martes, 16 de junio de 2015

Santander: Blanca Martínez reivindica el papel de los auditores internos para desterrar tentaciones de clientelismo político en la Administración

"No sé si durante los próximos cuatro años estaré o no al frente de la Consejería de Ganadería. Lo que sí sé es que Cantabria podrá seguir disfrutando de uno de los mejores servicios de auditoría interna, que sólo por eso el campo puede dormir tranquilo, y que el clientelismo político, ese que sólo beneficia a unos pocos y que bebe de la falta de escrúpulos, lo va a tener más difícil para imponerse al sentido común de que reciba los recursos de todos aquel que más lo necesita, a la honestidad y a la transparencia".
Lo ha dicho hoy la consejera de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, Blanca Martínez, que ha inaugurado la XVII Jornada de Organismos Pagadores de fondos agrarios que reúne en Santander a los responsables de los órganos auditores internos de todas las comunidades autónomas.
Martínez destacó la trascendencia de los Organismos Pagadores en una comunidad, como Cantabria, que tiene una "singular dependencia de los fondos comunitarios" para garantizar el futuro del sector primario. "Cerciorarse de la legalidad y regularidad de las solicitudes de pago que se ejecutan es lo que nos garantiza la eficiencia en el uso de los recursos públicos, pero sobre todo disipa el fantasma de las correcciones financieras y, por lo tanto, es el mejor oxígeno para garantizar la existencia a medio plazo de una PAC sin la que hoy no podríamos sacar adelante a nuestras gentes del campo", relató.
"En los controles está nuestro futuro", insistió la consejera, para quien, una vez consolidado el sistema de gestión, ha llegado el momento de dar nuevos pasos al frente para perfeccionarlo aún más.
"Habéis conseguido prestigiar a los Organismos Pagadores, revalorizarlos en un sector al que hoy aportáis esas certezas que sólo caminan parejas a la seguridad de saber que los pagos se ejecutan de conformidad con los reglamentos comunitarios y que la contabilidad es precisa, completa y realizada a tiempo. Se han hecho las cosas bien, y ahora debemos avanzar", reiteró.
Martínez hizo referencia en este sentido a la necesidad de "afinar la actual complejidad normativa y, poco a poco, de reducir también los factores de riesgo que se adivinan todavía hoy en la fiscalización". Entre ellos, citó, por ejemplo, la necesidad de generar un mayor desarrollo informático, revalorizar los controles in situ en la gestión de la ayuda, arbitrar mecanismos que faciliten las cosas cuando existe una mayor dispersión geográfica de solicitantes y explotaciones, o un mayor desarrollo de la segregación de funciones y la supervisión.

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