La vicepresidenta, Díaz Tezanos, ha destacado la aportación de los autónomos al tejido económico e industrial de la región y ha asegurado que "constituyen el mayor número de titulares de las empresas cántabras", así como "uno de los sectores con mayor peso en la economía regional".
La vicepresidenta y consejera de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social, Eva Díaz Tezanos, ha trasladado al coordinador de UTAC, Eduardo Abad, su apoyo al Plan de Sucesión de Empresa y Relevo Generacional, en el transcurso de una reunión, en la que además de Abad ha estado presente la técnico de esta institución, Marta Lombardo.
El objetivo de esta iniciativa es insertar en el mercado laboral, a través del autoempleo, a 100 nuevos emprendedores, con independencia de la edad, a través del relevo generacional. Los responsables de UTAC han cuantificado el coste de este plan, para el Ejecutivo regional, en unos 350.000, y han valorado la importancia del mismo, "ya que con una duración de 4 años permitiría insertar en el mercado laboral de Cantabria un total de 400 autónomos, 100 por cada ejercicio", ha manifestado Abad.
Las medidas que contempla esta iniciativa es que, en los dos últimos años de vida laboral del trabajador autónomo y antes de jubilarse, estos profesionales puedan formar y profesionalizar a 100 personas que tengan inquietud emprendedora, a través de contratos de formación y aprendizaje, con una pequeña ayuda, por parte del Gobierno autonómico, para que los nuevos emprendedores puedan cobrar un salario mientras se forman. "Se trataría de un coste bastante asumible por parte de la Administración autonómica, ya que el resto de los gastos están asumidos por la Seguridad Social", ha asegurado el coordinador de UTAC.
El Plan contempla como primera medida el pago, por parte de la Administración del Estado, del coste de la cotización neta a la Seguridad Social en su base mínima, desde los 63 a los 65 años en los casos seleccionados. El autónomo pagaría la diferencia de cotización entre la correspondiente a la mínima y a la que tenga elegida.
La vicepresidenta y consejera de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social, Eva Díaz Tezanos, ha trasladado al coordinador de UTAC, Eduardo Abad, su apoyo al Plan de Sucesión de Empresa y Relevo Generacional, en el transcurso de una reunión, en la que además de Abad ha estado presente la técnico de esta institución, Marta Lombardo.
El objetivo de esta iniciativa es insertar en el mercado laboral, a través del autoempleo, a 100 nuevos emprendedores, con independencia de la edad, a través del relevo generacional. Los responsables de UTAC han cuantificado el coste de este plan, para el Ejecutivo regional, en unos 350.000, y han valorado la importancia del mismo, "ya que con una duración de 4 años permitiría insertar en el mercado laboral de Cantabria un total de 400 autónomos, 100 por cada ejercicio", ha manifestado Abad.
Las medidas que contempla esta iniciativa es que, en los dos últimos años de vida laboral del trabajador autónomo y antes de jubilarse, estos profesionales puedan formar y profesionalizar a 100 personas que tengan inquietud emprendedora, a través de contratos de formación y aprendizaje, con una pequeña ayuda, por parte del Gobierno autonómico, para que los nuevos emprendedores puedan cobrar un salario mientras se forman. "Se trataría de un coste bastante asumible por parte de la Administración autonómica, ya que el resto de los gastos están asumidos por la Seguridad Social", ha asegurado el coordinador de UTAC.
El Plan contempla como primera medida el pago, por parte de la Administración del Estado, del coste de la cotización neta a la Seguridad Social en su base mínima, desde los 63 a los 65 años en los casos seleccionados. El autónomo pagaría la diferencia de cotización entre la correspondiente a la mínima y a la que tenga elegida.
De esta manera, desde UTAC se asegura, que se podría bonificar la cuota mínima de la Seguridad Social a los 100 empresarios que se acojan a esta medida, en los últimos 2 años de su vida laboral, con el fin de que "no tengan problemas económicos para pagar su derecho a jubilación, y que además, sean los docentes de su negocio".
El contrato que va a realizar el autónomo en esos dos años al nuevo emprendedor será de formación y aprendizaje aprovechando los beneficios que dicho tipo de contratación conlleva. A través del Plan muchos jóvenes podrían encontrar su propio empleo sustituyendo a los autónomos más mayores, abordando un cambio a fondo en los negocios.
Según Eduardo Abad los nuevos emprendedores tendrían, además, 20 horas de formación teórica sobre como llevar un negocio, redes telemáticas, digitalización y el resto de conocimientos necesarios para completar su formación.
En el último año, en la Comunidad Autónoma, los autónomos han crecido muy poco, apenas en 100 personas-según Abad, todos ellos están en un "sector refugio" que es el de los servicios. Son personas que proceden del desempleo y de los últimos momentos de las ayudas concedidas por su extinción de contratos, y que en muchas ocasiones, no tienen cualificación profesional ni conocimiento del sector en el que se adentran.
El objetivo de este Plan es rejuvenecer el mercado laboral de los autónomos de la región, ya que Cantabria cuenta con una de las tasas de autónomos más envejecida. El coordinador de UTAC ha asegurado que el Plan haría especial incidencia en poblaciones que cuenten con altas tasas de desempleo y se hayan visto afectados por el cierre de negocios, tendrían especialmente en las zonas de Torrelavega y Santander, sus ejes principales.
La cifra de autónomos, posibles beneficiarios de este Plan, registrada en Cantabria es de 25.517, casi el 70% del total de los 42.000 inscritos en la Seguridad Social. Según datos del Ministerio de Empleo, 7.605 de entre ellos, el 27,6%, tienen más de 55 años, y el 66,8% se encuentran en el sector servicios, especialmente en comercio y hostelería.
Este colectivo se encuentran relativamente envejecido, muy particularmente en las zonas rurales, y los efectos de la última dura crisis ha producido resultados muy negativos en sus rentas, lo que hace que en muchos casos se esté estudiando el posible cierre de negocios y actividades económicas por resultar éstas obsoletas y sus titulares no estar ya en condiciones de abordar una diversificación y puesta en marcha de una nueva etapa de actividad.
El contrato que va a realizar el autónomo en esos dos años al nuevo emprendedor será de formación y aprendizaje aprovechando los beneficios que dicho tipo de contratación conlleva. A través del Plan muchos jóvenes podrían encontrar su propio empleo sustituyendo a los autónomos más mayores, abordando un cambio a fondo en los negocios.
Según Eduardo Abad los nuevos emprendedores tendrían, además, 20 horas de formación teórica sobre como llevar un negocio, redes telemáticas, digitalización y el resto de conocimientos necesarios para completar su formación.
En el último año, en la Comunidad Autónoma, los autónomos han crecido muy poco, apenas en 100 personas-según Abad, todos ellos están en un "sector refugio" que es el de los servicios. Son personas que proceden del desempleo y de los últimos momentos de las ayudas concedidas por su extinción de contratos, y que en muchas ocasiones, no tienen cualificación profesional ni conocimiento del sector en el que se adentran.
El objetivo de este Plan es rejuvenecer el mercado laboral de los autónomos de la región, ya que Cantabria cuenta con una de las tasas de autónomos más envejecida. El coordinador de UTAC ha asegurado que el Plan haría especial incidencia en poblaciones que cuenten con altas tasas de desempleo y se hayan visto afectados por el cierre de negocios, tendrían especialmente en las zonas de Torrelavega y Santander, sus ejes principales.
La cifra de autónomos, posibles beneficiarios de este Plan, registrada en Cantabria es de 25.517, casi el 70% del total de los 42.000 inscritos en la Seguridad Social. Según datos del Ministerio de Empleo, 7.605 de entre ellos, el 27,6%, tienen más de 55 años, y el 66,8% se encuentran en el sector servicios, especialmente en comercio y hostelería.
Este colectivo se encuentran relativamente envejecido, muy particularmente en las zonas rurales, y los efectos de la última dura crisis ha producido resultados muy negativos en sus rentas, lo que hace que en muchos casos se esté estudiando el posible cierre de negocios y actividades económicas por resultar éstas obsoletas y sus titulares no estar ya en condiciones de abordar una diversificación y puesta en marcha de una nueva etapa de actividad.
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