga se ha reunido esta mañana con el director de Solvay-Barreda, Jorge Oliveira, y con el comité de empresa para ponerse a su disposición y comprometerse a trabajar sin descanso para ayudar a despejar y apuntalar el futuro de la fábrica.
La presidenta ha recordado que Solvay ha definido un plan para reducir de forma muy importante sus emisiones de CO2, sustituyendo progresivamente el carbón por otros sistemas de alta eficiencia, pero no puede afrontarlo en solitario y necesita de las administraciones apoyo legal, normativo, y económico, puesto que supone una inversión de 200 millones, y en la gestión, con seguridad jurídica, certezas y agilidad administrativa.
Buruaga ha dicho que el Partido Popular no solo respalda este plan, sino que va a ser su principal aliado tanto al frente del Gobierno, como en su interlocución y defensa ante el Gobierno Central, porque defender esta emblemática fábrica y su continuidad en Cantabria es defender lo nuestro, es defender Cantabria. “Y todo lo demás, incluidas las lamentaciones -ha añadido- son paparruchas”.
Para la dirigente popular, el primer mandamiento de la política industrial de Cantabria tiene que ser cuidar de la industria que ya está implantada, de grandes empresas centenarias como Solvay, Sniace, GSW, Sidenor, Ferroatlántica, Nestle y muchas otras sobre las que se ha construido el actual nivel de vida de la comunidad autónoma, pero también de la industria nueva, porque las dos resultan vitales para el futuro de la región.
La presidenta ha hecho hincapié en que nunca faltará el respaldo y la gestión del Partido Popular para mantener esas industrias abiertas y viento en popa frente a la inacción y la falta de resultados de los cuatros últimos años.
“El Gobierno regional ha ido de fracaso en fracaso en materia industrial, ha demostrado falta de planificación, coordinación y gestión, ha pecado de inacción y, cuando ha intervenido, ha sido para agravar los problemas y volver a fracasar y Solvay es un claro ejemplo”, ha dicho.
En contraposición con la falta de una política industrial en esta legislatura, Buruaga ha asegurado que el PP sí tiene un programa industrial para los próximos cuatro años con el objetivo de reforzar el papel de la industria como motor de desarrollo regional.
“Ahí es donde nos van a encontrar, al lado del tejido productivo, potenciando y modernizando la industrialización, impulsando su sostenibilidad, apostando por la innovación, acelerando la digitalización, generando un entorno facilitador y colaborando mano a mano para afrontar el reto de conjugar la competitividad con el cumplimiento de la normativa medioambiental y los elevados costes energéticos que tanto impacto tienen sobre esa actividad industrial”, ha dicho.
Buruaga ha explicado que en Cantabria esa adaptación va a tener un fuerte impacto a nivel económico y social y es un asunto en el que la comunidad se la juega, por lo que no vale echar balones fuera ni las manos a la cabeza, sino que el Gobierno ha de actuar ante el Gobierno central.
Fotos: Cortesía de Pedro Puente Hoyos
Buruaga se ha reunido esta mañana con el director de Solvay-Barreda, Jorge Oliveira, y con el comité de empresa para ponerse a su disposición y comprometerse a trabajar sin descanso para ayudar a despejar y apuntalar el futuro de la fábrica.
La presidenta ha recordado que Solvay ha definido un plan para reducir de forma muy importante sus emisiones de CO2, sustituyendo progresivamente el carbón por otros sistemas de alta eficiencia, pero no puede afrontarlo en solitario y necesita de las administraciones apoyo legal, normativo, y económico, puesto que supone una inversión de 200 millones, y en la gestión, con seguridad jurídica, certezas y agilidad administrativa.
Buruaga ha dicho que el Partido Popular no solo respalda este plan, sino que va a ser su principal aliado tanto al frente del Gobierno, como en su interlocución y defensa ante el Gobierno Central, porque defender esta emblemática fábrica y su continuidad en Cantabria es defender lo nuestro, es defender Cantabria. “Y todo lo demás, incluidas las lamentaciones -ha añadido- son paparruchas”.
Para la dirigente popular, el primer mandamiento de la política industrial de Cantabria tiene que ser cuidar de la industria que ya está implantada, de grandes empresas centenarias como Solvay, Sniace, GSW, Sidenor, Ferroatlántica, Nestle y muchas otras sobre las que se ha construido el actual nivel de vida de la comunidad autónoma, pero también de la industria nueva, porque las dos resultan vitales para el futuro de la región.
La presidenta ha hecho hincapié en que nunca faltará el respaldo y la gestión del Partido Popular para mantener esas industrias abiertas y viento en popa frente a la inacción y la falta de resultados de los cuatros últimos años.
“El Gobierno regional ha ido de fracaso en fracaso en materia industrial, ha demostrado falta de planificación, coordinación y gestión, ha pecado de inacción y, cuando ha intervenido, ha sido para agravar los problemas y volver a fracasar y Solvay es un claro ejemplo”, ha dicho.
En contraposición con la falta de una política industrial en esta legislatura, Buruaga ha asegurado que el PP sí tiene un programa industrial para los próximos cuatro años con el objetivo de reforzar el papel de la industria como motor de desarrollo regional.
“Ahí es donde nos van a encontrar, al lado del tejido productivo, potenciando y modernizando la industrialización, impulsando su sostenibilidad, apostando por la innovación, acelerando la digitalización, generando un entorno facilitador y colaborando mano a mano para afrontar el reto de conjugar la competitividad con el cumplimiento de la normativa medioambiental y los elevados costes energéticos que tanto impacto tienen sobre esa actividad industrial”, ha dicho.
Buruaga ha explicado que en Cantabria esa adaptación va a tener un fuerte impacto a nivel económico y social y es un asunto en el que la comunidad se la juega, por lo que no vale echar balones fuera ni las manos a la cabeza, sino que el Gobierno ha de actuar ante el Gobierno central.
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