La Unión (LU) mostró su decepción con el PP, por “haberse entregado” a los intereses de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), que agrupa a las Grandes Superficies Comerciales, que han conseguido su objetivo de declarar a Santander como “zona de gran afluencia turística”, a los efectos de conseguir la libertad total de horarios comerciales para esas grandes superficies, y “ganarse el menguante mercado en manos del comercio tradicional”.
Gerardo Miguel, miembro de la Comisión Ejecutiva Regional de la formación política, indicó que “apoyamos al pequeño comercio, a los empresarios y autónomos del comercio tradicional de Santander, en lo que consideramos una acción de las grandes superficies para empujarles a la ruina y al cierre”.
“Hay que promover la competencia, la cual muere al tratar como iguales a quienes son abismalmente desiguales”, señaló.
Para la formación política “existe un talibanismo absolutamente equivocado” con la cuestión de los horarios comerciales, y apuntan, “este integrismo perjudica a los autónomos y pequeños empresarios”, y advierten “sola y exclusivamente beneficia a las grandes superficies”, las cuales, resulta obvio, “han tenido capacidad para atraer al PP a sus filas”.
El Gobierno, señaló el portavoz de la formación, “no se da cuenta que el problema de las Grandes Superficies no está en la libertad de horarios”, prosiguió, sino que “es común al que tiene el comercio tradicional”, y esto no es otro que “la falta de dinero disponible en el bolsillo de los ciudadanos”, los cuales “no van a comprar más por la libertad de horarios, porque siguen teniendo el problema de dinero sea cual sea el horario”.
Según La Unión (LU) las Grandes Superficies “son perfectas conocedoras de cuál es el problema”, y su objetivo no es otro que “quitar el mercado que les quede al comercio tradicional”.
En este sentido, La Unión (LU) se alinea con la postura mantenida por COERCAN (Federación de Comercio de Cantabria), que hizo pública junto con la Asociación de Comerciantes Empresarios y Autónomos de Santander (ACEAS), la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Santander, y el resto de Asociaciones de Comerciantes, que “han demostrado su unidad, junto con los sindicatos”.
Según defendió Gerardo Miguel, “el comercio de Santander son negocios familiares, de autónomos, que crean y mantienen empleos fijos y estables”, lo que a su juicio les hace merecedores de “ser defendidos de las grandes superficies, con las cuales no pueden competir en recursos”.
Además, advirtió que “la creación de empleo que supusieron las grandes superficies, ha sido inferior a la destrucción de empleo en el comercio tradicional”, y añadió que “se está dando lugar a una progresiva Desertización del centro de Santander”.
Mediante la declaración de zona de gran afluencia turística, las grandes superficies “pretenden dar la puntilla a un sector económico de la ciudad que vive intensamente la crisis, a consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos”.
“Santander es una ciudad que tiene una tradición comercial que no hay que ayudar a que desaparezca”, apuntó, y “lo mejor que podría hacer el Ayuntamiento es rebajar sus tasas e impuestos, que ahogan al ciudadano y le dejan sin capacidad de gasto”.
Gerardo Miguel, miembro de la Comisión Ejecutiva Regional de la formación política, indicó que “apoyamos al pequeño comercio, a los empresarios y autónomos del comercio tradicional de Santander, en lo que consideramos una acción de las grandes superficies para empujarles a la ruina y al cierre”.
“Hay que promover la competencia, la cual muere al tratar como iguales a quienes son abismalmente desiguales”, señaló.
Para la formación política “existe un talibanismo absolutamente equivocado” con la cuestión de los horarios comerciales, y apuntan, “este integrismo perjudica a los autónomos y pequeños empresarios”, y advierten “sola y exclusivamente beneficia a las grandes superficies”, las cuales, resulta obvio, “han tenido capacidad para atraer al PP a sus filas”.
El Gobierno, señaló el portavoz de la formación, “no se da cuenta que el problema de las Grandes Superficies no está en la libertad de horarios”, prosiguió, sino que “es común al que tiene el comercio tradicional”, y esto no es otro que “la falta de dinero disponible en el bolsillo de los ciudadanos”, los cuales “no van a comprar más por la libertad de horarios, porque siguen teniendo el problema de dinero sea cual sea el horario”.
Según La Unión (LU) las Grandes Superficies “son perfectas conocedoras de cuál es el problema”, y su objetivo no es otro que “quitar el mercado que les quede al comercio tradicional”.
En este sentido, La Unión (LU) se alinea con la postura mantenida por COERCAN (Federación de Comercio de Cantabria), que hizo pública junto con la Asociación de Comerciantes Empresarios y Autónomos de Santander (ACEAS), la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo de Santander, y el resto de Asociaciones de Comerciantes, que “han demostrado su unidad, junto con los sindicatos”.
Según defendió Gerardo Miguel, “el comercio de Santander son negocios familiares, de autónomos, que crean y mantienen empleos fijos y estables”, lo que a su juicio les hace merecedores de “ser defendidos de las grandes superficies, con las cuales no pueden competir en recursos”.
Además, advirtió que “la creación de empleo que supusieron las grandes superficies, ha sido inferior a la destrucción de empleo en el comercio tradicional”, y añadió que “se está dando lugar a una progresiva Desertización del centro de Santander”.
Mediante la declaración de zona de gran afluencia turística, las grandes superficies “pretenden dar la puntilla a un sector económico de la ciudad que vive intensamente la crisis, a consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos”.
“Santander es una ciudad que tiene una tradición comercial que no hay que ayudar a que desaparezca”, apuntó, y “lo mejor que podría hacer el Ayuntamiento es rebajar sus tasas e impuestos, que ahogan al ciudadano y le dejan sin capacidad de gasto”.
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