La Unión (LU) ha fijado en su Programa Marco Municipal, elaborado con motivo de las próximas elecciones municipal, la instauración de la “intervención ciudadana” en la fijación del gasto de su Ayuntamiento, mediante la fijación, como objetivo común a sus candidaturas, de los denominados Presupuestos Participativos, que se enmarcan dentro del objetivo de la Regeneración Democrática.
Ricardo Amigo, vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de La Unión (LU), ha sido el encargado de desvelar uno de las principales apuestas programáticas de la formación política en materia de política municipal.
El representante del grupo político señaló que el objetivo es que “los ciudadanos sin intermediarios” tomen decisiones vitales en su Ayuntamiento.
La decisión principal, sometida al examen ciudadano, del sistema que defienden, es el capítulo de inversiones públicas, respecto del cual, afirmó Amigo, se demostrará que “los ciudadanos son más sensatos que su clase política”.
Al decidir los vecinos el destino de las inversiones municipales “las obras dejarán de estar programadas para su inauguración en víspera electoral”, lo cual, indicó introduce un “criterio de racionalidad” en el gasto público.
Además, prosiguió, al ser los ciudadanos quienes deciden las inversiones “se abandonará el criterio de lo espectacular y lo emblemático, y ganará la lógica y la razón pública”.
“Ningún vecino quiere despilfarrar su dinero en lo inútil”, algo a lo que siempre ha tendido a hacer el político profesional, por lo que las inversiones, en manos de los vecinos “tendrán más garantía de utilidad y ajuste en el gasto”.
El sistema que defiende La Unión (LU) en su Programa Marco Municipal, consiste en un proceso por el cual, los vecinos deciden en qué se va a gastar el presupuesto de inversiones, después de superar las propuestas una fundamental criba, la de los funcionarios municipales.
Serán los servicios técnicos municipales los que harán un primer examen de las propuestas iniciales de los vecinos, descartando aquéllas que resulten ser inviables, desde el aspecto técnico, jurídico, y sobre todo económico.
Una vez superada esta criba, los vecinos empadronados, son convocados a votar, bien en una única Asamblea, bien por Distritos, dependiendo del tamaño del municipio, decidiendo así en qué se invierte o no el dinero público municipal.
Para La Unión (LU), con este sistema “sin intermediarios”, no sólo se profundiza en la democracia, sino que los vecinos ejercen su ciudadanía, y además, se adquieren garantías de que las inversiones serán “más sensatas, más lógicas, y no destinadas a sufragar la reelección del Alcalde”.
Las obras, además, finalizó Ricardo Amigo, “se harán sin tener en cuenta el calendario electoral, bajo criterios de racionalidad, de utilidad, y de oportunidad”.
Ricardo Amigo, vocal de la Comisión Ejecutiva Regional de La Unión (LU), ha sido el encargado de desvelar uno de las principales apuestas programáticas de la formación política en materia de política municipal.
El representante del grupo político señaló que el objetivo es que “los ciudadanos sin intermediarios” tomen decisiones vitales en su Ayuntamiento.
La decisión principal, sometida al examen ciudadano, del sistema que defienden, es el capítulo de inversiones públicas, respecto del cual, afirmó Amigo, se demostrará que “los ciudadanos son más sensatos que su clase política”.
Al decidir los vecinos el destino de las inversiones municipales “las obras dejarán de estar programadas para su inauguración en víspera electoral”, lo cual, indicó introduce un “criterio de racionalidad” en el gasto público.
Además, prosiguió, al ser los ciudadanos quienes deciden las inversiones “se abandonará el criterio de lo espectacular y lo emblemático, y ganará la lógica y la razón pública”.
“Ningún vecino quiere despilfarrar su dinero en lo inútil”, algo a lo que siempre ha tendido a hacer el político profesional, por lo que las inversiones, en manos de los vecinos “tendrán más garantía de utilidad y ajuste en el gasto”.
El sistema que defiende La Unión (LU) en su Programa Marco Municipal, consiste en un proceso por el cual, los vecinos deciden en qué se va a gastar el presupuesto de inversiones, después de superar las propuestas una fundamental criba, la de los funcionarios municipales.
Serán los servicios técnicos municipales los que harán un primer examen de las propuestas iniciales de los vecinos, descartando aquéllas que resulten ser inviables, desde el aspecto técnico, jurídico, y sobre todo económico.
Una vez superada esta criba, los vecinos empadronados, son convocados a votar, bien en una única Asamblea, bien por Distritos, dependiendo del tamaño del municipio, decidiendo así en qué se invierte o no el dinero público municipal.
Para La Unión (LU), con este sistema “sin intermediarios”, no sólo se profundiza en la democracia, sino que los vecinos ejercen su ciudadanía, y además, se adquieren garantías de que las inversiones serán “más sensatas, más lógicas, y no destinadas a sufragar la reelección del Alcalde”.
Las obras, además, finalizó Ricardo Amigo, “se harán sin tener en cuenta el calendario electoral, bajo criterios de racionalidad, de utilidad, y de oportunidad”.

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