lunes, 8 de septiembre de 2014

Tribuna Libre: Tradición o modernidad

Hay quién dice que la tradición son usos y maneras que en su origen fueron impuestas por el poder para dominar al pueblo y se han perpetuado en el tiempo. ¿Cumplen hoy la misma misión? ¿O es algo que emana del pueblo?
Esta introducción está motivada por la polémica levantada en Torrelavega a propósito de la decisión de la Alcaldesa Lidia Ruiz Salmón de no acudir a la misa y la procesión del pasado día 14 de agosto. Unos actos religiosos programados dentro de las fiestas de nuestra ciudad. Hecho que tiene una importancia simbólica pero como tal, relevante y sobre el que intentaré dar mi opinión.
Según nuestra Constitución vivimos en un Estado aconfesional, por tanto laico, en el que los poderes político y religioso deben estar separados y no interaccionar hasta crear confusión: ¿los actos políticos tienen que ser presididos por autoridades religiosas? ¿Los actos religiosos tienen que ser presididos por autoridades políticas? ¿Deben tener las fiestas de una ciudad un matiz cívico laico o religioso?
Desde mi punto de vista las fiestas de una ciudad, programadas por un Ayuntamiento, deben ser una llamada a la ciudadanía para pasar unos días de diversión y convivencia , dejando un poco de lado los problemas que nos acucian. Al ser convocadas por una institución política dicha programación será laica para que en ella puedan participar todos los ciudadanos sea cual sea la religión que profesen. Es más en los tiempos en que vivimos las fiestas, en su denominación, deberían abandonar toda connotación religiosa. Deberían denominarse algo así como sencillamente “FIESTAS DE TORRELAVEGA” , lo mismo que alguno de los actos programados como el concurso de bolos que sería “CONCURSO DE BOLOS CIUDAD DE TORRELAVEGA”.
Por otro lado todos los actos religiosos que se lleven a cabo por estas fechas lo serían por las autoridades religiosas competentes y acudirían a ellos las personas creyentes en esa fe, sean políticos o no; pero irían a título personal no en representación de ninguna Institución del Estado (Policía, Guardia Civil, Ayuntamiento). Las iglesias deben ser libres para poder realizar sus cultos y rituales y nadie debe coartar a sus fieles a participar en ellos, pero eso pertenece al ámbito personal no al público, distinción importante que ya va siendo hora que se ponga en práctica en este país.
Porque algunos queremos un país laico, moderno y progresista y la Iglesia Católica, la de mayor tradición e influencia históricamente en nuestro país, la mayoría de las veces es una rémora en la consecución de estos objetivos, deberíamos ver de una vez la necesidad, ya, de separar Estado y religión. Esto requiere un cambio de mentalidad incluso entre las personas no creyentes, algunas de las cuales de manera incomprensible se agarran a la tradición.
Simplemente… cumplamos el mandato constitucional.
Natividad Obregón González, Secretaria de Educación y Formación -Agrupación PSOE Torrelavega-

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