Cinco asociaciones y entidades con presencia en la ciudad se unen el sábado 21 de Marzo, Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial, en la convocatoria de una “Concentración por la dignidad de todas las personas, contra el racismo”, tendrá lugar a las 12,00 h en la Campa de la Iglesia de la Asunción de Torrelavega.
Cáritas Diocesana de Santander junto al Centro Islámico y colectivos de personas inmigrantes de Torrelavega, la Asociación Prokhane y la Asociación Ecuménica Martín Luter King organizan del acto.
El objetivo de la concentración es llamar la atención sobre la persistencia entre nosotros, como un virus, de actitudes de rechazo al otro, al diferente. Día a día, estas conductas actúan destructivamente en barrios y comunidades, ocasionando sufrimiento en muchas personas y acentuando en numerosas ocasiones las situaciones de precariedad y vulnerabilidad social. Las fronteras interiores de la intolerancia que encuentran muchas de las personas migrantes en nuestro país, aunque invisibles, son dolorosas porque se levantan sobre miedos, sobre el desconocimiento y los prejuicios sobre quienes son.
La Ley de Extranjería prohíbe la discriminación, y la define como: “todo acto que, directa o indirectamente, conlleve una distinción, exclusión, restricción o preferencia contra un extranjero basada en la raza, el color, la ascendencia o el origen nacional o étnico, las convicciones y prácticas religiosas…”
Apuesta por la convivencia
La celebración del Día contra la Discriminación racial es una oportunidad para mirar dentro de nosotros, de nuestra sociedad y de nuestras instituciones y ver en qué medida aceptamos convivir con esta realidad de la intolerancia. Las migraciones permiten ver una nueva sociedad, en la que se superan las fronteras, se reconocen y reconcilian las diferencias y toma forma una ciudadanía universal.
Cáritas Diocesana de Santander junto al Centro Islámico y colectivos de personas inmigrantes de Torrelavega, la Asociación Prokhane y la Asociación Ecuménica Martín Luter King organizan del acto.
El objetivo de la concentración es llamar la atención sobre la persistencia entre nosotros, como un virus, de actitudes de rechazo al otro, al diferente. Día a día, estas conductas actúan destructivamente en barrios y comunidades, ocasionando sufrimiento en muchas personas y acentuando en numerosas ocasiones las situaciones de precariedad y vulnerabilidad social. Las fronteras interiores de la intolerancia que encuentran muchas de las personas migrantes en nuestro país, aunque invisibles, son dolorosas porque se levantan sobre miedos, sobre el desconocimiento y los prejuicios sobre quienes son.
La Ley de Extranjería prohíbe la discriminación, y la define como: “todo acto que, directa o indirectamente, conlleve una distinción, exclusión, restricción o preferencia contra un extranjero basada en la raza, el color, la ascendencia o el origen nacional o étnico, las convicciones y prácticas religiosas…”
Apuesta por la convivencia
La celebración del Día contra la Discriminación racial es una oportunidad para mirar dentro de nosotros, de nuestra sociedad y de nuestras instituciones y ver en qué medida aceptamos convivir con esta realidad de la intolerancia. Las migraciones permiten ver una nueva sociedad, en la que se superan las fronteras, se reconocen y reconcilian las diferencias y toma forma una ciudadanía universal.
"Necesitamos seguir apostando por la convivencia intercultural y no cejar en el empeño de construir espacios humanos acogedores, incluyentes, enriquecedores, libres de estereotipos y de prejuicios hacia los nuevos vecinos y vecinas", señalan.
Llamada a los poderes públicos y a la ciudadanía
Cáritas Diocesana quiere recordar también que, según sean las políticas y las actuaciones de las Administraciones públicas, el racismo y la xenofobia se pueden “propagar” o se pueden “abordar”.
Pide una política migratoria justa y humana y quieren promover una convivencia que construya una sociedad más justa, una ciudadanía plural y comprometida, que configure nuestros pueblos y ciudades. Recuerdan que la condición de irregularidad administrativa no puede ser excusa para pisar la dignidad del migrante, ni vulnerar su Derechos humanos.
Llamada a los poderes públicos y a la ciudadanía
Cáritas Diocesana quiere recordar también que, según sean las políticas y las actuaciones de las Administraciones públicas, el racismo y la xenofobia se pueden “propagar” o se pueden “abordar”.
Pide una política migratoria justa y humana y quieren promover una convivencia que construya una sociedad más justa, una ciudadanía plural y comprometida, que configure nuestros pueblos y ciudades. Recuerdan que la condición de irregularidad administrativa no puede ser excusa para pisar la dignidad del migrante, ni vulnerar su Derechos humanos.
Piden, por tanto, el cese de las redadas racistas que tienen por objeto la búsqueda de personas en situación administrativa irregular, ya que además de lesionar los derechos de las personas directamente afectadas, perjudican la convivencia y la cohesión social porque amplifican de forma irresponsable mensajes que no hacen sino fortalecer la idea de que el “extraño” o el “diferente” son, cuando menos, sospechosos.
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