El diputado del Grupo Parlamentario Popular Ildefonso Calderón considera que la moción que ha presentado, reclamando al Gobierno de Cantabria una postura mucho más activa para salvar la fábrica de cloro de Solvay y asegurar la inversión de 50 millones de euros por la empresa CUF, “supone una gran oportunidad para que el Parlamento de Cantabria pida al gobierno del señor Revilla que abandone la pasividad mostrada hasta la fecha, y que ha puesto en el paro a cien trabajadores de Torrelavega”.
Según recuerda, es el propio Gobierno de Cantabria “quien cierra la planta de cloro al denegar la prórroga solicitada por Solvay”, y ello después “haber dejado pasar más de dos años sin mover un dedo para que la planta se adaptara a la normativa europea que prohíbe fabricar cloro por el sistema de celdas de mercurio, que es muy contaminante”.
“Ni el presidente, ni la consejera de Medio Ambiente, ni el consejero de Industria han sido capaces en dos años de tomar un avión para ir a Bruselas a hablar con Solvay y con la Unión Europea, ni tampoco a Lisboa para ofrecer a CUF un entorno atractivo de inversión”, señala el diputado del PP.
Calderón indica que “esos 50 millones y esos 100 empleos se irán al Báltico si el Gobierno de Cantabria sigue sin hacer su trabajo y escurriendo el bulto, que parece ser su única política industrial en la comarca del Besaya”. Por ello es preciso que el Parlamento, por una clara mayoría, “le ponga deberes al gobierno de Revilla y obligue a que sea mucho más diligente y proactivo, porque su actitud de esta legislatura no es de recibo”, añade.
El parlamentario torrelaveguense señala que “además de solicitar a otras administraciones ayudas de reindustrialización, el Gobierno de Cantabria tiene que demostrar voluntad industrial él mismo, porque en Torrelavega lo único que vemos es la planta de cloro cerrada por el Gobierno, los industriales noruegos que abandonan Sniace, y esta propia compañía intentado reconvertir sus terrenos en centros de ocio; estas son las consecuencias de la total desatención del Gobierno de Cantabria por la industria en general y por la de la comarca del Besaya en particular”.
Según recuerda, es el propio Gobierno de Cantabria “quien cierra la planta de cloro al denegar la prórroga solicitada por Solvay”, y ello después “haber dejado pasar más de dos años sin mover un dedo para que la planta se adaptara a la normativa europea que prohíbe fabricar cloro por el sistema de celdas de mercurio, que es muy contaminante”.
“Ni el presidente, ni la consejera de Medio Ambiente, ni el consejero de Industria han sido capaces en dos años de tomar un avión para ir a Bruselas a hablar con Solvay y con la Unión Europea, ni tampoco a Lisboa para ofrecer a CUF un entorno atractivo de inversión”, señala el diputado del PP.
Calderón indica que “esos 50 millones y esos 100 empleos se irán al Báltico si el Gobierno de Cantabria sigue sin hacer su trabajo y escurriendo el bulto, que parece ser su única política industrial en la comarca del Besaya”. Por ello es preciso que el Parlamento, por una clara mayoría, “le ponga deberes al gobierno de Revilla y obligue a que sea mucho más diligente y proactivo, porque su actitud de esta legislatura no es de recibo”, añade.
El parlamentario torrelaveguense señala que “además de solicitar a otras administraciones ayudas de reindustrialización, el Gobierno de Cantabria tiene que demostrar voluntad industrial él mismo, porque en Torrelavega lo único que vemos es la planta de cloro cerrada por el Gobierno, los industriales noruegos que abandonan Sniace, y esta propia compañía intentado reconvertir sus terrenos en centros de ocio; estas son las consecuencias de la total desatención del Gobierno de Cantabria por la industria en general y por la de la comarca del Besaya en particular”.
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