El inicio del curso siempre trae polémica, diferencias de opiniones entre los trabajadores y la administración, peticiones de padres, ausencias de profesorado... Pero este año, el consejero de Educación, Miguel Ángel Serna, se ha encargado de recalcar en sus declaraciones a los medios que el proceso de apertura de las clases de Cantabria está basado en la normalidad.
La normalidad para Serna es que el primer día de clase no estén todos los trabajadores, docentes y no docentes, en sus desstinos. Una tarea que debería ser fácil llevarla a cabo por el Gobierno Regional, sobre todo porque, desde que este Ejecutivo fue elegido, la cifra de docentes ha disminuido en más de un millar.
La normalidad para Serna es que el proyecto educativo mejor valorado por la comunidad educativa de Cantabria, España y, casi seguro, de los países de nuestro entorno, sea desmantelado a marchas forzadas. Empeñado en acatar órdenes para defender la Educación privada, el consejero está dejando las aulas de dos años sólo con un técnico y un docente ocho horas a la semana, cuando lo normal debería ser los dos trabajadores a jornada completa, como hasta ahora. Y lo más triste de todo es que hay centros en que ni siquiera llegan a este mínimo de docentes porque no se sustituye a los trabajadores de baja.
La normalidad para el consejero de Educación es que haya cientos de alumnos que este año no pueden estudiar porque el Gobierno de Cantabria no dote de plazas suficientes a los ciclos de Formación Profesional. Y es curioso que esto ocurra al mismo tiempo que Serna acumule acuerdos de convenios de dudoso futuro para una formación profesional dual de la que no cuentan ni las grandes líneas generales ni los detalles fundamentales en los que está basada.
La normalidad para Serna es que engañe a los interinos diciéndoles que renuncien a parte del sueldo del mes de septiembre, con la promesa de plazas mejores, cuando sabe de antemano que esas plazas las van a utilizar para enmendar los graves errores de un proceso de adjudicación informático que falla.
La normalidad en esta Consejería de Educación es que su gestión esté basada en el oscurantismo del departamento de personal para facilitar datos de la Junta de Personal sobre los contratos de los interinos, cuestión que tienen derecho a conocer tanto los porpios interiones que están en listas, como los sindicatos.
La normalidad para Serna es tratar de forma muy diferente a los distintos sindicatos. Mientras que al presidente de ANPE Cantabria se le permite sobrepasar la edad de jubilación en el servicio activo, a CCOO se nos niega, de forma reiterada, el cumplimiento del compromiso acordado relacionado con los derechos sindicales aprobado tanto por la Consejería de Educación como por el Gobierno de Cantabria.
La consideración de normalidad del consejero de Educación dista mucho de lo que a CCOO le parece normal. No es normal que haya menos profesores, que los que hay no conozcan con antelación lógica cuál va a ser su puesto de trabajo ni su horario laboral. No es normal que se reduzcan los derechos del profesorado y del alumnado. No es normal que haya menos becas y menos medios para facilitar la formación. Así que, desde CCOO, nos gustaría que Miguel Ángel de la Serna explicara cuál es su escala de normalidad y en qué está basada.
Sabemos que para el consejero de Educación y para el Gobierno de Cantabria somos molestos porque denunciamos la incompetencia con la que se está dirigiendo la Consejería de Educación. Porque tienen que personarse en los tribunales ante el recurso que les hemos planteado por el concierto de Torrevelo. Porque no toleramos el "compadreo" que se traen con el sindicato más a la derecha de la mesa sectorial para mancillar derechos laborales.
Porque somos y vamos a seguir siendo la voz de los trabajadores, alumnos, familias y sociedad que se rebela contra los recortes de lo público a la vez que subvencionan los centros privados... a pesar de que el consejero de Educación no quiera reunirse con Comisiones Obreras, no así con el resto de sindicatos, mientras desmantela uno de los pilares fundamentales de la sociedad; la Educación Pública de Calidad.
Javier Ramírez Díez, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO Cantabria
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