El informe sobre Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales -presentado hoy en el plenario de la Comisión Cántabra de Seguridad y Salud en el Trabajo- pone de relieve la relación “evidente” entre precariedad laboral y siniestralidad.
Así lo plantea Laura Lombilla, secretaria de Salud Laboral de Comisiones Obreras de Cantabria tras analizar el informe anual del Gobierno de Cantabria conocido hoy.
“Se triplican las muertes –de 4 en 2016 a 12 en 2017-, aumentan los accidentes in itínere y disminuye significativamente el número de partes de enfermedades profesionales comunicados. Es decir, muchos de estos hechos ocurren como consecuencia de unas malas condiciones de trabajo y de una relajación de las medidas de seguridad”, explica Lombilla.
El informe devela que en 2017 se registraron 6.062 accidentes de trabajo, un 2,7% más que en 2016, lo que significa que la cifra aumentó casi el doble respecto al periodo anterior analizado (1,5% entre 2016 y 2015). Aunque han disminuido los accidentes graves en un 20%, los leves han sido más (2%) y las muertes en accidentes de trabajo se han triplicado. También ha crecido un 6% los accidentes de trabajo que no han causado baja del empleado.
“Se triplican las muertes –de 4 en 2016 a 12 en 2017-, aumentan los accidentes in itínere y disminuye significativamente el número de partes de enfermedades profesionales comunicados. Es decir, muchos de estos hechos ocurren como consecuencia de unas malas condiciones de trabajo y de una relajación de las medidas de seguridad”, explica Lombilla.
El informe devela que en 2017 se registraron 6.062 accidentes de trabajo, un 2,7% más que en 2016, lo que significa que la cifra aumentó casi el doble respecto al periodo anterior analizado (1,5% entre 2016 y 2015). Aunque han disminuido los accidentes graves en un 20%, los leves han sido más (2%) y las muertes en accidentes de trabajo se han triplicado. También ha crecido un 6% los accidentes de trabajo que no han causado baja del empleado.
“La gente no quiere pedir baja por miedo a perder el empleo, igual que no quiere comunicar las enfermedades profesionales”, advierte Lombilla, quien destaca que en el caso de las enfermedades profesionales hay una “clara feminización” de las mismas: de los 322 partes comunicados, 186 correspondieron a trabajadoras.
También se registra un aumento significativo de los accidentes de trabajo in itínere, pasando de 726 a 825 y también en este caso las mujeres llevan la peor parte. La posibilidad de sufrir un accidente de tráfico in itínere es 1,9 veces superior en las mujeres y las de sufrir otro tipo de accidente in itínere suben a 3,5 veces por encima de los hombres.
“La precariedad laboral en Cantabria afecta especialmente a las mujeres y el tipo de accidentes de trabajo de los que hablamos son los relacionados con el sector servicios, donde están contratadas la mayoría de ellas”, argumentan desde la Secretaría de Salud Laboral de CCOO de Cantabria.
También se registra un aumento significativo de los accidentes de trabajo in itínere, pasando de 726 a 825 y también en este caso las mujeres llevan la peor parte. La posibilidad de sufrir un accidente de tráfico in itínere es 1,9 veces superior en las mujeres y las de sufrir otro tipo de accidente in itínere suben a 3,5 veces por encima de los hombres.
“La precariedad laboral en Cantabria afecta especialmente a las mujeres y el tipo de accidentes de trabajo de los que hablamos son los relacionados con el sector servicios, donde están contratadas la mayoría de ellas”, argumentan desde la Secretaría de Salud Laboral de CCOO de Cantabria.
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