El grupo político Asamblea Ciudadana por Torrelavega (ACPT) ha entregado esta tarde el IV Premio Esther Garcia A la lucha ciudadana al colectivo Fraguas Revive en el transcurso de un acto que se ha desarrollado en la sala de arte municipal Mauro Muriedas, que estaba abarrotada.
Este premio tiene por objeto dar un reconocimiento a personas, grupos de personas o colectivos que se hayan distinguido en cualquier aspecto de la lucha popular, en sintonía con los valores que representaba Esther García, pudiendo ser premiadas personas o entidades de cualquier lugar del mundo.
El premio es anual y consiste en una escultura, pintura o fotografía, realizada al efecto, por tanto original, y donada por su autor para tal fin.
El colectivo Fraguas Revive ha sido el galardonado frente a otros dos candidatos por la "novedosa propuesta" que el grupo de activistas está desarrollando en un pueblo abandonado de Guadalajara, así como por la "proactividad" de su lucha y el "profundo carácter constructivo" de su acción.
El acto se ha iniciado con la lectura de varios poemas sobre la tierra y posteriormente se ha proyectado un vídeo sobre la vida de este colectivo formado por seis activistas inicialmente (ahora hay 17) que llevan a cabo su acción en el pueblo de Fraguas, ubicado en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara.
Dos de los integrantes de este colectivo han explicado que los terrenos de Fraguas fueron expropiados en 1968 por el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) para su repoblación forestal con pino resinero para explotación, "arrasando en el proceso grandes extensiones de vegetación autóctona".
Con la expulsión de sus pobladores ese año, la aldea "cayó en el olvido" y en los 90 lo que quedaba en pie fue "destruido" por el Ejército, que utilizó el pueblo como zona de maniobras militares. Posteriormente, los terrenos se incluyeron en el Catálogo de Montes de Utilidad Pública de Guadalajara en 2002.
Ya en la primavera de 2013, un grupo de jóvenes llegó a Fraguas con un proyecto comunitario de repoblación rural, mediante el que se han reconstruido varias casas con materiales locales y técnicas de construcción tradicionales, se ha recuperado el suministro de agua potable y la pista de acceso, se ha puesto en marcha una instalación eléctrica alimentada con energía solar y se está reforestando con especies autóctonas áreas afectadas por incendios, han indicado.
Por ello, en junio de 2018 el Juzgado de lo Penal número 1 de Guadalajara declaró a los miembros de 'Fraguas Revive' culpables de los delitos contra la ordenación del territorio y usurpación a los 6 pobladores de Fraguas.
Además, en enero de 2019 la Audiencia Nacional de Guadalajara rechazó el recurso interpuesto, confirmando la condena de un año y medio de cárcel a cada uno de los seis repobladores y una sanción de 16.380 euros, además de los costes de la demolición de las casas de Fraguas, tasada en 27.000 euros.
Asimismo, el año y medio de multa impagada se convirtió en nueve meses más de prisión a sumar a la condena, lo que supondría una pena de cuatro años y medio de cárcel a cada joven "por reconstruir tres casas, varios caminos y huertas del pueblo, asesorados por los antiguos pobladores del mismo, que apoyan sin fisuras a los repobladores".
En vez de ser recompensados por las instituciones, han sido condenados, con una dura sentencia, por su trabajo colectivo para reconstruir un pueblo que estaba en ruinas.
Tras el vídeo y las explicaciones de dos de sus moradores, el edil de ACPT, Iván Martínez les ha entregado el premio y finalmente, un cantautor les ha ofrecido la canción alusiva a su lucha.Este premio tiene por objeto dar un reconocimiento a personas, grupos de personas o colectivos que se hayan distinguido en cualquier aspecto de la lucha popular, en sintonía con los valores que representaba Esther García, pudiendo ser premiadas personas o entidades de cualquier lugar del mundo.
El premio es anual y consiste en una escultura, pintura o fotografía, realizada al efecto, por tanto original, y donada por su autor para tal fin.
El colectivo Fraguas Revive ha sido el galardonado frente a otros dos candidatos por la "novedosa propuesta" que el grupo de activistas está desarrollando en un pueblo abandonado de Guadalajara, así como por la "proactividad" de su lucha y el "profundo carácter constructivo" de su acción.
El acto se ha iniciado con la lectura de varios poemas sobre la tierra y posteriormente se ha proyectado un vídeo sobre la vida de este colectivo formado por seis activistas inicialmente (ahora hay 17) que llevan a cabo su acción en el pueblo de Fraguas, ubicado en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara.
Dos de los integrantes de este colectivo han explicado que los terrenos de Fraguas fueron expropiados en 1968 por el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) para su repoblación forestal con pino resinero para explotación, "arrasando en el proceso grandes extensiones de vegetación autóctona".
Con la expulsión de sus pobladores ese año, la aldea "cayó en el olvido" y en los 90 lo que quedaba en pie fue "destruido" por el Ejército, que utilizó el pueblo como zona de maniobras militares. Posteriormente, los terrenos se incluyeron en el Catálogo de Montes de Utilidad Pública de Guadalajara en 2002.
Ya en la primavera de 2013, un grupo de jóvenes llegó a Fraguas con un proyecto comunitario de repoblación rural, mediante el que se han reconstruido varias casas con materiales locales y técnicas de construcción tradicionales, se ha recuperado el suministro de agua potable y la pista de acceso, se ha puesto en marcha una instalación eléctrica alimentada con energía solar y se está reforestando con especies autóctonas áreas afectadas por incendios, han indicado.
Por ello, en junio de 2018 el Juzgado de lo Penal número 1 de Guadalajara declaró a los miembros de 'Fraguas Revive' culpables de los delitos contra la ordenación del territorio y usurpación a los 6 pobladores de Fraguas.
Además, en enero de 2019 la Audiencia Nacional de Guadalajara rechazó el recurso interpuesto, confirmando la condena de un año y medio de cárcel a cada uno de los seis repobladores y una sanción de 16.380 euros, además de los costes de la demolición de las casas de Fraguas, tasada en 27.000 euros.
Asimismo, el año y medio de multa impagada se convirtió en nueve meses más de prisión a sumar a la condena, lo que supondría una pena de cuatro años y medio de cárcel a cada joven "por reconstruir tres casas, varios caminos y huertas del pueblo, asesorados por los antiguos pobladores del mismo, que apoyan sin fisuras a los repobladores".
En vez de ser recompensados por las instituciones, han sido condenados, con una dura sentencia, por su trabajo colectivo para reconstruir un pueblo que estaba en ruinas.
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