La actuación, dentro de la programación de ‘Los viernes de Jazz’ del Teatro Municipal Concha Espina, del Quinteto de Kenny Garret, el pasado viernes ha supuesto un auténtico hito en la ya dilatada trayectoria de música en directo que atesora el espacio escénico por excelencia de Torrelavega.
Con un aforo prácticamente completo, en consonancia con el prestigio que acredita el famoso saxofonista y su banda, nominado al Grammy en la categoría de mejor álbum instrumental, por su disco ‘Pushing the World away’, Garret inició el concierto con una precisa muestra de jazz profundo y densamente armonizado, impecablemente secundado por una banda integrada por pianista, contrabajo, batería y percusionista.
Hacia la mitad del concierto, y haciendo honor a su filosofía de que sólo acumular experiencias vitales permite llegar a ser creativo, Garret debió de sentir una vibración especial, y puso en práctica otra de sus premisas:"‘No esperéis de mí que suene como en mi último disco. Me muevo, según lo que siente mi espíritu".
A partir de ese momento el jazz "académico" pasó a segundo término, y Kenny dedicó lo mejor de su esfuerzo a conseguir la participación activa del público y la implicación total de su banda, como algo más que simples acompañantes.
El resultado final, un inesperado y apoteósico happening, con buena parte del público bailando frente al escenario, el resto puesto en pie junto a sus butacas, miembros de la banda bailando con el público, y el mismísimo Garret rapeando y caldeando cada vez más el ambiente.
En definitiva, un concierto que los privilegiados que pudieron asistir a esta velada del TMCE no olvidarán en mucho tiempo, y probablemente Kenny Garret y su grupo, tampoco.
Con un aforo prácticamente completo, en consonancia con el prestigio que acredita el famoso saxofonista y su banda, nominado al Grammy en la categoría de mejor álbum instrumental, por su disco ‘Pushing the World away’, Garret inició el concierto con una precisa muestra de jazz profundo y densamente armonizado, impecablemente secundado por una banda integrada por pianista, contrabajo, batería y percusionista.
Hacia la mitad del concierto, y haciendo honor a su filosofía de que sólo acumular experiencias vitales permite llegar a ser creativo, Garret debió de sentir una vibración especial, y puso en práctica otra de sus premisas:"‘No esperéis de mí que suene como en mi último disco. Me muevo, según lo que siente mi espíritu".
A partir de ese momento el jazz "académico" pasó a segundo término, y Kenny dedicó lo mejor de su esfuerzo a conseguir la participación activa del público y la implicación total de su banda, como algo más que simples acompañantes.
El resultado final, un inesperado y apoteósico happening, con buena parte del público bailando frente al escenario, el resto puesto en pie junto a sus butacas, miembros de la banda bailando con el público, y el mismísimo Garret rapeando y caldeando cada vez más el ambiente.
En definitiva, un concierto que los privilegiados que pudieron asistir a esta velada del TMCE no olvidarán en mucho tiempo, y probablemente Kenny Garret y su grupo, tampoco.
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