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El próximo domingo día 3 tendrá lugar en Vernejo la novena edición de la Feria de la Trucha, organizada por la Comisión de Fiestas Virgen de la Castañera, con el Patrocinio de la Junta Vecinal de Ontoria y Vernejo y la colaboración del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal además de la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria.
La Feria de la Trucha surgió hace ocho años cuando la Comisión de Fiestas Virgen de la Castañera junto con la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento cabezonense dieron vida a esta iniciativa con el fin de rendir un pequeño homenaje, por un lado, a esa arteria de vida que es el Río Saja y, por otro, a todos los pescadores de la zona, que son muchos, y a quienes en esta época de año vemos con sus cañas apostados en ambas márgenes de este río.
La bolera del pueblo, en la Plaza de San Miguel, se convierte por un día en una filtración del río Saja y se llena de agua de río con truchas. Al mediodía se abre la veda y la organización tiene las cañas preparadas para que los más jóvenes demuestren su habilidad con las mismas y pesquen cuantas truchas puedan. A veces son los mayores quienes, de manera disimulada, hacen gala de su pericia con el cebo en el anzuelo.
Mientras el río artificial centra las miradas de todos, la organización prepara en los fogones truchas con panceta para que sean degustadas por todos los asistentes, acompañadas con blanco de la Nava, tan popular en esta comarca foramontana. Todo ello acompañado de la tradicional música montañesa que ameniza la jornada.
Para finalizar, después de la degustación de truchas y blanco de la Nava, viene el momento más esperado por los más jóvenes que “se tiran” al río para coger a mano aquellas truchas “vivas” que no han picado el anzuelo.
La Feria de la Trucha surgió hace ocho años cuando la Comisión de Fiestas Virgen de la Castañera junto con la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento cabezonense dieron vida a esta iniciativa con el fin de rendir un pequeño homenaje, por un lado, a esa arteria de vida que es el Río Saja y, por otro, a todos los pescadores de la zona, que son muchos, y a quienes en esta época de año vemos con sus cañas apostados en ambas márgenes de este río.
La bolera del pueblo, en la Plaza de San Miguel, se convierte por un día en una filtración del río Saja y se llena de agua de río con truchas. Al mediodía se abre la veda y la organización tiene las cañas preparadas para que los más jóvenes demuestren su habilidad con las mismas y pesquen cuantas truchas puedan. A veces son los mayores quienes, de manera disimulada, hacen gala de su pericia con el cebo en el anzuelo.
Mientras el río artificial centra las miradas de todos, la organización prepara en los fogones truchas con panceta para que sean degustadas por todos los asistentes, acompañadas con blanco de la Nava, tan popular en esta comarca foramontana. Todo ello acompañado de la tradicional música montañesa que ameniza la jornada.
Para finalizar, después de la degustación de truchas y blanco de la Nava, viene el momento más esperado por los más jóvenes que “se tiran” al río para coger a mano aquellas truchas “vivas” que no han picado el anzuelo.
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